La puerta sellada

"Ahi estaba la puerta, tan antigua como mi conciencia, tan misteriosa como mi propia persona suele ser; y pese a ello, para mi fue tan normal que aunque la abri y cerré tantas veces, ahora parecía tener un toque mágico, algo diferente y mas alla de cualquier posible explicación que pudiera darle.
Pasaban los días y no podía conciliar el sueño, no sufría el hambre y ni siquiera me preocupaba el ir a trabajar, era tan extraño y a la vez tan. . . normal; y por más que intentaba vencer mi temor, mi inquietud, no me animaba a girar el picaporte de la puerta, era como si algo dentro de mí me indicara que estaba prohibido, que no debía siquiera en pensar en hacerlo.

¡Que curioso!, siempre pensé en mi como una persona decidida cuando tomaba una decisión, así habia sido desde que comencé a entender la vida: tener amigos, sentir la responsabilidad de trabajar a temprana edad y empezar a vivir el amor, y ahora que lo pienso, el amor a veces fue lo único hermoso de mi vida. Tanta seguridad adquirí que a muy temprana edad salí de esta casa, dispuesto a encontrar la felicidad y a forjarme un futuro. . .y heme aquí, tan temeroso de abrir esta puerta, que me trae esta sensación, y esta angustia, como si no recordara haberla abierto antes. Aunque, a decir verdad, he estado tanto tiempo indeciso en abrirla, que no recuerdo que fue lo que encontre, solo recuerdo que fue algo importante. . . en fin, creo que dejo de escribir y trataré de entender mejor lo que pasa, y espero, algun día, abrir esta puerta que parece sellada para mí".



Una mano abre la puerta, y casi al instante se escucha una voz diciendo: "¿De nuevo abriéndola?, no te lastimes más por favor hija".

Una lágrima cae al suelo mientras una nota se encuentra al pie de la puerta:
"Quito el sello de mi vida, para encontrar la paz que nunca pude tener".

"Hace tres meses que quitaste ese sello justo en esta puerta, espero te encuentres en un lugar mejor mi amor", dijo la mujer antes de cerrar definitivamente la puerta.