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La "odisea" (no Es Un Poema, Es Una Historia...ES MI HISTORIA... MI VIDA...)

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por octavio_177, 26 de Junio de 2008. Respuestas: 2 | Visitas: 705

  1. octavio_177

    octavio_177 Poeta recién llegado

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    17 de Abril de 2008
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    Era la noche del 13 de septiembre de 1986 y la señora Maria del Carmen Romero se encontraba en sus últimas horas de gestación; por fin había llegado el momento que cualquier madre espera durante nueve meses; que en realidad pasan como nueve siglos, en los cuales toda madre comienza a sentir, a pensar, y a planear cosas de y para su hijo.
    Las horas transcurrían mientras Maria del Carmen sentía en todo su cuerpo las ganas que ese ser dentro de sí tenía de salir a un mundo nuevo; mundo que le estaba esperando con ansias para mostrar sus peligros y para enseñarle tantas cosas, entre ellas, la amistad, el amor, el odio, el rechazo, las frustraciones, el éxito y otros sentimientos y experiencias de las que está compuesta nuestra vida.

    Ya eran las diez de la noche en la ciudad de Neiva y Maria del Carmen iba rumbo al hospital general. El conductor del taxi por un instante parecía el piloto de un bólido de fórmula uno a medida que iba esquivando los vehículos que se le ponían en frente y que la aguja del velocímetro se inclinaba cada vez más y más, conforme los cambios del carro aumentaban. En poco tiempo, el piloto de taxi arribó al hospital y el personal medico se encargo de la señora.

    El niño aun no había nacido, luchaba por salir y Maria del Carmen lo sentía, pero los médicos decían que aun no estaba listo. Mientras tanto, el reloj marcaba las once y cincuenta de la noche y María estaba feliz en medio de sus terribles contracciones.
    Por fin el niño avisó que estaba listo para salir, el catorce de septiembre a las tres de la mañana, despertando el interés de la madre y médicos quienes en medio del malestar del trasnoche atendieron el parto.

    Hasta que por fin comenzó la lucha por vivir de este niño, con un procedimiento algo simple pero que llevaba un mensaje implícito, ya que como casi todos, él fue recibido en una forma cruel, como para decirle con esa palmada en las nalgas: “esto es lo que te espera”.
    Los años comenzaron a transcurrir y no pasaban en vano; mientras el niño crecía en todos aspectos, cuando cumplió sus dos años de edad, su vida cambió abruptamente con la ausencia de una figura paterna, figura que tuvo que asumir de ahí en adelante Maria del Carmen, convirtiéndose desde entonces en el padre y madre de aquel infante que aun ignoraba lo que sucedía.
    A partir de ese instante, la vida no fue fácil para María del Carmen, quien era madre soltera de dos hijos; una niña de nueve años y el niño de dos años que siempre estaba cerca suyo debido a su estado de vulnerabilidad. Esta señora se armó de valor y dos ó tres cajas de ropa y se aventuró a sí misma y a sus hijos en la mas grande de las odiseas en la capital; quería forjar un futuro para sí y para sus hijos, por los cuales hasta mataría.

    Poco a poco su situación fue dejando de ser tan mala, bueno, por lo menos lo suficiente para que su hija mayor tuviese su educación primaria y bachillerato asegurada en un colegio privado, hasta que las espeluznantes garras del desempleo la apretaron y arrastraron sin misericordia, entonces, su hijo menor, aquel niño que una vez perdió a su padre, viendo la situación económica en la que se encontraban, optó por dejar sus juguetes y juegos infantiles a un lado y se ofreció a brindar su apoyo laboral para que la familia no sucumbiera.



    A pesar de sus escasos siete años, este infante tuvo que enfrentarse junto a su pequeño grupo familiar contra la cruda y violenta sociedad del rebusque. Juntos tuvieron que pasar por muchos trabajos, pero nunca dejaron de insistir, lo cierto es que María del Carmen tenía muy claro que sus hijos debían tener por lo menos un techo en donde pasar los días difíciles, “los días de hambre”. Es por eso que se partió la espalda (no literalmente claro está) para comprar un lote, el cual construyeron poco a poco, tras grandes dosis de sudor y lágrimas, las cuales, se vieron recompensadas cuando un pequeño y acogedor rancho estuvo terminado, bueno casi terminado.
    La verdad fue que esta pequeña familia tuvo que sufrir demasiado para obtener cuatro paredes de ladrillo y unas cuantas tejas de zinc. Pero aunque no era “la casa más hermosa”, para la familia del niño si lo fue, sencillamente porque estaban en algo que sentían propio.

