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La novia triste

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por Histrión, 6 de Octubre de 2014. Respuestas: 4 | Visitas: 768

  1. Histrión

    Histrión Poeta recién llegado

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    I

    En la plaza hay una chica, llorando frente al espejo de una de las ventanas de la iglesia. Debo confesar que no tanto lo apocalíptico del panorama desolador sino más bien esa novia triste es lo que mantiene mi alma intranquila, y, aunque también me sonroja y estremece, me gusta como su voz de arcángel hilvana entre sus labios el suspiro que sella su dolor, a la vez que hace de réquiem digno a la tragedia que aquí nos congrega.

    Podrá la mente superficial dejarse engatusar en engañosas especulaciones y vanas cavilaciones porque solo una imaginación muy precoz osará imaginársela como a Venus emergiendo de la concha; ¡y que injusticia comete aquel que no lo haga!, porque ¿quién podrá siquiera describir la belleza de su rostro y la fineza en su porte? ¿Quién, después de verla podrá hacer otra cosa que enamorarse?
    Aún más orgullosas que las alas del águila más orgullosa se extienden las sedas de su vestido, y aún más ceñido que el capullo de la más tímida mariposa se ciñe el corsé a su silueta de Afrodita. Y sin embargo, no tan lejos, pero a lo largo del empedrado y más allá del tétrico monumento que el pueblo tiene por fuente, los tacones de sus zapatillas blancas y su crujir inevitable al andar, algo tienen que recuerdan el latir de su marchito corazón.

    Más allá, sobre la otra catedral, entre el péndulo y el reloj, las lentas y pesadas nubes viajeras secuestraron al arcoíris y empañan el cielo con una palidez más mortal que la muerte misma, quizá con el mismo ideal del ruiseñor que se suicida para teñir la rosa blanca en su sangre fresca –afán de hacer brotar amor donde no existe-, aunque eso solo Wilde lo puede explicar, y aunque las nubes sean grises, ya de nada sirve seguir mandando palomas mensajeras si la tormenta en realidad ya terminó.
    Claro está pues, que ninguna paloma gloria o dicha tendrá en llevar atadas a su pico las palabras que nadie tuvo el valor de pronunciar, ni debe ser maldecida en tal modo que sus alas se manchen con la tinta de las únicas tres palabras que nunca deberían mezclarse: Amor, noche y distancia.

    II

    Hay noches en la que cantan los grillos, y otras en las que se prefiere escuchar cómo crepitan las fogatas agonizantes. Hay noches silenciosas que ojalá fueran tan eternas como el ulular del búho en las noches siniestras. Hay noches en que el poco poético ladrido de algún cachorro quita las ganas de dormir, y hay noches de suspiros que quitan el aliento. También hay noches que vienen para quedarse en la memoria de los enamorados como la nota que queda tatuada para siempre en el alma de un violín o el perfume fresco en la piel de la joven que sucumbe por vez primera al amor carnal. Pero aquella noche no se parecía a ninguna otra noche…
    Chapoteaban en el cielo dos o tres búhos rebeldes y en esta plaza demacrada, el único farol encendido recordaba con tétrico afán a un faro de vigía cuando su halo brillante alcanzaba suavemente los contornos de la única fuente del pueblo. Su brillo parecía un radiante astro estirándose para acariciar el sonrojado rostro de la única mujer despierta, que trazando corazones sobre el agua, esperaba sentada con las piernas cruzadas a sus orillas en la pose grácil de la más seductora sirena. Pero había algo en el aire aparte de la fragancia deliciosa que su lipstick y su eau desprendían. Había una timidez mortal en aquella mujer misteriosa. No la usual coquetería que se quiere hacer pasar por timidez, sino una timidez profunda y peligrosa que la obliga a encadenar su personalidad y a envolver sus virtudes cual góticas muñecas Matroska, una envainada dentro de otra, cada vez más dentro de un enigma infinito.
    A aquel rostro de facciones artísticas, ¿era realmente posible que le estuviera prohibido dibujar una sonrisa? A aquellos labios ardientes, ¿era posible realmente que ningún mortal hubiera besado jamás? ¿era posible que por piel esos labios solo hubieran tocado la piel de una manzana, y por saliva, solo conocieran su néctar?
    A morir estaba dispuesto con tal de rasgar el velo de su mirada, y no solo quería rasgar los hielos de su timidez con una pluma de ave cantora, sino que mi mirada no encontraría descanso hasta sentir en ella reflejada la de mi musa adorada.
    III
    Hoy despierto de este laberinto pasional en el que todo fue solo una ilusión, poco más que un sueño; y es ahora cuando siento como mis manos y labios se congelan de la peor manera posible: mis manos lejos de las de ella, y mis labios, secos, porque aquel Adonis maldito me la arrebató... aquel Maquiavelo del amor se la llevó de mi lado y la sedujo, pero ¿para qué si luego la abandonó? ¡Casanova más cínico y bastardo no hay!
    Y aquí, ahora bajo esta lluvia torrencial observo a esa novia triste que se aleja hasta perderse en ese lapislázuli infinito que los poetas llaman horizonte. Ya no es mi conciencia inquieta la que teje los hilos que mi imaginación desanuda cuando quiere zarpar, sino el latir de mi corazón es el que se apaga, como si se dispusiera a naufragar... para siempre. Éstas, mis últimas palabras no son melancólicas, sino que son la viva voz de mi alma, todavía enamorada. Porque a morir, sigo dispuesto.
     
    #1
  2. Maramin

    Maramin Moderador Global Miembro del Equipo Moderador Global Corrector/a

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    Excelente relato nos compartes, una estupenda narración bien presentada de esa pobre novia abandonada que observas con el corazón en un puño...:::banana:::


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    #2
  3. Histrión

    Histrión Poeta recién llegado

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    Gracias, que bueno que te gustó... estaba empezando a creer que nadie nunca comentaría. ¡Qué grata sorpresa, sin embargo!
     
    #3
  4. princesa de fuego

    princesa de fuego Poeta que considera el portal su segunda casa

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    alguna vez fue parte de ese circulo de corazones rotos ...eslabones que nunca se juntan ... un gusto leerte:::hug:::bienvenido
     
    #4
  5. Histrión

    Histrión Poeta recién llegado

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    Gracias, Princesa de Fuego. Me alegra que hayas disfrutado con su lectura tanto como yo disfruté con su escritura. :)
     
    #5

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