La santa soledad

Antiguamente la vida de la mujer que ya no tiene nombre por haber regalado sus iniciales a la identidad santa, era una vida tan normal como la de cualquier personaje sobre esta extensa faja de tierra, sobre esta rápida y estresante tierra capital.

En sus primeros años de vida se podía notar en esta pequeña mujercita la diferencia en ciertos ámbitos con los amigos que la circundaban, ya que era claro el reflejo de sus claros y hermosos ojos junto con sus cabellos que rozaban la esperanza de sus padres por ver a su hija siendo una gran y honorable persona. Pero más que ese simple hecho, esta jovencita deslumbraba hasta a la propia realeza nacional por sus rasgos europeos y su serenidad con simples sonrisas que hasta al ser más muerto podría hacer reír y despertar.

Los días eran cada vez más limpios y era imposible cualquier muestra de infelicidad, lo que sucede es que el mundo que le rodeaba en todo ámbito era así, no hablo de algo irreal sino algo bastante real para los ojos actuales, de una vida presionada de dificultades y preocupaciones abstractas de poderío monetario.

Los días tranquilos en pocos minutos se nublaron de una tortuosa segunda visión de los hechos. Ésta joven comenzó a ver la otra cara de la moneda, ya no era tan pequeña como antiguamente lo solía ser, escuchaba y averiguaba situaciones vividas por sus iguales, por humanos que sufrían del sadismo cotidiano.

Tal vez el momento en que se nublo el día después de largos semestres de ambientes despejados de armonía y felicidad fue el producto de un quiebre y un cambio de vida, podría decir que el momento en que comenzó a conocer los dos lados de este mundo paralítico, fue el mismo instante en que ella dejo de tener sus cortos años de vida.

Era el momento exacto en el cual se podían definir y establecer nuevas formas de liderazgo. Sus compañeros y amigos, los que antiguamente eran tan semejantes a esta jovencita, se fueron convirtiendo al extremo contrario de ella, se podría decir que se fueron hundiendo en el juego y los afanes de poder. La mujer sabía que la elección era suya por lo que entro a pensar en su nuevo mundo que era totalmente distinto al de los inicios; ella sabía que no podía ser tan sociable en este círculo antisocial. El problema era que si se alejaba del ambiente que la había visto nacer ¿Qué sería de ella? ¿Qué personajes la animarían a vivir? ¿Podría conseguir sus intenciones estando sola en una vida envuelta de sus familiares que en muy pocas ocasiones tenía la oportunidad de verles los rostros o escucharles sus críticas hacia ella?

Estas preguntas le nublaron la mente durante un tiempo, sin saber que elección seria la más correcta, si la de mantener el apoyo de tanto tiempo sobre los límites o ante el pasado de sus conocidos y también escuchar las clásicas críticas y discursos baratos de sus padres, o tal vez, tomar una decisión más radical que era la de tomar una gran bolsa de basura en la cual podría reciclar estos desechos humanos, para luego poder iniciar nuevamente su vida, tal cual como seria volviendo a nacer, borrando los recuerdos y malos momentos aprovechando de eliminar también los buenos para comenzar una nueva vida desde cero. Estas dos ideas extremistas le aturdían y enloquecían, no sabía qué hacer con su existencia, no sabía qué decisión sería correcta o la necesaria para poder subsistir en armonía y cordialidad, como antiguamente se podría decir que vivía todo el tiempo en un mundo mágico y libre de locuras mentales.

Posteriormente se dio cuenta de que los limites que ella creyó que aun existían se destrozaron y peor que eso, se dio cuenta que la supuesta amistad de periodos iniciales sólo era una manera para que entre los padres existiera más cordialidad, con el propósito de sus sucios negocios y tráficos abundantes de cocaína.

Supuso que su padre, del cual no veía por lo general y del que siempre recibía críticas de todo ámbito, era un simple traficante de drogas que se llenaba los bolsillos de gordos y envejecidos dólares. En el momento que se dio cuenta y averiguo que el patriarca trabajaba en ese sistema, entendió el motivo de porque su progenitor siempre tenía el dinero para darle en el gusto a ella y también se explicó la razón por la cual sus supuestos amigos se alejaron de a poco de ella. La razón era tan sencilla como una simple batalla herencial que se transmitiría de hijos a hijos.

