La Sombra de Pascua

Los gélidos pinos de tu corazón enlimado enloquecen ante la ráfaga hiperbórea que los hace inclinarse en señal inequívoca de sumisión y humillación.Ante semejante pasividad grotesca tu espíritu lanza un gravisonante vozarrón de hielo hacia las inconmensurables alturas del firmamento ennegrecido por los pecados que proyecta el astro mundo donde cohabita entre sombras estentóreas el gran Satán, el cual, viendo las lágrimas que chorrea tu ojo de fuego puro se enciende en llamas para hendir con su dedo de puñal en la pupila que sólo veía catastróficas catacumbas donde bailaban al son musical de la macabra galaxia momias ancestrales que se difuminaban ante la tenue luz mortecina de tu sangrante alma de ébano. Reconócelo, tu harapiento lucero que centellea en tu frente marchita de condenado está sujeto a las leyes macabras de una fatalidad que sólo quiere apagarlo para que nunca más forjes en el nido de tus misteriosos pensamientos esperanza alguna con la cual envolver de pergamino gris el latente odio furibundo que gestas a cada paso que vas envejeciendo... como una débil sombra de pascua.