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La pesca en primero de año

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por musador, 20 de Enero de 2017. Respuestas: 8 | Visitas: 806

  1. musador

    musador esperando...

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    Transcurridas nueve horas del nuevo año, sentado en mi muelle, pescaba. Mientras atendía a los tirones en la línea y gozaba de la calma del arroyo, desierto a esas horas del año, pensaba en escribir un cuento sobre la pesca. Expondría, para empezar el cuento, las razones que explican por qué, a pesar de haber pasado tanto tiempo de mi vida cerca del agua, llegué a mi edad sin saber usar un reel frontal, y por qué, a pesar de mi afición a las ciencias naturales, apenas sé distinguir una boga de un bagre. Las galletas de mi infancia, mi impaciencia para desenredarlas, la navaja de mi padre que prontamente reducía mi línea a nada... Y contaría como, al tener nietos llegando a la adolescencia, se me ocurrió hace pocos días compartir con ellos la pesca y comprar para mi casa en la isla una cañita con reel frontal que es la que ahora uso; como, aconsejado por mi vecino de enfrente, Jorge, aprendí a lanzar... Y como lo estaba haciendo sin ningún enredo.

    Pensando en esto, sentí un tirón en la línea: respondí con mi tirón, pero no hubo enganche. Supuse que el pez me habría robado la carnada, por lo que recobré para poner una nueva. Lancé nuevamente, con bastante éxito, pero la plomada cayó hacia fuera de la línea de muelles, donde cualquier bote que pasara a motor podría cortar la tanza con su hélice. Recobré y lancé de nuevo, poniendo cuidado en hacerlo paralelo a la costa: la línea dio en una rama de un plátano que crece en la orilla, dando sombra al agua, y se enredó. Tirando con la mano de la tanza no logré nada; tiré tensándola y la solté bruscamente...: nada. Desaté mi bote del muelle, puse en él la caña, y remé hasta debajo de la rama. Esta estaba cuatro metros por sobre el agua: imposible alcanzarla. Probé de nuevo, inútilmente, de desenganchar la línea tirando de la tanza; mi vecino Jorge, que tomaba mate y sol enfrente, se reía y me aconsejó a los gritos —el arroyo es ancho— que subiera al árbol y cortara la rama. Más que la línea, a esta altura estaba en juego mi orgullo, el de superar mis antiguos traumas con los enredos... Volví al muelle, dejé ahí la caña, y entré en mi casa para buscar la escalera.

    Tengo dos escaleras: una de madera, de tres metros, que compré hace años y ya usé otras veces para subir al plátano para podarlo, otra de seis metros en tres tramos de aluminio, que compré recientemente y nunca había usado. En mi primer intento elegí la de madera. El plátano crece en un terreno lindero, a un metro sobre el barro de la costa que aparece cuando el agua está baja, y con sus raíces desnudadas por el agua de ese lado; del otro lado el terreno está invadido por la caña japonesa. Llevé, además de la escalera, una pala para abrir camino entre las cañas que complicaban el paso: estuve un buen rato hasta que logré pasar la escalera entre ellas y apoyarla contra el tronco del plátano. Hecho esto, pude subir y apreciar el panorama de la situación: la rama donde se había enganchado la línea era, en su nacimiento, bastante gruesa, de diez centímetros de diámetro quizás; con dificultad podía llegar, trepando por el árbol, a acceder a ella para cortarla con el zapallero, pero el plátano es duro y en esa incómoda posición me hubiera llevado horas, además del riesgo de caerme; estoy anticoagulado, lo que hace los riesgos mayores... Se me ocurrió entonces otra opción: como la rama era más fina en el extremo donde se había enganchado la línea, podría quizás tirando con una soga doblarla lo suficiente, o quebrarla, como para llegar a la línea. Pero desde el sitio en el que estaba pasar la soga era complicado: me acordé de mi nueva escalera, y fui a buscarla. Con alegría descubrí que, apoyándola en el barro de la costa —por suerte el río estaba bajo— llegaba muy cerca del nacimiento de la rama. Busqué una soga que tengo, de diez metros, subí llevándola por la escalera de aluminio, y vi con alivio que pasándola por encima de la rama las dos puntas resultaban accesibles desde el suelo: solo faltaba hacer correr la soga hasta el extremo de la rama donde estaba la plomada.

