La noche corre...

La noche corre
los esqueletos relegados son dibujos en el aire
de un sacerdote de humo
Hay palabras de pie esperando un fuego
en su cabeza
El licor se filtra como una daga
en el corazón del estómago
repleto de sensaciones etéreas
Se pinta el aire con lápices negros
y un ser de cuatro bocas
me llama desde el eco que rebota
y se ahoga en la garganta del tiempo
Estoy así desde el comienzo del mundo
desde que la leyenda se clavó en la tierra
y en mi lengua
Así como una interpretación en una cueva
como una gota de sangre que cae
en pleno combate
Luego el silencio
aristas que te clavan
cuando levantas la cabeza.

 

con estos versos puedo escuchar a IRON MAIDEN y disfrutar tu escrito... un gusto leerte.

 

La excelencia divina del arte espléndido.

 

Vaya, la última vez que miré no había visto esta noche que corre...

Te veo con una conciencia que recorre unas calles con demasiados vagabundos, como ejemplo de lo terrible que sucede en el mundo. Algo te quema por dentro y te hace mirar a la pequeñez del ser humano, a su incapacidad para crecer, para alcanzar un mundo que destierre las miserias. Yo lo veo más existencial que gótico, pero yo manejo estos términos con el cuidado de quien no es consciente de lo que tiene exactamente en las manos.

Desde luego lleva tu sello personal, Antonio, son los versos que te hacen pararte como la mirada de una Geisha y adentrarte a la aventura de su misterio; aventura que también tiene algo de complaciente, pues tienes costumbre de permitir la total libertad del lector para construir a partir de las sensaciones que inspiras.

¡Qué manera de crear la atmósfera! Se ve el dibujo que se hace realidad, o la realidad que se hace dibujo y se ven los rayajos negros.

 

Gracias Álvaro, como siempre acertado en tus opiniones. Creo que tienes un último poema, lo leeré con fruición. Saludos.

 

Espectaculares imagenes brotan de tu pluma.Me fascinó MARQUELO.