    Las adversidades continuaron y el niño seguía tendiendo su pequeña mano de ayuda para su madre. El tuvo que pasar muchos trabajos junto a su madre para conseguir lo de la dieta diaria del estrato uno, esa dieta que se conoce como “ACPM”, Arroz, Cuca, Plátano y Mierda, esa mierda que había que comer para poder conseguir la otra parte de la dieta alimenticia del estrato uno.

    Bueno lo cierto es que juntos pasaron por trabajos como la venta de: tamales, empanadas, pasteles, helados, pinchos, chance y otros tantos más… pero nunca se rindieron.

    Mientras los años pasaban y los esfuerzos por mantener la familia a flote seguía, aquel niño se convirtió en un joven de doce años. Pronto el pequeño núcleo familiar decidió que debía estar cerca de los suyos, de vuelta en la ciudad de Neiva. Estando allí, el joven inició sus estudios de bachillerato y la situación de la familia dejó de ser turbulenta, el joven siguió sus estudios sin ningún problema, excepto el de no tener dinero par comprar gran parte de sus útiles escolares y por supuesto los libros respectivos, pero él no permitió que esto lo detuviera, así que recurrió en varias ocasiones a la solidaridad de sus compañeros y amigos del colegio.

    La vida continuó como tras la tormenta viene la angustiosa calma, hasta el momento en el que las garras desalmadas del desempleo capturaron de nuevo a María del Carmen, era como si la hubiese estado esperando, como si le hubiese estado preparando la mas horrible de las emboscadas. La reacción no se hizo esperar, el joven debía entrar en acción; debía tender su mano (ahora un poco más robusta), y decirle a su ser querido, “madre, yo estoy contigo”.

    Ya el joven tenia catorce años y aunque trabajó para ayudar a la mujer que lo había traído al mundo, el dinero que consiguió, no le alcanzó para costear su colegio. Era diciembre del año dos mil y el joven no encontraba salida para continuar sus estudios e ingresar a noveno grado, de pronto su cerebro se iluminó, como suele pasar con las caricaturas cuando algo se les ocurre, entonces corrió hacia el primer “SAI” que encontró, y buscando el directorio de la ciudad de Cali, que es (donde vive su abuela paterna) encontró el nombre de su abuela, la madre de su padre, de ese hombre que una vez lo abandonó y que no le dejó más que miseria. Lo único que se le ocurrió al joven era pedir por primera vez la ayuda de su padre, pero debía contactarlo en la ciudad de Cali.
    El joven llamó a su abuela para hablar con ella y preguntarle por su padre, después de eso, consiguió treinta mil pesos prestados y partió hacia un lugar desconocido, solo con un maletín del colegio equipado con un pantalón, dos camisas, dos interiores y su cepillo de dientes; además, se marchó dejando a su madre llorando desconsolada y con un millón de temores en su corazón. El joven viajó por nueve largas horas, durante las cuales se hizo tantas falsas imágenes de aquel hombre que en realidad no merecía ser llamado “padre”, es más, ni siquiera hombre.
    Cuando el joven arribó a la ciudad de Cali, ya eran más de las diez y media de la noche, así que tomó un taxi con tan solo cinco mil setecientos pesos en el bolsillo; él estaba muy asustado debido a que el vehículo de servicio público tenía un taxímetro, y eso era algo que el joven no entendía, además, el conductor, al notar que el era recién llegado se avivó y comenzó a perderse por lugares que en realidad podía reconocer a ojos cerrados.

