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La oruga y la manzana

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por xantos123, 12 de Octubre de 2012. Respuestas: 0 | Visitas: 1004

  1. xantos123

    xantos123 Poeta recién llegado

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    10 de Octubre de 2009
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    Tras el largo y duro invierno el manzano siente a sus ramas renacer, las flores coronan cada rincón, su esencia de deliciosos aromas se extiende como una nube y las hojas de sus tallos sienten la caricia de la dulce brisa. Pero la huerta ya no es el paraje tranquilo y hermoso de otros tiempos, una larga y silenciosa sombra ha secado las plantas y los árboles hermanos han perecido bajo la asfixiante atmósfera de destrucción y codicia que impera entre sus habitantes. El manzano recuerda, la primavera es una estación de promesas y esperanzas y con ella el viejo manzano sueña que su esencia es la Madre Tierra y que ésta recuperará su forma y todo volverá a ser de nuevo como un día fue.

    El tiempo vuela, los días pasan y la primavera termina, los frutos de sus ramas han crecido, su cuerpo ahora soporta el peso del futuro de su especie, pues sus hijos, sus vástagos crecerán de sus semillas.

    Mas el mundo es cruel y el temido momento llega, los habitantes del ya moribundo huerto despiertan de su letargo y como alimañas sedientas se lanzan sobre el pobre árbol. Nada puede hacer, sólo observar como se arrastran, como lentamente se acercan hasta su base, como trepan por su tronco y se extienden por sus ramas, como una plaga cubren su superficie y glotonas sacian su hambre con los frutos de sus entrañas.

    Tenemos hambre, tenemos hambre repiten sin cesar mientras comen y comen, tenemos hambre, tenemos hambre, no podemos parar, tenemos hambre, tenemos hambre.

    Pero, ¿qué estáis haciendo?, replica el manzano, comiendo no saciaréis vuestra hambre, debéis pensar, ¿cuándo terminéis con mis frutos, qué comeréis?, las hojas más tiernas contestan, ¿y cuándo terminéis con ellas?, las hojas amargas, ¿y si aún tenéis hambre, después qué comeréis?, nos abriremos paso por tu corteza hasta tu corazón y allí saciaremos nuestra hambre con la ambrosía de tu savia. Vulgares sanguijuelas que no sabéis vivir mas que a través de los demás, ¿por qué no intentáis valeros por vosotras mismas?. Ahí tenéis el ejemplo de las hormigas, fijaos como recolectan todo lo que necesitan para el invierno, como trabajan de sol a sol, solícitas, sin quejas, ellas también tienen hambre, pero no se aprovechan de otros para seguir viviendo.

    Tenemos hambre, tenemos hambre, ¿por qué tendríamos que trabajar, sacrificarnos por los demás, si tenemos todo lo que necesitamos a nuestro alcance?, sólo tenemos que cogerlo. Tenemos hambre, necesitamos comer para seguir viviendo, ¿quieres que muramos?, ¿quieres que sacrifiquemos a nuestras crias?, ¿quieres que pensemos en tu bien mas que en el nuestro?. Tenemos hambre, tenemos hambre, cállate y déjanos comer en paz.

    Estúpidas criaturas, osáis vivir de mí sin que yo os dé permiso, mirad vuestra obra, mirad a vuestro alrededor, ¿quién sino vosotras ha destruido este lugar?. Mirad la tierra polvorienta, las plantas resecas, los escuálidos árboles frutales, hermanos míos, que otrora fueron fuertes y hermosos, llenos de vida y ahora son fantasmales espectros sin una gota de vida, vosotras inmundos vampiros les chupasteis la vida, les hicisteis eso y ahora pretendéis hacérmelo a mí, sabandijas sin conciencia. Sois como una plaga que crece y crece sin fin, os extendéis como langostas devorando y destruyendo todo lo que tocáis, no podéis contener vuestra codicia, vuestra ansia desmedida de poseer y controlar todo lo que veis, insensibles alimañas creced, creced y multiplicaos, comer, comer, engordad, saboread mi vida, disfrutadla mientras aún podáis, pero recordad que será la última.

    Tenemos hambre, no podemos hacer otra cosa, es nuestra naturaleza, tenemos hambre, comer forma parte de nuestra vida, necesitamos comer, necesitamos comer.

    ¿Comer decís?, ¡ignorantes criaturas!, ¡sí, podéis comer hasta reventar, podéis saciar vuestra mísera hambre, pero algún día os arrepentiréis de lo que habéis hecho cuando toda la huerta haya muerto!. Entonces, ¿qué tendréis para comer?. Dejar al menos unas cuantas de mis manzanas, con sus semillas la huerta podrá volver a crecer, si lo hacéis nada malo os pasara, podéis dormir un largo tiempo y cuando despertéis, la huerta volverá a crecer. ¡Pensad!, ¡es vuestro futuro el que está en juego!, ¡dejad unas cuantas de mis manzanas!, ¡soy el último que queda!, ¿qué haréis cuando yo también haya muerto?.

    No nos importan los que vengan detrás, ¿quieres que pasemos hambre pensando en aquellos que ni siquiera han nacido? Es una estupidez, nuestros hijos encontrarán la forma de sobrevivir, si no es en este lugar será en otro. Ahora, tenemos hambre, tenemos hambre.

    Sí, se dice el anciano manzano, sabía que diríais eso, siempre decís lo mismo, lo mismo les dijisteis a mis primos y hermanos. Malditos gusanos, saciad vuestra hambre en mí, pero recordad mis palabras:

    “Vuestra egoísta naturaleza será la causa de vuestra destrucción, no os sorprendáis cuando la Madre Tierra reclame una compensación”.

    Literalmente, “nos estamos comiendo nuestro mundo”
     
    #1

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