1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

La sirena

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por ATDRIEL, 20 de Junio de 2020. Respuestas: 0 | Visitas: 333

  1. ATDRIEL

    ATDRIEL Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    30 de Mayo de 2016
    Mensajes:
    412
    Me gusta recibidos:
    359
    Género:
    Hombre
    No sé bien lo que hago, lo cierto es que llegue cansado a casa. Era de noche. Me repose en el sofá de la sala, mirando fijamente por la ventana que daba al jardín, como el aire removía las ramas del árbol. Cuando de pronto me vi sentado en un malecón, como si nada habría de suceder, observaba las olas del mar, que se alzaban con bravura para luego morir mansamente, en las orillas desgastadas del olvido. Toda esa inmensidad del océano, moviéndose sin cesar, con todos sus seres viviendo dentro de él, en perfecta armonía. Y yo aquí buscándola, aislado de una sociedad caótica.Me imagino siendo uno de esos peces nadando con tanta naturalidad y despreocupación. Despreocupación tan difícil de alcanzar, porque somos demasiado humanos. Y de humanos es también la esperanza que nos permite soñar. Tal vez por eso creamos en lo imposible, en lo fantasioso y mágico. Debió ser así, que entre las olas del mar, apareció un ser especial, mitológico, que se me acercó donde yo estaba sentado. Era una sirena de mar. Yo no lo podía creer, de mis tantas visitas al malecón, ésta era la primera vez que me ocurría esto.Y efectivamente, era una mujer sumamente bella, sonriente y deslumbrante, que se mantenía a flote frente a mí, con las aletas de pez, con la otra mitad de su cuerpo. Atónito ante ella, escuche que me dijo:

    _ ¿Qué haces aquí tan solo?

    _ Sólo he venido a meditar_ le respondí casi titubeando producto de la sorpresa de su presencia.

    _ Sé que eso es una cualidad de los seres humanos.

    _ Sí… yo lo hago muy a menudo frente al mar_ le dije ya más tranquilo.

    _ ¿Y qué te preocupa? ¿Qué te falta?_ prosiguió ella.

    _ Pues… busco armonía y paz interior en mi vida.

    Para ese momento, el sol estaba en su máximo punto, ya era el medio día, y el calor quemaba y me hacía sudar. Me limpiaba el sudor con mi polera, mientras la sirena me observaba.

    _ Sé que me quiero mucho, me amo y me respeto; pero siento que me falta a alguien a quien amar_ le dije con toda la sinceridad posible.

    _ Te entiendo y te comprendo_ me respondió con tono compasivo.

    _ Hace mucho tiempo que estoy solo, la paso bien y no me quejo por ello.Pero ya no me satisface.

    _ Lo importante que hay amor en ti, y ese es el primer paso para lo que deseas. Escucha: sé que hay alguien esperando por ti. Ella lo sabe.

    _ Pero…¡no la encuentro!_ le respondí un tanto enojado.

    _ Sé paciente, el amor ya está en ti. Sólo confía y no dejes de dar amor.

    _ No sé cuánto más esperaré,estoy cansado.

    _ Mira… esto es lo último que escuches de mí y no lo olvides: Tú eres amor y por lo tanto, atraerás amor. Esa persona que tanto esperas, será como tú, es decir, será tu reflejo. Por eso te digo, ten fe y confía, confía y confía.

    Al rato me sonrió y dio la vuelta para nadar y perderse entre las olas, mirando como sus escamas brillaban con la luz del sol, dejándome solo, allí sentado en el muelle, pensando sobre sus últimas palabras. Mientras tanto, el sol seguía quemando y yo sudando. Aún miraba hacía el mar, y ya pensaba irme, cuando de pronto escucho unos pasos detrás de mí. Y cuando vuelvo hacía atrás, veo que venía sonriendo una chica hacía mí. Era muy guapa,tenía el pelo castaño, un sombrero de ala ancha,una polera rosada, un pantalón corto azul y unas zapatillas rojas. Y me dijo: “Veo que estás solo…¿quieres que te acompañe?”Y mi idea de abandonar el malecón quedó a un lado y dije que sí. Pensé en lo que me dijo la sirena y lo tomé como una señal del destino. Tal vez sea esta chica la que tanto estaba esperando y en mi mente se repetía incesantemente:”Confía, confía, confía…”Entonces, ella se sentó a mi lado y nos pusimos a conversar sin dejar de mirar el mar. Ella no sudaba porque su sombrero la protegía del sol, mientras tanto yo, sentía que el sol quemaba más y no dejaba de sudar, sumado al nerviosismo inicial que me causo su presencia, me quedé allí, quemándome por el sol, pero junto a ella. Sólo pensaba en besarle. Y cuando la conversación se hacía más íntima, esperaba mi deseo cumplirse. Le tome las manos, me incline como para besarle, cuando de pronto, desperté. Sólo se trato de un simple sueño, quede desilusionado; parecía tan real. Me levante del sofá y me fui a mi dormitorio. Pero me acosté pensando en lo que la sirena me dijo: “Ten fe y confía”. Mañana será otro día, y volveré otra vez cansado a casa. Tan sólo esperando de que las cosas ocurrieran de otra manera. Si hay un destino allá afuera que ando buscando, tarde o temprano llegará hacía mí.
     
    #1
    A AndreyMorca le gusta esto.

Comparte esta página