La mano de mono

‘‘Todos estábamos reunidos allí, todas las otras ciudades mayas habían viajado durante semanas para llegar hasta allí. Todo el imperio maya se atinaba en el centro de la ciudad, todos mirando esperanzados hacia el templo. <<Los dioses nos la han obsequiado>> escuché decir a muchos, yo también pensaba lo mismo, todos lo pensaban. No pudimos estar más equivocados.

Ese fue un día hermoso, prodigiosamente hermoso, gotas de rocío caían suavemente sobre las hojas y el sol fulguraba radiante en el firmamento sin una sola nube y sus rayos irradiaban sobre de las ramas de los árboles y aquellas gotas de rocío parecían joyas diáfanas y la diosa de la fertilidad hizo crecer bellas flores sobre la tierra. Nada, absolutamente nada parecía andar mal, nada predecía una catástrofe o el enfado de los dioses. ¡Que ingenuos fuimos todos! ¡Ni siquiera el hombre más sabio de nuestra ciudad sabía que la muerte y el olvido se instalarían en nuestro pueblo!

La gente se estaba impacientando, todos esperaban la entrada triunfal del gran sacerdote y los reyes de todas las ciudades mayas. La inquietud no se debía al sol, pues aunque brillaba como nunca, no nos quemaba la piel, ni tampoco por los enfermos y mujeres embarazadas, pues el anhelo les daba ímpetu para estar allí, o tampoco era por estar cuatro horas parados en un solo lugar, no, la verdad se debía a que ansiábamos ver la dádiva de los dioses y ver su poder, un poder que llevaría a nuestra civilización eterno esplendor, o al menos eso creíamos.

Al fin llegaron los reyes y el gran sacerdote, en lo alto del templo para que todos los viesen, el gran sacerdote elevó su mano derecha con regocijo y de pronto… la vimos, si no supiésemos que era mágica y fuésemos personas de poca fe nos hubiésemos burlado de los reyes y el gran sacerdote, pero cuando la vimos las mujeres lloraron de la felicidad, los niños danzamos de júbilo y los hombres cantaron victoriosos. Era una mano de mono.

Una mano de mono como cualquier mano de mono que haya sido amputada, su apariencia no era nada del otro mundo, pero cuando estaba en el ambiente se podía sentir la magia entre nosotros. Era mágica, sin duda, pero cuando me aproximé un poco más al templo para mirarla más de cerca… se que parece ridículo y tonto, ¿como podría una mano de mono…? pero así era, la mire fijamente y me asusté mucho por que la mano de mono, no se como, parecía reírse, al principio pensé que era mi imaginación, pero después tuve la certeza de que parecía burlarse de nosotros, de nuestra ignorancia, se carcajeaba por lo bajito, ahí, en la mano alzada del sacerdote parecía reírse con crueldad y yo no lo podía creer, mire a mi alrededor, nadie excepto yo parecía percibirlo y eso me aterró aún más; así que dejé de mirarla y me dije una y otra vez <<Lo estás imaginando, lo estás imaginando>> mientras mi corazón latía violentamente rápido.
Entonces por fin el sacerdote habló:
--Estamos aquí congregados, para presenciar el poder que los dioses nos han conferido; hemos sido elegidos entre muchas tribus para gobernar la tierra y conservarnos en pie mientras las otras se disipan…

