La sed de las libélulas.

Las libélulas tiene sed, así decía mi padre en las madrugadas de lluvia cuando estábamos pescando en el lago.

"¿Sed? ¿Qué sed?" -le pregunté a mi padre.-

Una sonrisa muy burlesca provenía de su rostro al dejarme siempre sin respuesta. Hasta que por fin un día me dijo: "¿Sabes porque las libélulas tienen sed?" -No, le respondí.- "Es porque ellas un día fueron de agua pero se convirtieron en seres de aire. Regresan a beber de sus recuerdos."

Hoy, cuando estuve en el mismo lago al que mi padre me solía llevar a pescar, entendí que yo era la libélula del aire, que ha venido a beber mis propios recuerdos de él.

 

Preciosas letras. Evocación dulce, cuando un lugar especial nos lleva de regreso a él, porque quedó enrequecido con la presencia intangible de un ser querido. Un abrazo fuerte, poetisa.

 

Gracias poeta. Abrazos