La reestructuracion de la Historia

Cualquier parecido con la realidad en lo que respecta a personajes y hechos es puramente casualidad.

En el año 1934, un desconocido experto estadounidense de la historia, llamado Doctor Robert Lagar, elaboró una teoría que establecía la posibilidad de modificar la Historia a través de un simple proceso de eliminación y posterior implantación sucesiva y progresiva del conocimiento histórico. El proceso incluía un total control y manipulación de toda información para que los resultados del proceso fuesen satisfactorios. Lo que nadie sabe es que dicha teoría se llevó a la práctica.

El día 13 de enero del año 1937, en el aislado pueblo de montaña River Lake del estado de Carolina del Norte, un grupo de científicos e investigadores de diversas ramas, militares y por supuesto, algunos políticos interesados en la manipulación de masas desarrollaron uno de los proyectos más secretos de la Historia, lo llamaron “El proyecto Actuality”.

El sujeto del experimento consistía en un población de 365 habitantes, de raza blanca, religión protestante, de diversas edades, aislados del mundo o con muy poco contacto con él, de clase media a baja y con un nivel cultural bajo.

El primer paso fue elegir un primer grupo de estudio, se decidió que lo mejor y más sencillo sería empezar con los niños. Para ello, se trasladaron a los profesores de la escuela del pueblo y se sustituyeron por psicólogos y especialistas del proyecto, todo esto, claro está, sin levantar sospechas entre la población de estudio. Su objetivo comprobar si era posible moldear la Historia a conveniencia sin que nadie lo perciba. Durante meses los nuevos profesores siguieron impartiendo las materias asignadas tal como habría hecho cualquier profesor, pero con sutiles diferencias aquí y allá. Quizás la materia en la que más se notaba la diferencia era Historia Universal, aprovechando el nulo conocimiento de los alumnos sobre el tema empezaron a cambiar hechos y personajes históricos en un principio de la antigüedad, para luego ir cambiando otros hechos históricos más próximos a la actualidad. Nada radical, nada demasiado obvio, sólo lo suficiente para comprobar si los pequeños cambios eran asimilados por la población infantil. Fue todo un éxito, esto proporcionó la base para la realización de nuevas alteraciones del pasado más profundas. El hecho de la pérdida de la transmisión de conocimientos entre padres e hijos, así como el escaso uso de la tradición oral, permitía que cualquier conocimiento presentado formalmente a través de un libro de texto fuera aceptado como cierto. Si a esto, se sumaban referencias bibliográficas de otros libros previamente alterados, supuestamente más antiguos, las posibilidades eran ilimitadas, podían hacerles creer lo que quisieran.

Ante los resultados obtenidos con la población infantil, se decidió ampliar el ámbito de estudio a la población en general y se hizo de la siguiente manera. La Segunda Guerra Mundial había empezado y la población seguía las noticias de los acontecimientos en el exterior a través de un periódico y una radio local. Los investigadores del proyecto se hicieron con ambos medios de comunicación y empezaron a filtrar las noticias, eliminando aquellas que no deseaban que fueran públicas y creando otras nuevas adaptadas para estudiar las reacciones de la población. En poco tiempo consiguieron controlar toda la información que llegaba del mundo exterior, establecieron medidas para evitar que los habitantes salieran de la montaña y fueran “contaminados” con información “no oficial”. Con el paso de los años fueron creando un mundo paralelo donde los aliados retrocedían y los alemanes avanzaban, donde los alemanes conquistaban Europa y Rusia, donde se firmaba la paz, siendo Alemania dueña de Europa, donde los japoneses nunca entraron en guerra, donde las bombas nucleares nunca fueron lanzadas sobre Japón, donde el mundo quedo dividido en dos bloques el americano y el alemán. El resultado del experimento dejó entusiasmados a los investigadores, lo habían logrado, habían moldeado la Historia a su conveniencia, podían hacer creer a la población lo que quisieran sin ningún problema.