Yo escuchaba atentamente las palabras del sacerdote, pero también seguía diciéndome una y otra vez que lo que había visto era mi imaginación, pero aquello era tan tangible que no hacía caso a lo que me decía. De pronto, tuve una sensación espantosa: sentí… yo sentí… no se de que manera era posible pero… sentí que la mano de mono me estaba mirando. No la mire, pero parecía mirarme como si se hubiese dado cuenta de que yo la había visto reírse, y eso me ponía los pelos de punta. Y después sentí que una influencia poderosa que me forzaba a mirarla en contra de mi voluntad, yo me resistí, pero al final me doblegué ante esa fuerza y levanté mi rostro para ver la mano, y confirme mis temores, si me miraba, y si se había dado cuenta de que sabía que se había reído, entonces, oí una voz justo al lado de mi oreja, y mi corazón empezó a latir como un caballo desbocado. Era una voz aterradora, una cruel, fría, capaz de helar la sangre y poner los pelos de punta y me hablaba en voz alta, tan alta que la voz del sacerdote parecía un suave rumor del viento, mire a todos lados y no vi a nadie hablándome y para mi sorpresa nadie parecía escuchar la voz. Esa voz me decía cosas, cosas escalofriantes, cruentas y sanguinarias, me decía que todos morirían una muerte lánguida y atormentada, que se retorcerían del dolor, que la tierra se profanaría con su sangre, que yo lo vería todo, que lo recordaría durante toda mi vida y que no podría hacer nada por ellos.

La voz siguió hablando y yo escuchaba cada palabra de lo que decía, pasaron diez minutos y me di cuenta de que ya no tenía miedo ni sentía consternación sino que estaba al borde de un ataque de pánico; podía escuchar palpitar mi corazón cada vez más enérgico y mi respiración entrecortada, intenté moverme y advertirles a todos, pero para mi pasmo no podía mover ningún músculo y me di cuenta de que tampoco podía parpadear, estaba petrificada, mi pánico creció al ver que nadie se daba cuenta de ello y la voz seguía diciéndome cosas espeluznantes.

Después de un minuto, la voz se detuvo, pero mi petrificación no, podía ver y escuchar, pero mis demás sentidos no me funcionaban, entonces resolví escuchar las palabras del sacerdote.

--…Esta mano de mono tiene el don de conceder deseos, y será utilizada para que nuestra ciudad florezca y dure por siempre…

La multitud aclamaba con alegría, y yo estaba desesperada por moverme y evitar una tragedia, sentía panico, deseaba gritar y salir corriendo, nunca me había sentido tan aterrorizada en toda mi vida.

--…Ha llegado la hora de probar el poder de los dioses, pidiendo curar a los enfermos –dijo el sacerdote y luego miro al rey de nuestra ciudad –Su majestad, concédanos los honores.

El sacerdote le entregó la mano de mono al rey, y éste la levantó con ímpetu diciendo:

--¡Oh poderosa mano de mono! ¡Tú eres nuestra salvación! Yo, el rey de esta ciudad y mi pueblo te rogamos que nos concedas éste deseo: Deseamos con todo nuestro corazón que en nuestro pueblo no hayan enfermedades que nos maten y que a pesar de que la muerte pase, la ciudad maya no sea destruida jamás.

Dos dedos de la mano de mono se doblaron y la multitud elogió las palabras del rey, yo deje de estar petrificada y di un suspiro de alivio, era un deseo de que no muriéramos, no nos ocurriría nada y junto con los demás esperé a que los enfermos se curaran. Pero en vez de eso escuchamos un grito de terror y vimos aterrados como caía muerto el rey desde lo alto del templo y se destrozaron sus sesos al caer desparramados por la tierra con la mano de mono en sus dedos, Luego vimos también al sacerdote quien también quedó despedazado al tocar tierra, yo iba retrocediendo poco a poco espantada de lo que veía, todos estaban muriendo, unos se retorcían en el suelo del dolor, algunos eran despedazados por manos invisibles y otros con más suerte caían muertos; era espantoso, no podría describir lo vi, era lo mas horrendo, cruel y sanguinario que había visto en toda mi vida, la voz de la mano de mono tenía razón: Jamás lo olvidaría. Algunos se me acercaban y me gritaban que los salvara y después morían con un grito desgarrador en mis pies, era terrible, terrible, los veía morir y gritar piedad como si los torturasen, y mientras ellos sufrían físicamente yo me sentía morir por dentro. Y algo que me inquietaba es que mientras ellos morían yo no sentía ningún dolor físico ¿Por qué no moría? ¿Acaso primero debía verlos morir para luego morir yo? Yo también era una maya ¿Por qué no moría con ellos?

