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La luna y Kiko Agua

Tema en 'Prosa: Infantiles' comenzado por Alitas L, 2 de Diciembre de 2012. Respuestas: 0 | Visitas: 969

  1. Alitas L

    Alitas L Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    9 de Noviembre de 2012
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    Mujer







    Había una vez, en un lugar muy lejano, en un hermoso valle rodeado de montañas, con matices de todos los verdes y amarillos, con las puntitas bañadas del blanco de la nieve en invierno, donde no hay ruidos molestos, ni violencia, ni humanos.
    Allí vivían muchos animalitos, muy libres y felices, uno de ellos se destacaba entre todos. Era un precioso caballito negro con su pelo brillante y unos ojos muy vivaces. Su nombre era Kiko Agua.
    A Kiko le encantaba salir a correr todas las noches. Era muy solidario y muy valiente.
    Todos en el valle lo querían y buscaban su ayuda y consejo.
    Una noche, Kiko, se detuvo en un hermoso lago, que le inspiró, al ver la imagen de la luna, a recitar un poema, (porque también era poeta, este caballito).

    La luna, que estaba acostumbrada a ver las cosas cotidianas, en forma pasiva y aburrida, que miraba al mundo cómo se destruía, sobre todo la raza humana, no pudo más que escuchar el recitado de este hermoso caballito que brillaba más que nada en la tierra.
    Lo escuchó atentamente, una lágrima se desprendió en forma de estrella fugaz y a partir de ese momento fijaría toda su atención en él. Aunque de día ella tuviera que dormir, algunas horas las destinaba a observar las proezas de este hermoso corcel.

    Un día presenció, cómo Kiko Agua ayudaba a un topo que había perdido el camino de su madriguera (porque los topos son ciegos y no ven nada en la luz) Este topito, perdido mientras caminaba sin ver tropezó con una piedra y golpeó su cabeza, quedando en coma, sin sentido. Kiko Agua lo encontró, lo arrastró hasta una cueva oscurita y le curó la herida, pero no reaccionaba, entonces, se sentó a su lado y le empezó a contar un montón de historias, le recitaba sus poemas, le acariciaba la cabeza y con mucho cariño lo cuidó, día tras día, noche tras noche, mientras la luna testigo de semejante hazaña, se iba enamorando, cada vez más, sin saberlo, sin sospecharlo. Esto ocasionó que la luna también empezara a escribir versos e historias alrededor de Kiko Agua.
    Una noche, de plenilunio, con todo su cuerpo redondo y brillante, ella vió cómo este topito, de a poco despertaba de su profundo sueño. Muy agradecido, abrazó a su fiel compañero y a partir de ese momento, surgió entre ellos una gran amistad y camaradería.

    Otro día, una familia de chanchitos corrían desesperados, buscando al caballito que ayudaba a todos, no sabían su nombre , con chirridos casi histéricos, esos cerditos ,seguidos de uno mucho más gordo, que sería el jefe de la familia, les preguntaban a todos los animalitos, dónde lo podían encontrar. Un viejo oso que dormía plácidamente, despertó sobresaltado y les dijo dónde podían localizar a Kiko Agua. Se alejaron gritando de la misma manera que habían llegado. Una de las hijas estaba lista para tener sus crías. Cuando encontraron a Kiko, estos querían que hiciera algo para que nacieran. Aunque había asistido a muchos animalitos para nacer, intentó con toda su voluntad ayudar a la chanchita, pero la cosa estaba muy complicada. El chancho más gordo, su padre, al ver todo lo que hacía Kiko se puso furioso y comenzó a hacer ruidos nasales, como bestia. Kiko les dijo que tenían que buscar la ayuda del veterinario, el único humano en todo el lugar en quien podrían confiar. Se la llevaron corriendo, todos gritando y mirando a Kiko Agua con recelo. (Por supuesto, nunca la llevaron al veterinario).
    Más tarde, cuando Kiko estaba durmiendo tranquilamente, a la orilla del lago, volvieron, pero esta vez con los chanchitos casi muertos, de color azul, buscando nuevamente ayuda. Inmediatamente Kiko les hizo una fogata, un nidito de paja cerca y les dio calor. Entonces los chanchitos, revivieron y recobraron su hermoso color rosado.
    Esa noche la conversación con la luna giraría en torno a ese suceso.
    A veces, uno quiere ayudar, pero sólo se puede si quieren esa ayuda. El enemigo en ocasiones es uno mismo.
    Cuenta la leyenda que hace muchos años, la luna estaba en el cielo entera todas las noches, hasta que una noche estrellada, desapareció. Los habitantes de la Tierra pensaron en muchos motivos. Pero cuando todos piensan que hay luna nueva, en realidad es que tiene una cita impostergable con Kiko Agua, se encuentran a leerse poemas y aunque no se puedan tocar, porque ella es luna y él caballito, ella se posa en el lago y ese momento es sólo para ellos.
     
    #1

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