La Niebla a la orilla del Lago

Tanagra era una joven bella y audaz amada por todos en su aldea, su madre había muerto cuando ella era muy pequeña y apenas y la recordaba, su padre, el jefe de la tribu la había criado para que llegado el momento, Tanagra liderara a su gente hacia la paz y la prosperidad.

La aldea se encontraba ubicada a orillas de un inmenso lago donde solían pescar, y el cual se encontraba rodeado de un espeso y bello bosque que dotaba a la aldea de todo lo necesario para su subsistencia.

Una tarde que parecía no tener nada de diferente a todas las demás de ese verano el padre de Tanagra le comunico que en breve se desposaría con Puño de Roca el jefe de una tribu vecina con la que había tenido algunos conflictos de límites territoriales. Al escuchar la noticia los ojos de Tanagra se llenaron de lagrimas, ella amaba secretamente a Danzarín de Fuego casi desde que tenía uso de razón. Habían crecido juntos, él le había enseñado a disparar el arco y gracias a ello Tanagra era una excelente arquera y su talento era reconocido por todos los cazadores, y ella le había enseñado a él todas las leyendas de su gente, muchas de las cuales llevaban enseñanzas que a Danzarín de Fuego le habían servido en más de una ocasión.

El lucho toda su vida por ser alguien digno de ella, llegándose a convertir en el líder de los guerreros de elite de la aldea, estaba buscando el valor de pedir su mano cuando se anunció el compromiso de Tanagra y Puño de Roca, sus esperanzas cayeron por los suelos, ella no huiría con él, amaba a su pueblo más que a el, y sería un deshonor pedirle se fugaran juntos.

Tanagra no sabía qué hacer, apenas y conocía a Puño de Roca y le parecía un hombre viejo y de carácter desagradable, se sumió en una profunda decepción casi al momento en que una espesa neblina cubrió el bello lago. Amaba a Danzarín de Fuego, pero si rechazará el compromiso la ira de Puño de Roca podría desatarse sobre su pueblo, y ella no podría con ese dolor. La mataba por dentro la idea de imaginar las manos de su prometido sobre su suave y dorada piel que ella quería solo recorriera el dueño de su corazón. Fue entonces que una niebla espesa y profunda cubrió todo el lago.

Un par de noches antes de la boda, en que le costaba quedarse dormida profundamente, se despertó por el dulce sonido de una voz que la llamaba desde lejos, sin pensarlo, sin llevarse una antorcha o su arco, se paro y se dejo guiar por el sonido de esa voz que extrañamente le resultaba tan familiar. Llego a la orilla del lago, la tierra y el agua parecían fundirse en uno, no se veía su principio ni su final, la espesa niebla seguía abarcándolo todo, entonces, en el centro del lago, vio una forma que parecía una mujer. Cuando adapto su vista a la oscuridad, su corazón dio un salto de la sorpresa y ni por un instante lo dudó: era su madre, la que le cantaba en las noches cuando se levantaba con pesadillas, la que le enseño a reconocer usos de diversas flores y hierbas del bosque.

La misma voz que la llamo al lago la escucho en su interior pidiéndolo que caminará hasta el centro del lago, y así lo hizo, camino sin pensarlo dos veces y de repente se encontró con su madre y sintió como una luz cálida que la lleno de paz.

"El velo entre mi mundo y el tuyo esta noche es mucho más tenue, y por eso, y porque me necesitas hija mía es que he venido a ti" Tanagra miro a su madre a los ojos y supo que ella conocía el dolor que atormentaba su alma, no dijo nada y en cambio permitió que su madre siguiera hablando en esa voz tan dulce y melódica que tanto había extrañado "No solo eres mi hija, eres la hija de la tribu, pero hoy te daré lo que tu padre no te dio: opciones. Puedes venir conmigo y te prometo que solo encontrarás paz y felicidad eterna, o puedes quedarte aquí enfrentar tu destino y abrazarlo fuertemente, no puedo prometerte o decirte que encontrarás en el, pero es tu decisión". Tanagra no sabía que decir, si se iba con su madre algún día Danzarín de Fuego también se uniría al mundo de los espíritus y podrían estar juntos, pero ¿Y su pueblo? Ella había sido criada para liderarlos ¿Que sería entonces de ellos? No hubo ni un instante de duda en su voz cuando contesto "Amada madre, elijo quedarme con mi gente y abrazar mi destino", dicho esto su madre sonrió y agacho la cabeza en señal de aceptación, luego la volvió a mirarla a los ojos y beso la frente de su hija mientras esta cerraba los ojos para disfrutar más esa caricia materna. Cuando los volvió a abrirlos se encontraba de nuevo en su cama.

A la mañana siguiente la neblina había desparecido inexplicablemente del lago y en los dos días siguientes, a todos les extraño verla tan animada e incluso supervisando los preparativos de la boda, Danzarín de Fuego no pudo sentirse más orgulloso de ella y la amo más, aunque creía que eso era imposible.

Llego el día de la boda y esta se llevo a cabo sin ningún contratiempo, la sacerdotisa y vocera de los dioses les dio su bendición y ato el nudo de su unión. En el banquete brindaron con el mejor vino y cantaron las más originales y complejas canciones.

Fue entonces que sucedió algo inesperado, el novio, Puño de Roca, se atraganto con un pedazo demasiado grande de carne y apenas masticado que intentaba digerir, y a pesar del auxilio de sus más cercanos guerreros, cayó muerto sobre el banquete.

Entonces Tanagra se convirtió en viuda el mismo día que se desposo, y también se convirtió en la líder de dos aldeas. Bajo su mando, los pueblos se unieron en uno solo y alcanzaron una prosperidad nunca antes vista. Un par de años después, cuando estaban en pleno apogeo, el líder espiritual de la aldea le dijo "Mi reina, es usted muy bella y joven, y la aldea necesita herederos de su estirpe que continúen la prosperidad que hemos alcanzado, lo he consultado con el mundo de los espíritus y anoche el viento me susurro el nombre de su compañero" Antes de que terminará de hablar ella en su corazón supo el nombre y una inmensa felicidad la llenó.

La boda se celebro en una ceremonia más sencilla que la anterior y con un banquete mucho más discreto. Todos en la aldea aprobaron la unión y notaron el brillo en los ojos de su líder cuando pudo tomar de la mano a su esposo y líder de todos los guerreros: Danzarín de Fuego.

Tanagra comprendió que esa noche en el lago había sido una prueba, no se debía dudar del destino, sino abrazarlo... Y tener fe.