    La primera etapa fue fácil: con una ramita seca que corté del plátano empujé la soga hasta donde pude, a unos dos metros del tronco. Pero aún ahí la rama era muy gruesa. Bajé entonces y probé de correrla tirando desde el suelo, pero la rama avanzaba sobre el río y desde el barro tiraba casi en vertical. Busqué otra soga, la até a los dos extremos de la primera, busqué mi bote, lo até a esta nueva soga e intenté correr la soga sobre la rama a los tirones desde el río, remando. La soga avanzó, pero su trayecto era impedido por ramas menores en las que se enredaba. Decidí entonces aceptar la ayuda que me había ofrecido mi vecino Sebastián: le pedí que tirara remando desde el bote mientras yo, desde la costa, liberaba la soga de las ramas que le impedían correr. La soga avanzó entonces bastante, pero llegó un punto en que se trabó y no hubo forma de liberarla. Desistí entonces y, decidido a cortar la tanza, le agradecí su ayuda a Sebastián y volví en el bote al muelle. Cuando estaba por embarcar la caña de pescar para ir debajo de la rama a cortar la línea, me acordé de mi motor... Lo busqué, lo coloqué en el bote, volví a atar el bote a la soga bajo la rama, y pegué varios tirones río adentro con el motor; la soga se corrió nuevamente, pero no lo suficiente... Miré la hora... ya había pasado el mediodía de ese primer día del año: mientras pensaba en las posibles moralejas del asunto, puse la caña en el bote, fui debajo de la rama y con mi navaja corté la tanza. Un «¡plop!» en el agua fue señal de que había perdido la plomada y el anzuelo. «Aquí empezó el año», me dije.

    A la mañana siguiente hubo un buen repunte: cuando salí a mirar el arroyo, pude ver que desde el bote, con el bichero, podría alcanzar algunas ramitas que, tirando, me hubieran permitido doblar la rama para alcanzar el lugar donde estuvo la plomada.

    Glosario:
    galleta: enredo en la línea de pesca;
    repunte: crecida del agua provocada por la marea o los vientos;
    zapallero: pequeño serrucho de hoja curva.
     
    #1
    Última modificación: 20 de Enero de 2017
    A Lourdes C y libelula les gusta esto.
  2. libelula

    libelula Moderadora del foro Nuestro espacio. Miembro del Equipo Moderadores

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    Una entrada del año que, en principio, tenía todos los visos de ser placentera, y que por los detalles, tan bien narrados, se convierte en toda una aventura que, poco a poco, pinta unas escenas casi cómica, para el que la observa, claro, no para el que la experimenta. Bueno a la moraleja de que tu año empezó perdiendo " la plomada y el anzuelo" , yo le hallo otro sentido en los dos renglones finales, lo que para mi es la verdadera moraleja. Todo se ve distinto con el nuevo día, el viento y la marea, te trajeron ese "repunte", que te hubiera permitido doblar la rama para llegar al lugar donde estaba tu plomada y la hubieras recuperado con facilidad. Al igual que la vida, la impaciencia no suele darnos buenos resultados, y en definitiva el arte de la pesca consiste en despojarse de la prisa, así que, aparte de la caña, la herramienta esencial de la pesca es armarse de paciencia.
    La visión de un atardecer de pescadores con caña a orillas del mar, es de las escenas mas bellas y poéticas que he podido fotografiar, casi tan poética como la de un pintor sentado frente al mar con sus pinceles..
    Claro que mi perspectiva es la del lector, que lee entre lineas,aquello que cree que hay en esa lucha por recuperar la plomada y el anzuelo, sin tener que acortar la linea y que tiene su raíz en esa asignatura pendiente en tu infancia, por lo que nos cuentas al inicio...Pero vendrán otros muchos días que te darán una visión distinta y seguro que te dejaras poseer por la calma del arrollo, porque en definitiva esa es la esencia de la pesca con caña, junto a la danza de la linea con la plomada y el anzuelo del tiro inicial, viene la calma que requiere la espera...esa caña te dará, seguramente, muchos bueno momentos...
    He recordado la película "El río de la vida", que creo que en Argentina se llamó y "Nada es para siempre" basada en el libro de Norman Maclean una de sus frases explica los beneficios de el arte de la pesca -la pesca es una metáfora de la vida; es también una forma de preguntarse el por qué de las cosas...
    Un abrazo.
    Isabel
     
    #2
    Última modificación: 22 de Enero de 2017
  3. musador

    musador esperando...