Ya era momento de acabar con su lucha interna de pensar entre ambos extremos de lejanía radical o la paciencia a los fines ya sobrepasados. Estaba claro que tenía que tomar sus objetos de valor y hacer algo con su vida qué por estos días sólo era caracterizada por la pudrición de sus núcleos cercanos. Su futura cercanía seria la suya propia y tal vez la de nadie más, eran estas cosas las que pensaba en el momento, pero de todas maneras sabía que la decisión sería correcta, necesaria o mejor que la de quedarse en ese antro de la perdición, estafas, drogas, comercio ilegal y prostitución.

Luego de dar vueltas y más vueltas por plazas de la cuidad y pasar frías noches rodeada de desgarradores de ropa y elementos revendibles, se dio cuenta del único lugar en el que podría estar tranquila por segunda vez en su vida. Ya había dejado todo atrás mientras la piel se resecaba, sus lágrimas cada día aumentaban el gotario clandestino de su propia vida triste y helada.Lo próximo a realizar ya estaba dictado por su mente y pies, era simplemente dar unos pasos más a esta cruel lucha de años e internarse en este gran palacio de la santidad, donde estaba segura de que habrían personas similares a ella en ideas y virtudes.

En su juventud fue educada en un instituto católico por lo cual sabia algunos aspectos de relaciones, además siempre le intereso la idea de ese sistema que veía, ayudando gente y escuchándolos mientras ella se apoyara en la cruz de la santidad máxima la cual llaman Jesucristo.

Anteriormente a este futuro proceso que ella esperaba con ansias cada día, tuvo que pasar tristes y desoladas tardes en una habitación, en la cual la única compañía eran aquellos libros santos y ese hombre que le daba el alimento que se necesitaba para subsistir. Ella comprendió que esto era parte del aprendizaje para poder estar en los reinos de los cielos, entendiendo que no sería de la noche a la mañana una influyente en la fe.

Los días pasaron muy lentos en los primeros periodos, pero cada vez se hicieron más normales. Es cierto que ella no podía leer ciertos textos de publicación que hablaran en contra de la religión, pero encontró otros elementos que le hicieron disfrutar de la vida mientras educaba su alma hacia el camino de la santidad y nueva oportunidad personal.

Las cosas no siempre son tan lindas como se creen o esperan en primera instancia, en ocasiones suceden esos acontecimientos que dan vuelta lo que creíamos que era el seguro destino. Es lo que le ocurrió a nuestra mujer de sanos y maravillosos sentimientos, ya que sin darse cuenta, luego de los primeros momentos, cuando el tiempo era más normal y ya se acomodaba a su nueva vida, sucedió el gran golpe de darse cuenta que la institucionalidad de la iglesia católica al parecer no era un ambiente tan sano como sus intenciones personales de vida. Los ideales no eran tan limpios como la idea de ayudar y salvar a los niños de la pobreza y era normal preguntarse porque razón los sacerdotes poseían tantos materiales en abundancia, los que no eran necesarios siendo que con ese dinero podrían ayudar a tantos hombres, hijos y mujeres.

Nuevas preguntas enloquecían la mente limpia de esta mujer, no entendía porque razón al lugar al que cayera siempre habrían ganas de poderío y riqueza personal.No podía creer que hasta en la santa iglesia católica se vivieran crisis institucionales y también que supuestos representantes de cristo en la tierra abusaran de pequeñas criaturas hijas del creador ¿Cuándo seria el momento de tranquilidad y volver a los inicios de pasividad? Esto era algo que recorría su mente durante tortuosos trotes circulares que la hacían caer y caer hacia el centro del caos.

No encontraba el sentido de la vida y cuando creyó que estaba a punto de encontrarlo, se le desmoronó esa posibilidad frente al rostro, aun peor que eso, se enteraba periódicamente de los asesinatos que esta nueva comunidad había provocado en la población no creyente. En ese minuto se dio cuenta que la única forma de volver a la paz era llegando al proceso anterior de la vida y tal vez eso la conduciría al camino hacía el cielo del supremo. Fue así como esta mujer en su primer acto desenfrenado, sin ningún tipo de cordura, tomó el cuchillo carnicero rebanando sus cuerdas vocales y desgarrando su delicado y gastado cuello vertical, esperando de esta forma caer finalmente en el paraíso que toda su vida espero.