La montaña blanca (3)

La montaña blanca
(cuento narrado tercera parte)

¿Quiénes son ustedes, que hacen aquí? dijo el hombre con vos angustiada – observando con sus verdes ojos a los pequeños, en una cueva encontramos a un perro blanco que nos trajo hasta el precipicio y nos empujó por eso llegamos a este lugar, venimos de la ciudad vivimos a las afueras, pero nos gusta la aventura y caminar por esta montaña, dijo Jorge. ¡Un perro blanco, es mi perro vino a buscarme, ¡Su perro! exclama Carlos - sí, cuando me encerraron aquí yo estaba con él, pero caribe, así se llama- se pudo escapar y a mi me tienen amarrado. ¿Por qué lo tiene aquí escondido es que hiciste algo malo – ¡No claro que no! vine aquí porque tenía que encontrar un pozo de petróleo que se haya en este lugar, no vine solo mis compañeros al ver que yo lo encontré se llenaron de motivos y quieren que le diga donde está para sacarme del negocio y quedarse con el dinero; son muy ambiciosos quisieron matar mi perro y cada mañana vienen para que les muestre el lugar; como no accedí me amarraron.

¡Bueno ayúdenme a salir de aquí antes que amanezca, y a ustedes también los amarren o los maten; esa gente es muy peligrosa, ¿como lo podemos ayudar, esas cadenas son muy gruesas y no vemos llave alguna en este lugar. La llave esta afuera en el hueco de la entrada lo vi cuando me sacaron para que los llevara a lugar secreto. Carlos salió rápidamente y alumbrando con la linterna buscó en todo lugar sin hallar nada, de vuelta al lugar donde estaban su hermano y el hombre les cuenta que no encontró la llave, Robert que así se llama el secuestrado se enoja mucho y le dice a Carlos: ¡Ve y mira otra ves!, es un hueco pequeño pintado de rojo es una señal que colocamos allí para esconder planos y fotos, el muchacho sale a mirar de nuevo sin hallar nada. ¿Qué haremos ahora! dice Jorge preocupado. Esperar dice Robert – mañana vendrán otra vez y entonces veremos que hacer, por lo pronto descansen un poco mientras amanece, cuando sean las seis de la mañana ustedes se esconden hasta que se vallan y entonces saldremos de aquí.