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    Gracias, querida Isabel. La pesca es un excelente subterfugio para gozar tranquilamente de la paz del agua, yo me las he arreglado para tener ese goce sin practicar el subterfugio...

    Es interesante la moraleja del final del cuento... Uno se la pasa luchando por objetivos restringido por sus circunstancias, es el eje de este cuento mostrar la diversidad de recursos en el empeño. Pero de pronto las circunstancias cambian y te dan una nueva oportunidad, mi error fue abandonar sin apelar al último recurso: la espera.

    abrazo
    Jorge

     
    #3
  4. Lourdes C

    Lourdes C POETISA DEL AMOR

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    Es un relato muy interesante y no pude parar de leer hasta el final para saber cómo resolviste el problema. Parece que la impaciencia nos domina cuando no logramos resolver y eso nos pasa a casi todas las personas y ya después se da uno cuenta que estuvimos a punto de lograr nuestra meta pero ya es muy tarde. Hiciste el relato muy interesante y real. Encantada de leerte. Saludos y Bendiciones.
     
    #4
  5. musador

    musador esperando...

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    Gracias, querida Lourdes. Yo creo que la paciencia se logra con cierto ingenio para encarar un mismo problema de diversas maneras, con variedad de recursos: ese es quizás el eje del cuentito. Uno de estos recursos, el que no usé, es el de la espera: a veces las circunstancias cambian y la solución se acerca, como fue en este caso por la crecida del agua al día siguiente...

    abrazo
    Jorge

     
    #5
  6. Maygemay

    Maygemay Poeta que considera el portal su segunda casa

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    El relato es interesante, didáctico y lleno de recursos, pero me alegra el desenlace, no por tu frustración sino por los peces, pues soy vegetariana con alma franciscana.Hay tantas cosas bellas como la botánica y los secretos de las flores, hay tantas. ..
    Dime si en Tigre se cultivan frambuesas, pues yo no he tenido éxito. y si tienes lugar podría ser un óptimo negocio, pues no se consiguen, salvo congeladas y son muy buscadas en repostería.
    Cordialmente
     
    #6
  7. musador

    musador esperando...

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    Debo decir, estimada, que tenía una línea con la que reemplazar la perdida. Tengo, en general, una relación amorosa con la naturaleza, pero esto no me lleva al franciscanismo.

    Parece ser que la frambuesa amarilla podría dar bien en el Delta, aunque no estoy seguro de que sea prudente introducir esta nueva especie exótica en un ambiente ya bastante deteriorado: la zarzamora, planta del mismo género ( Rubus) que la frambuesa, es una invasora terrible en las islas.

    gracias y abrazo
    Jorge
     
    #7
  8. Maygemay

    Maygemay Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Pues ese recuerdo es el que tengo cuando iba con mis amigas en primavera en la secundaria. Algo había vist0... Te diré que las mermeladas más buscadas en Bariloche son de frambuesa, mora y zarzamora. Me he confundido con esta última en mis paseos por el Delta, son de color fucsia, tal vez, sean recuerdos de cercos en los senderos del Paraná de las Palmas, cuando hacíamos exploraciones con mis amigas del Normal... No creo que la frambuesa sea invasora. Dos veces traje de de El Bolsón y de Bariloche plantas con su fruta, pero no tuve éxito, en una ocasión fue porque mi perrita es demasiado traviesa y saltarina..., pero si vos decís que la zarzamora se desarrolla bien... La rosa mosqueta, sí, es invasora... Siempre pensé que la frambuesa requería clima frío, sin embargo, en Córdoba se da, porque recuerdo haber probado por primera vez mermelada de esa fruta cuando era pequeñita en la estancia El Rosario. Y ya conocemos que Córdoba es muy cálida. Me gustaría ver canastitas de frambuesas en los comercios y creo que a muchas personas amantes de la pastelería europea, también, Bueno con esto hay material para un cuento frutal a dúo , Saludos, Musador.
     
    #8
  9. musador

    musador esperando...

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    Investigaré el asunto, luego te cuento. Sé que en Sierrra de los Padres da bien la frambuesa, un conocido mío hace dulces allí con receta del Bolsón.
    saludo

     
    #9

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