    Por fin el paseíto del conductor acabó cuando sintió que ya tenía lo de una buena carrera asegurada, cuando el joven pagó solo quedó con cien pesos en su bolsillo mientras el conductor iba por mas foráneos del terminar para repetir su hazaña.
    El joven por fin conoció a su abuela paterna y también a su familia quienes lo apreciaron y lo acogieron en sus corazones con amor sincero, lamentablemente, el padre del joven no lo recibió como lo esperaba, por el contrario, su recibimiento fue detestable, como si le hubiera dado una patada en la cara con unas botas punteras a aquel joven que esperaba con ansias ver el rostro de su padre.
    Todas esas ilusiones que tenía se desplomaron como pasó el once de septiembre con las torres gemelas, el joven tuvo que regresar a Neiva, a su casa, a su madre.
    En el bus mientras transcurrían otras interminables nueve horas de regreso, llenas ya no de incertidumbres si no de reflexión comprendió que madre no hay si no una y que padre cualquiera puede serlo.
    Ya estando en la ciudad de Neiva y con treinta mil pesos menos en el bolsillo por la travesía en busca de nada, el joven se entero que le fue otorgada una beca en la caja de compensación para cursar noveno grado, la felicidad se hizo esperar, al fin la vida le arrojaba unas migajas de felicidad y oportunidad, oportunidad que no desaprovecharía.
    Cuando terminó su grado noveno e ingresó satisfactoriamente a décimo grado se propuso no dejarse vencer por las adversidades , así que hizo un plan de vida cuidadosamente calculado , para que más adelante , nada fuese a sorprenderlo .
    La vida y el tiempo no trataron con clemencia al joven y a su familia, por el contrario, cada día que pasaba trajo consigo obstáculos cada vez más difíciles pero el joven no se dejaba intimidar, parecía un guerrero mitológico de esos que luchaban contra la voluntad de los dioses.
    Así pasaron tres años desde la travesía en busca de un padre que no existía. ya era el mes de enero del 2003 y la madre del joven que ahora tenía 16 años trato una vez más de escapar del desempleo y probo suerte una vez mas en la capital, así que partió junto a su hija que tenía 23 años y dos niños que habían sido concebidos algún tiempo atrás cuando la hija tenía tan solo 17 años.
    Comenzaron de nuevo la travesía contra el desempleo, pero esta vez, el joven se quedó en la ciudad de Neiva para terminar sus estudios del grado once.
    Pero una vez más, como si los dioses de la Grecia mitológica se empeñaran en entorpecer el desarrollo de esta familia, sucedió un accidente, la madre del joven se desplomó por las escaleras de un cuarto piso hasta el primero, entonces, el joven tuvo que ir por su madre hasta la capital, en donde tuvo grandes dificultades para emprender con su madre, hermana y sus sobrinos el viaje de retorno a casa.
    Estando ya en Neiva todos juntos siguieron luchando contra sus problemas cada día peor pero que le daban más y más fuerzas al joven para seguir luchando sin desfallecer.
    Actualmente ese joven que siempre ha estado luchando contra las adversidades de la vida, se encuentra finalizando sus estudios de Licenciatura en Lengua Extranjera en la universidad Surcolombiana y aún está demostrando que por fuertes que sean los obstáculos y los problemas, si uno se propone a cumplir con sus metas nada nos podrá frenar o vencer, ésta es una lección que este joven ha tenido que aprender a bofeteadas, a que nada es fácil y lo fácil no dura ni enseña, ni es útil, que aunque haya problemas siempre hay una salida, una solución y que los amigos siempre están ahí, ayudándonos en secreto como el héroe que nunca revela su identidad.
    Bueno, creo que aquí termina un pequeño episodio de la larga odisea que este joven tendrá que vivir hasta llegar a su Olimpo. De aquí en adelante la historia se seguirá escribiendo con las acciones y decisiones que realice a puño y letra para que queden consignadas en el libro de la vida de este joven que responde al nombre de…





    … Luis Octavio Tabares



    ¡¡GRACIAS MADRE!!


    AUTOR : LUIS OCTAVIO TABARES
    :::blush:::
     
    #1
  2. octavio_177

    octavio_177 Poeta recién llegado

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    Espero Que Encuentren Agradable Este Escrito... Pues Es La Forma Que Tengo De Contarles Quien Soy Yo !!
     
    #2
  3. reltih

    reltih Poeta que considera el portal su segunda casa

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    te ha tocado duro mi hermano, para nosotros lo de bajos recurso, en este puto país, siempre nos ira de puta madre. bienvenido a la realidad que aun nos queda.
     
    #3

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