Finalmente las muertes se detuvieron y yo mire consternada a mi alrededor, sangre por todas partes, cuerpos sin vida tirados en la tierra. Yo estaba en estado de shock (N/A: no se si los mayas sabían esta palabra, pero era la única con la que podía describir lo que ella sentía) no sabía como reaccionar, no sabía si gritar, si correr o quedarme ahí esperando mi muerte, pero la muerte no llegó entonces reaccioné, sin embargo no grité, ni salí corriendo sólo empecé a vomitar, vomité durante varios minutos y fue una sensación desagradable pues sentía como si vomitara mis entrañas, lo que había visto era nauseabundo y vomite de la repulsión, entonces pensé ¿Será esta mi muerte? ¿Mi muerte será vomitar mis órganos hasta quedar sólo la piel? pero cuando terminé de trasbocar sólo vi comida rechazada, entonces mire de nuevo el grotesco paisaje e hice algo que no solucionaría nada pero que no podía evitar, estallé en llanto, lloré por toda una civilización muerta ante mis ojos, lo que había visto era traumático y doloroso y aún más para una niña de doce años, lloré por personas inocentes, que no habían hecho nada malo, vi a los amigos de antaño con los que jugaba, grandes guerreros, mujeres que habían dado su cuerpo para el progreso de nuestro pueblo, y hombres sabios que hicieron crecer nuestra cultura, todos muertos y yo no lograba comprender por qué, ellos pidieron que no muriesen de enfermedades y murieron sin ninguna razón y pidieron que pasase lo que pasase la ciudad no fuese destruida y la ciudad quedó sin habitantes pero aún en pie, todo era culpa de…

De pronto dejé de llorar al ver entre los dedos del rey; ahí como si nada hubiese pasado, estaba la mano de mono. Corrí con furia hacia ella y la levanté.

