La Naranja

​

Blancos tules de azahares te acogieron​

y germinaron en tu redondez porosa;​

tu dulce néctar con placer bebieron:​

hombres, bestias, aves, mariposas.​

​

Caíste al suelo prendida de tus hojas​

y toscas manos por fin te recogieron;​

partida en dos, herida y aún jugosa,​

hasta el alma con pasión te lo exprimieron.​

​

Renacerás con tu sangre anaranjada,​

esclavizada en la botella fría​

de tu frutal esencia concentrada,​

​

o en la dulce canción del mediodía,​

de una madre que ofrece una tajada​

[SIZE=3]a su pequeño fruto de alegría.[/SIZE]​

​

 

MAGNÍFICO TRABAJO EN VERSOS hiciste. TE FELICITO.