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La Pelea

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por Luis Fernando Tejada, 12 de Marzo de 2011. Respuestas: 0 | Visitas: 815

  1. Luis Fernando Tejada

    Luis Fernando Tejada Poeta reconocido

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    9 de Agosto de 2008
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    Son estrechas las estancias del cerebro y en ellas entrechocan los pensamientos, con la certeza de despertarse. En la muerte la calma se conectará con la noche, con la luz de la luna y las estrellas que extenderán su resplandor. Ahora son pensamientos, son visiones diluyéndose: El espíritu, rocío muerto sobre la valla, la brisa que sopla y la niebla sobre el lugar se prolonga sobre las copas de los árboles, ¿Sueños? Sus facciones desaparecen lentamente, son reales. La escena es muy compleja, y no se puede desatar, ni aún oír su acento, pero si un brazo largo señalando el árbol amenazando ruina.

    ¡Cállate! ¡Estás demasiado pesado!. Creo que ha llegado la hora de irnos a dormir. Este borracho ya no aguanta un trago sin que le dé por demostrar lo fuerte que es.


    -Mario, lo acompañas hasta el camino que empieza en la zeta grande. Ese por instinto sigue hasta la casa-.


    -¿!Y porque yo!?-


    -Por qué eres el único de su tamaño y puedes controlarlo-


    -A nosotros se nos rebela-


    Decía otro de los amigos que rodeaban un baboso y grande borracho que quería tomarse la última botella a como diera lugar.


    -Bueno, pero lo dejo en el camino, yo no me voy a encartar con un borracho a estas horas. ¡ Qué desgracia la mía! Si ni siquiera le guardo simpatía. Siempre ha tratado de demostrar que es más fuerte que yo y seguramente me pondrá problemas en el trayecto-.


    -Recoge un palo en el camino y si te pone pelea, dale una tunda que la recuerde por todo el resto de su vida.


    Decía, al hombre más sobrio de los tripulantes de un barco de rio recién atracado en el puerto de origen, el que parecía de más autoridad. Todos vivían cerca del casco urbano, en las afueras pero en distintas direcciones.

    De origen campesino, habían acabado embarcándose en un gran barco que repartía mercancía a todo lo largo del gran afluente del Magdalena. El día de pago religiosamente se reunían en el bar de mala muerte en donde en estos momentos discutían sobre quien iba a acompañar al más problemático de los cuatro.


    El borracho a guiar, malicioso, se dejó llevar, porque quería demostrarle al otro grande quien era el más fuerte. En el camino a casa le arreglaría cuentas.

    Al otro día y cuando los amigos aparecieron en el barco para embarcarse de nuevo, faltaba el borracho belicoso.

    -¿Cómo te acabó de ir con el hombre?-


    Un poco turbado y nervioso les anotó que lo había dejado en donde habían quedado y que se dirigió hacia su casa sin mirar atrás. Se había pasado todo el camino desafiándolo a pelear y él a sacarle el cuerpo, por eso cuando pudo se le adelantó tratando de poner distancia entre los dos.


    -Seguramente ya aparecerá-


    El hombre les esquivaba la mirada a los otros amigos y se veía a las mil leguas que no quería tocar más el tema.


    -Averigüemos si hay viaje hoy. Parece que el capitán tiene dificultades con el combustible. Creo que postergamos la salida par dentro de dos días de acuerdo a lo que le oí hace como media hora. Además esperamos a Mario, seguramente aparecerá en cualquier momento-

    Una mujer pequeña y joven se dirigió hasta donde departían los tres amigos.

    -Hola, ¿No han visto a Mario? ¡No apareció en toda la noche y me vine a ver si estaba con ustedes!-


    -Oye tú, respóndele a la niña que sabes tú sobre lo que pregunta-


    -¡No se nada! Lo acompañé hasta el árbol viejo y ahí lo dejé. Ni siquiera miré hacia donde se encaminó después, porque quería evitarme problemas.


    -¡Bueno seguro se fue para otro lado. Así son los borrachos. Esperemos a ver si aparece!-


    -Lo grave es que se fue con el sueldito y no hay nada en la casa para comer. Tenía la esperanza de encontrarlo para que fuéramos a comprar algunas cosas-


    Dijo la mujer muy decepcionada.


    Pasados los días y de regreso de un nuevo embarque, los marineros se hallaban en el mismo bar de mala muerte, conversando sobre que camino pudo haber cogido el amigo, que en últimas, no apareció por ningún lado, ni ese día, ni los otros.


    -Se lo tragó la tierra-


    Terminada la tertulia se separaron y se dirigieron hacia sus respectivas viviendas. El hombre de más ascendencia le dio por recorrer el camino seguido por los dos borrachos la otra noche. Quería meditar sobre lo que pudo haber pasado. Le parecía muy raro que cuando mencionaban el caso, el otro no dijera esta boca es mía y más bien, desviaba la conversación hacia temas que no tenían nada que ver con el asunto en mientes.


    Estaba un poco oscuro. La luna en creciente iluminaba el camino como una linterna con las pilas agotadas. A medida que llegaba hasta el lugar en donde presuntamente se separaron los dos amigos una niebla espesa comenzó a aparecer en un sitio en medio de la bifurcación. Una corriente fría se sentía en el ambiente lo que le provocó al hombre un escalofrío que sintió especialmente en la columna y el cuero cabelludo. Como dice el común, se le pusieron los pelos de punta.


    El asustado hombre observó que de la niebla una figura fantasmagórica se materializaba a sus ojos. De ,la cabeza le brotaba una masa sanguinolenta, media cara la tenía totalmente aplastada, un ojo, como una bola negra caía hasta media mejilla colgado de unas especies de hilos, haciendo más terrorífica la imagen, que este hombre, al borde del desmayo, había visto en su vida.


    No recuerda haber escuchado sonido, pero si haberle parecido que le señalaba un lugar cerca de la zeta vieja. No recuerda muy bien, si lo que parecía ser un fantasma, tenía brazos y piernas como los humanos. Lo que si tenía en la mente muy claro era el sitio señalado.


    Recuperado en la casa contó lo que había visto esa noche decidiendo que cuando amaneciera iría a la policía a contar lo sucedido.


    En la estación le hicieron toda clase de bromas, pues conocían muy bien los programas que estos marineros desarrollaban cuando les pagan el sueldo.


    El oficial al mando le cedió un agente para que fueran a hacer una pequeña exploración por el sitio dicho. En son de broma le acotó al agente que si veía al fantasma lo detuviera de inmediato.


    Cerca de la zeta, en el mismo lugar en donde le parecía que el fantasma le señaló al hombre un lugar , encontraron tierra removida, o más bien hojarasca, ya que esa noche el que cavó allí no tenía los instrumentos adecuados para hacerlo.


    A menos de medio metro encontraron el cadáver del desaparecido. La cabeza destrozada y un ojo pendiente de su cuenca.


    Parece haber sido que los amigos, según reconstrucción posterior del crimen, se enfrascaron en la previsible discusión. Uno de ellos tomó un palo que halló y molió al otro, tal y como le recomendaron en el bar, pero en medio de la ira y el miedo que le inspiraba el voluminoso hombre, se le fue la mano.
     
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    Última modificación: 18 de Octubre de 2011

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