[SIZE=3]--¡Tú, pedazo peludo y sucio de carne de mono! ¿Estás contento? ¡Has matado a mi pueblo! ¡Tú no eres un obsequio de los dioses! ¡Eres un castigo![/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--No es un castigo.[/SIZE][/FONT]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]Oí una voz detrás de mi, no era la misma voz horrible que me dijo lo que pasaría, sino una voz masculina y dulce. Voltee a ver quien podría ser y vi a un hombre de apariencia muy extraña, tenía la piel tan blanca como la luna, los ojos tan azules como el cielo, una cabellera y una barba del color de los troncos de los árboles y sus vestiduras eran aún más extrañas.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--¿Quién eres? ¿Por qué dijiste que no era un castigo? ¿Acaso sabes por que ellos murieron y yo no?[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]El hombre rió, aunque no de la manera cruel que lo hizo la mano de mono.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--Niña, lo primero que deberías aprender es a no encender más de una vela con un solo cerillo.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]No comprendí lo que decía, ¿Que quería decir con aprender? ¿Que tiene que ver aprender con lo que a había pasado?[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--¿Que es cerillo? ¿Que es vela? –Pregunté confundida.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--No importa, responderé a tu última pregunta, preguntaste por que no moriste con ellos, pues es por que debían morir todos los mayas y tú, hija mía, no lo eres.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]Mis oídos no podían creer lo que acababan de oír, ¿Que yo no era una maya? Pero ¿Cómo era posible si era igual a ellos?[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--Aunque eres físicamente igual a ellos no eres una de ellos, --Dijo como si adivinara mis pensamientos --Tú y la mano de mono no son de aquí, vienen de otro mundo, al igual que yo.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]Me sobresalté, ese hombre, además de adivinar mis pensamientos, venía de otro mundo, y me decía que yo y la mano de mono también, que toda una vida pensé que era una maya y que en realidad no lo era. ¿Acaso estaba en un sueño? ¿En una pesadilla? si es así ¿Cuándo despertaría?[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--¿Que quiere decir con otro mundo? ¿Otra tribu? –Le pregunté confundida y repitiendo mi eterno vicio.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--Vienes de un mundo muy diferente a éste, pero los dos fueron creados con la misma sustancia, de un mundo donde la magia no es algo ajeno a los mortales ni es privilegio de unos pocos, sino parte de todos. Vienes de un mundo donde todos tenemos el mismo derecho a conocer la verdad. Vienes de un mundo donde la magia no esta en libros o en inscripciones sino en nuestros corazones. Vienes de un mundo de magos. [/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--¿Quieres decir que yo soy una maga, una hechicera? –Pregunté, incrédula – ¿Pero eso como puede ser posible? ¡Yo no tengo ningún poder![/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]El hombre volvió a reír.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--Hija, ¿Entonces como explicas que percibiste la vida en la mano de mono y los demás no y como explicas también que escuchaste la voz de la mano de mono y los demás no? Eres una maga, y debo agregar que una poderosa, es más tú, hija mía, eres la heredera al trono de nuestro mundo, eres la gran emperatriz Nywoe.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]Pensé durante un buen rato, digiriendo bien cada una de las palabras de aquel hombre y atando cabos, Yo era una huérfana, nadie en la ciudad sabía bien de mi familia aunque me parecía a ellos y por eso me aceptaron, además el sacerdote había afirmado que yo había sido bendecida por los dioses y que percibía en mi gran poder. Si, quizás si era una maga, quizás si venía de otro mundo por que la marca de nacimiento que tenía en el hombro era definitivamente del otro mundo, quizás si era una emperatriz, por que en los juegos con mis amigos siempre era la líder por naturaleza, muchos decían que lo llevaba en la sangre, pero lo que no cuadraba era el nombre.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--Debe haber un error, yo no me llamo Nywoe, yo me llamo…[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--Se cual es tu nombre aquí, pero fuiste bautizada como Nywoe, y es hora de que te acostumbres, por que ahora estás lista para regresar de donde viniste, aunque eso sólo lo debes decidir tú.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]Me quedé pensando un rato. ¿Irme, lejos, a otro mundo y llamarme Nywoe? Bueno, pensándolo bien mi nuevo nombre era más bonito que el de antes y en cuanto irse al otro mundo ya no tenía nada que perder, pero había algo que me inquietaba.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--¿Por qué dijiste que la mano de mono no es un castigo de los dioses?[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--Por que primero que todo, no existen los dioses –dijo el hombre con total naturalidad mientras yo ponía cara de indignación por semejante blasfemia –Si, es verdad que existe un ser superior a nosotros que creó todos los mundos, pero ese ser no es como los humanos, sin embargo es parte de nosotros y nosotros somos parte de él, pensándolo bien todo lo que te rodea es parte de él. Y por ultimo, la mano de mono es un artefacto de la magia negra, que tiene una historia muy interesante pero larga y fue creada en nuestro mundo. Ahora dime ¿Deseas venir conmigo?[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]Pensé en preguntarle la historia de la mano de mono, pero decidí que lo mejor era hacerlo después, yo estaba lista para tomar su mano e irme al lugar en el que pertenecía, pero luego me acordé de la gente buena que había muerto y tomé una decisión.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--Espera, no me iré si ellos no van conmigo.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]El hombre me dirigió una mirada de lástima y me respondió.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--La magia no puede revivirlos, nadie, ni siquiera tú puedes burlar a la muerte, no puedes hacer nada por ellos.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--Si, si puedo hacer algo por ellos –dije con una firmeza que me sorprendió –Les puedo dar una ceremonia funeraria digna de ellos, quiero enterrarlos en mi mundo, para visitar su sepulcro cuando lo desee.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--Bien, puedes enterrarlos en el otro mundo, cuando nos transportemos hacia allá ellos también lo harán, ahora toma mi mano y vamos a tú hogar.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]Estaba a puntó de tomar su mano, cuando me acordé de algo más, y tuve un presentimiento.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--Espera, hay una misión que debo ejecutar, y no iré hasta terminarla, debo encargarme de la mano de mono.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--Cuando lleguemos podremos destruirla.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]--No, siento que debe quedarse aquí, éste es el único lugar donde se puede destruir, pero aún no, aún no puede ser destruida, pero algún día si, y debo esconderla hasta que llegue ese momento.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]

