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La mariposa y la luciérnaga

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Mariana80, 4 de Mayo de 2006. Respuestas: 2 | Visitas: 15820

  1. Mariana80

    Mariana80 Eterna soñadora.

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    La mariposa y la luciérnaga


    Había una vez una mariposa llamada Florbella, pues era la que más gustaba en posarse en diferentes tipos de flores. Ella como todas las de su clase, vivían una vida llena de diversiones, cada día en su mundo era luminoso, no se parecía en nada al nuestro, ya que el Sol siempre permanecía en lo alto, hasta que en los últimos momentos de existencia se apagaba toda luz y se hacía la oscuridad. Esto es porque las mariposas perduran un día para nosotros los humanos, aunque para ellas la vida es mucho más larga, pero cuando entra la noche, sienten sus postreras horas como días de penumbra total, hasta que mueren.
    Florbella sabía muy bien esto, lo había escuchado de sus compañeras, las cuales conversaban con otros amigos como los escarabajos, ellos habían conocido a mariposas ancianas, claro que también habían visto las sombras y el amanecer con todo su esplendor. Alguna que otra mariposa longeva también pudo disfrutar de ese hermoso espectáculo como último deseo de lecho mortal.
    Lo que sucedía era que Florbella le temía a la opacidad que jamás había percibido, puede ser que por eso conoció a Lucernito, un macho de luciérnaga que como muy pocos en su especie podía emitir luz, aunque no tan brillosa como la que expresaban sus compañeras para atraer a sus opuestos. Era un caso en miles, por eso sus amigos lo apartaron, adjudicándole dones especiales que ellos no poseían, acrecentando de este modo su feroz envidia.
    Extraño parecía que entre los insectos también existiera ese horrible defecto, pero los vicios no son sólo propios de los hombres, cualquier ser que no entienda su perfecta y única esencia conserva uno.
    En fin, Florbella y Lucernito se conocieron en una cueva, donde la mariposa entró por error, allí se encontró con lo que la aterrorizaba, hasta que llegó Lucernito. Desde ese instante no se separaron más, parecía que se habían enamorado. Las luciérnagas no saben mucho de mariposas, aunque éstas sí están más enteradas de las criaturas que las rodean, pues ellas gozan de una curiosidad que las hace más interesadas en el saber. Eso hizo que Lucernito no supiera del poco tiempo que pasaría con su amada, hasta que partiera por siempre, aunque también en ese pequeño universo existía la intuición.
    Las cosas no eran fáciles para ellos, ya que al ser tan distintos, los demás insectos jamás permitirían que se amaran con libertad. Para Lucernito estaba destinada una hermosa luciérnaga, que su familia conocía muy bien y sería su prometida, si no le gustaba podría elegir a otra, pero siempre y cuando produjera una radiante luz. Florbella corría peor suerte, porque jamás podría oponerse a su padre que había conseguido un apuesto muchacho con alas enormes y de colores estridentes para ella, el cual ya había pasado todos los requisitos necesarios para casarse pronto.
    Así los dos fueron impedidos de escapar a sus destinos o no quisieron hacerlo y el tiempo transcurrió. Aunque siempre tenían sus ocultos encuentros, jamás se habían besado.
    Después de idas y venidas, de vuelos por campos repletos de flores asombrosas, pasó que llegó el momento de enfrentarse a eso que Florbella desconocía, entonces huyó desesperada y se perdió en el bosque. Estaba todo negro, porque los árboles tapaban a las estrellas y el viento ya no se sentía como antes, había partido por otros rumbos y ahora su aliado, el frío, se asentaba con una fuerza arrasadora. Florbella intentó, para pasar el rato sin miedo, hablar con un roble, pero éste ya se había dormido. Todo era silencio a su alrededor, sólo algunas ramitas comenzaban a crujir por la helada. Entonces una gota cayó del cielo, fuerte sobre una hoja y así la siguieron otras más, hasta que eran tantas que no dieron tiempo a Florbella a buscar un lugar donde protegerse, sintió de a poco desvanecerse. Allí fue cuando vio a lo lejos una pequeña luz que iba apagándose y prendiéndose constantemente, como si emitiera una señal, ¡era él, Lucernito!.
    Guiado por su sexto sentido y por su inmenso amor, logró volar a través de la lluvia, con una velocidad increíble, jamás vista en otros insectos, parecía una bala cortando la oscuridad.
    Los enamorados se unieron y sellaron con un beso todo su amor, fue entonces cuando tapados por las hojas que se abatían con el agua torrencial se quedaron atascados. Los dos partieron y para Florbella nunca hubo momento tan sublime como ese, todo lo que habían contado los escarabajos era mentira, la muerte fue lo más hermoso que le pasó junto a su amor.


    Cuento recitado una noche al hombre que amo y que me acompaña con todo su amor en este camino llamado vida.

     
    #1
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  2. luz

    luz Exp..

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    MARIANITA CUANTO AMOR...TE LO DIJE DERRAMAS AMOR MUJER A DOQUIER...BELLO ME NCANTO DIGNO DE TU PLUMA TU AMIGA QUE TE QUIRE LUZ
     
    #2
  3. Mariana80

    Mariana80 Eterna soñadora.

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    Gracias amiga, es el amor que siento por el hombre que amo, no tiene límites.

    Como también el que siento por mis amigos y amigas, como vos.

    Te quiero también.

    Saludos mágicos.
     
    #3

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