Por supuesto, no todo salió a la perfección, hubo momentos en los que debido a algunos fallos algunos miembros de la comunidad percibieron que algo no andaba bien. En estos casos, los métodos correctivos eran rápidos y contundentes, si alguien veía, oía o conocía algo que no debía saber era arrestado por un delito inventado o simplemente desaparecía y se decía a sus amistades que se había marchado del pueblo. Sin duda, el caso más importante y que fue objeto de un estudio minucioso fue el del Señor August Abert. Dicho individuo obtuvo de forma desconocida un libro “prohibido”, no modificado, por el cual descubrió que la Historia que les habían contado no era la verdadera, pero quién puede decir cuál es la verdadera, como se sabe la Historia la escriben los vencedores, o mejor dicho, la reescriben. En fin, el buen hombre, creyendo que era lo correcto, se acercó a la oficina del sheriff para denunciar la verdad. Cuál fue su sorpresa cuando le quitaron el libro y le dijeron que estaba delirando, que aquel libro era falso, fruto de algún gracioso que quería divertirse a su costa, que como prueba estaban todos los libros de la biblioteca del pueblo (cuidadosamente modificados) que corroboraban la Historia “oficial”. El pobre hombre no se dejó convencer, protestó, dijo que iba a denunciarlo y se marchó al ayuntamiento, allí dijo lo mismo, pero le ocurrió otro tanto, le ignoraron, gritó, se puso colérico, había vecinos en la calle a los que gritó la verdad, que les estaban engañando, que les habían lavado el cerebro, que todo era mentira. La gente lo miró desconfiada, sin comprender, pensaron que estaba loco, decir que América había vencido en la guerra, que ahora el enemigo eran los rusos. Durante varios días no se habló de otro tema en el pueblo, la radio y el periódico local dedicaron horas a hablar sobre la teoría de la conspiración que algunos lunáticos defendían. Por supuesto, al Señor August no le gustó el cariz que estaba tomando el asunto, la gente le señalaba en la calle, se reían de él, lo trataban de loco, nadie le creía, todos los habitantes del pequeño pueblo le dieron la espalda. El libro fue examinado por varias personas del pueblo, todas ellas relacionadas con el proyecto y el dictamen salió a la luz varias semanas después, en la radio local en una entrevista con el alcalde y en el periódico en un largo artículo del director de la escuela, hablando de lo fácil que resulta engañar a la gente bienintencionada con un libro que era una burda falsificación. Después de esto, el Señor August no volvió a hablar del tema con nadie y un par de años después abandonó el pueblo, en este hecho pudo influir la visita de varios reputados miembros de la comunidad que le explicaron la situación y le sobornaron con una escandalosa cantidad de dinero para que abandonara el pueblo y no regresara nunca. Pero algo que no consiguieron saber era de donde había sacado el Sr. August ese libro “prohibido”, los investigadores del proyecto llevaban un riguroso y estricto filtrado de todo lo que llegaba al pueblo. El Sr. August simplemente les dijo que lo había encontrado nada más, con lo cual empezó a germinar entre los responsables del proyecto, la idea de que existía algún tipo de red clandestina dentro del pueblo con acceso a conocimientos prohibidos, existía una resistencia organizada, una resistencia que trabajaba contra el proyecto, ¿cuánto sabían?, ¿cuánto habían llegado a descubrir?.

Después del gran éxito obtenido, una vez terminado el proyecto, quedó la duda de lo que hacer con la población del pueblo, habían pasado varias décadas, la historia paralela ya era parte de sus vidas, no podrían adaptarse a la realidad sin que hicieran preguntas, preguntas molestas que podrían atraer la atención mundial sobre aquel pequeño pueblecito y que dejarían al descubierto muchas de las técnicas que se utilizaban en la actualidad para moldear a las masas. La decisión fue sencilla, sólo eran unos cuantos cientos de personas y el pueblo había dejado de existir para el resto del mundo hacía mucho tiempo.

“Estamos ciegos, sólo vemos lo que nos dejan ver y cuando vemos algo que no deseamos cerramos los ojos haciendo como que no hemos visto nada. En nuestras vidas nos regimos por la hipocresía, la ignorancia y el más puro egoísmo".

 

Es una narración extraordinaria, magnífica, y estoy totalmente de acuerdo con usted. Es más, los ingleses enseñaron a sus ciudadanos durante siglos que la Armada Invencible española fue derrotada en guerra, cuando en verdad la derrotó una tormenta. Hace poco que cuentan la verdad, unos pocos años.

Pero entiendo lo que quiere decir, somos moldeables y no pensamos por nosotros mismos, nos dejamos manipular, por comodidad, agoísmo, intereses...

Un placer haber pasado y saludarle.