[I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]Me dirigí hacia la mano de mono, la levanté de la tierra y entré en el templo, una parte de mí no sabía lo que hacía, pero otra parte de mí me guiaba hacia el templo, estaba entrando en una especie de trance, sentí que ya no era la misma, que algo en mi estaba cambiando. Cuando entré en el templo, vi en el tabernáculo un cofre de oro macizo y con diez picaportes para abrirla, me dirigí hacia ella, la abrí con magia y deposité en ella la mano de mono y mientras lo hacía, unas palabras extrañas salieron de mi boca, como si estuviese haciendo una especie de ritual. Mientras hablaba las palabras extrañas las iba comprendiendo poco a poco, y al final, cuando iba a cerrarla entendí completamente lo que decía: Estaba hechizando el cofre para que no se abriera sino hasta dentro de mil doscientos años cuando alguien la encontrase entre las ruinas de la ciudad maya, por que toda una civilización perdida atraería la atención de muchas personas. Enterré el cofre cerca del tabernáculo en un hoyo profundo y luego fui hasta la salida del templo, pero de pronto, encontré algo que me hizo dar cuenta de que, este mundo también era mágico, pero pocos lo notaban pues era muy sutil, pero sin duda maravilloso. Encontré un objeto blanco, largo y delgado en la tierra y junto a él otros dos objetos igual de extraños, un cuenco lleno de una sustancia negra y una pluma de paloma, entonces comprendí que debía dejar grabada la historia de la mano de mono y lo que sucede cuando dejamos que otra cosa ajena a nosotros cumplan nuestros deseos sin conocer nuestro corazón, que la clave de cumplir nuestros sueños y esperanzas está en nosotros por que sabemos exactamente que es lo que deseamos y como lo deseamos, que la magia está hasta en los más pequeños de los detalles y demos seguir siempre nuestra intuición, debía enseñarles a los de éste mundo todas esas cosas, para que lo supiesen cuando encuentren la mano de mono u otra trampa que de la vida. Ahora, estoy escribiendo en ése pergamino y con ésa pluma lo que viví en el día en que desaparecieron los mayas y dejaron sus ciudades abandonadas y espero que lo que acabo de escribir sirva de algo aquel que encuentre la mano de mono, por que así yo podré ir a mi hogar en paz sabiendo que algún día alguien sensato la destruirá.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua]


[RIGHT][I][FONT=Book Antiqua][SIZE=3]Nohok. Ahora la gran Emperatriz Nywoe.[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Book Antiqua][/font][/RIGHT][FONT=Book Antiqua]






[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]Y Nywoe guardó el pergamino en el templo y salió de él, recordando cada uno de sus instantes en aquella ciudad y sin poder evitar que una lagrima rozara su mejilla, fue hacia el hombre de ojos azules y ropajes extraños, miró por última vez la sede más importante de la civilización maya y tomando la mano del hombre de ojos azules, ella y los mayas muertos desaparecieron para siempre de México y de aquel en donde la magia era ignorada todo el tiempo...[/SIZE]


