La Noche

Ya desde la sierra de noche clara y cantarina se observa la luna recortada ofreciendo sus lechosos encantos a un pueblo que, insomne y fuera de sus casas de paja, hincan el ojo despierto en la descomunal radiación que aquella ofrece.Para que así no duerman y tengan que enloquecer en una vigilia donde ni se escucha el murmullo sonoro del viento.Aquellos,exhaustos,se hincan de rodillas en los campos de tostado color manzana y rezan al dios calamitoso del sueño.Este, de lo alto, ríe de hilaridad ante el sufrimiento infinito de tales míseros mortalesues no pueden cerrar el legañoso párpado para dormir y así sumergirse en el torbellino vaporoso de proféticas pesadillas por venir.Entonces,cuando todo parecía estar en calma, he aquí, que se presenta una Penélope radiante de luz que desliga de las calamidades de tal noche de infernal tañido a todo humano que la reconozca como la salvadora de sufrientes mártires que ofrecen su sangre redentora para lavar las crueles culpas heredadas de generación en generación...y así purificarlos en la agua que hierve cual manantial salvaje y semiescondido entre la espesura de un bosque que llamea sin cesar...esperando a la nueva alborada que ha de romper los encantos maldicientes de la espectral noche que se va difuminando para gracia salutífera del dios que anida en los cielos.Entonces, la muchedumbre por entonces sonámbula,despertará de la vigilia artificial para condecorar a la nueva mañana de grácil forma.