[FONT=Book Antiqua][FONT=Book Antiqua][SIZE=2]Habían pasado mil cien años desde Nywoe había retornado a Himmelsland, aunque para ella sólo fueron once años (El tiempo en aquel mundo era diferente del nuestro), en los cuales aprendió amar a ese mundo desconocido como propio, gobernó con indulgencia y sensatez y sus cabellos pasaron a ser de más negros que el ébano a más blancos que la nieve, en señal de sabiduría; sin embargo, la joven emperatriz, a pesar de su felicidad, recordaba en lo más profundo de su corazón el día en que cambió su vida para siempre y aguardaba esperanzada el momento en que el cofre de oro se abriese y la mano de mono pudiese ser destruida, aquel ser maligno que arruinó a sus amigos.[/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]--No a todos ellos –dijo una vez Kukulcán, que así se llamaba el hombre de ojos azules y que se había convertido en su tutor y amigo –No todos los mayas murieron, sólo quedaron unos pocos, pues no estuvieron en aquel día reunidos con los demás.[/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]Esto alegró a Nywoe de sobremanera y creó un cristal mágico para observar lo que ocurría en el otro mundo y pudo ver que al final el deseo del rey fue concedido, pues muy pocas civilizaciones sobrevivieron con la llegada de unos hombres tan blancos como Kukulcán y que se decían llamar españoles. [/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]El tiempo podía ser cruel si lo deseaba, pero con Nywoe decidió ser generoso; al crecer Nywoe fue admirada por su cautivante belleza y muchos bellos hombres, venidos de tierras lejanas, quedaron prendados en su mirada. Pero ella rechazaba un pretendiente tras otro, pues había jurado dar lugar al amor en su corazón cuando el otro mundo fuese librado de la mano de mono de una vez y para siempre.[/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]Y eso que tanto deseaba por fin sucedió, o al menos había comenzado. Era una mañana de verano en Himmelsland, pero el sol se ocultaba detrás de nubes negras de las que caían miles de gotas de agua. Nywoe dormía placidamente en sus aposentos, cuando un rayo pasó cerca del palacio y la despertó sobresaltada. Miró a su alrededor, sentada en la cama y un presentimiento la embargó, para luego sentir una horrible voz a su lado, una voz que había escuchado antes, y a la cual ya no tenía miedo.[/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]--He regresado al fin, mi querida emperatriz –dijo la voz burlonamente, Nywoe sonrió –Ya ha comenzado nuestra partida de ajedrez y me siento algo preocupado, por que nos has movido nada aún, me estoy impacientando, vieja enemiga.[/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]--Lástima que seas una mano, Noruas, por que necesitaras más de una para ganarme en ésta guerra –Respondió Nywoe.[/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]--¡Oh! ¡Eso dolió! ¡Me has roto el corazón Nywoe! Espera un momento ¡No tengo corazón! –se Burló la mano de mono –A propósito, veo que te han hablado mucho de mí ¡Ya sabes mi nombre y todo![/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]--Si, me contaron tu historia, durante éstos once años he avanzado sin tú darte cuenta, mientras que tú no has hecho nada durante 1100 años.[/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]Un silencio sepulcral invadió la habitación, Noruas no respondió hasta después de diez minutos, y Nywoe, victoriosa, sabía porqué: Había dado justo en el clavo.[/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]--Eres una tonta, Nywoe, éstas poniendo todas tus esperanzas en siete humanos que podrían fracasar, ellos tienen debilidades, Nywoe, y sabré utilizar esas debilidades a mi favor, los aniquilaré como lo hice con tu ciudad y te borraré esa sonrisa de la cara., y lo mejor de todo es que tampoco podrás hacer algo por ellos. Ganaré, Nywoe, yo seré el que salga victorioso.[/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]Nywoe caminó hacia el cristal, y con una voz firme respondió:[/SIZE]

[FONT=Book Antiqua][SIZE=2]--Eso ya lo veremos, Noruas, eso ya lo veremos…..[/SIZE]

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Precioso escrito pero creo que deberias decir a julia que te lo mueva al foro de relatos un placer[/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]

 

¿Este no es el foro de relatos? no lo sabía. Gracias, gran poeta, por tomarte tu tiempo para ver una de mis creaciones. Gracias, muchisimas gracias.