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La Triada

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por Annabel_Lee, 21 de Abril de 2010. Respuestas: 1 | Visitas: 556

  1. Annabel_Lee

    Annabel_Lee Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    21 de Abril de 2010
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    El camino se hacía cada vez más áspero para mis cansados y sangrantes pies. La fiebre se apoderaba de mí como lo había hecho con mis padres a quienes llevo directo a la muerte. Mis pasos sin sentido se detuvieron en un espeso y brumoso bosque iluminado solo por algunos rayos de luna. Un último aliento – pensé – pero ya no era posible. Deje que mi cuerpo agotado y febril se desplomara junto a un arroyo que brillaba como un hilo de plata, ahí en la soledad exhale lo que creí sería mi último aliento.
    Desperté pensando estar en el cielo, pero las mullidas y suavemente perfumadas almohadas que me acogían dieron cuenta que aún seguía en esta tierra. Mire a mi alrededor, preciosos candelabros iluminaban una hermosa y adornada habitación, delicadas cortinas protegían las ventanas y un suave edredón me guarecía del frío de la noche. En el fondo, en plena oscuridad, un par de ojos me observaban.
    - ¿Está usted bien?
    - Eso creo – dije aún aturdida – creí que…
    - Estaba muerta – completo – afortunadamente no fue así.
    - Pues creo deberle mi bienestar a usted Señor…
    - Por el contrario, fue una bendición encontrarla – se puso en pie y poco a poco dejo ver su silueta.
    Alto y elegantemente vestido, de sedoso y brillante cabello negro. A medida que se acercaba pude distinguir mas detalles, sus ojos eran verdes, su piel tersa y muy blanca.
    - Sus labios aún tenían el color de la vida, su piel tiene aún ese dulce aroma – se acerco.
    - Cómo podré agradecerle – trate de incorporarme.
    - Solo mejorándose por completo, ahora descanse, todavía esta muy débil.
    - Muchas gracias señor…
    - Mi nombre es Leopold.
    Cuando finalmente tuve la suficiente fuerza me levante y explore el lugar. Para mis ojos era un castillo inmenso, lleno de pasillos y puertas, interminables laberintos, paredes cubiertas de finos tapices, muebles finamente lacados y cientos de velas de las que emanaba un agradable y dulce aroma. Una tenue luz escapaba de una de las tantas habitaciones, la puerta entreabierta me atrajo a mirar lo que ocurría dentro.
    Ahí en la oscuridad Leopold sostenía en sus brazos a un hombre joven. Lo abrazaba con ternura, rozo con sus dedos los labios del tembloroso ser, beso su mejilla para finalmente terminar en su boca. Mis latidos aumentaban su ritmo, un fuerte calor subió a mis mejillas, mi respiración se entrecortaba.
    - No temas Bianca – dijo – ven. No es un extraño para ti, lo conoces, lo has visto, en tus sueños, hace años…él y yo esperábamos por ti.
    Al ver su rostro lo reconocí de inmediato, era él…su rostro me persiguió cada noche en mis sueños…cada vez quería tocarlo, sentirlo, pero las lágrimas que derramaba a cada despertar me hacían entender que nunca lo tendría cerca. Ahora estaba ahí, sólo a centímetros de mí. Su cabello castaño, sus labios rojos, sus ojos casi amarillos. Sin pensarlo corrí y me aferre con fuerza a su cuello.
    - Mi querida Bianca…espere mucho para tenerte en mis brazos y ahora se cumplió mi deseo…estaremos juntos para siempre.
    [SIZE=3]- Así será – tomo en sus manos una pequeña copa y la extendió hacia mi – bebe – ordeno – y nadie nos separara nunca.[/SIZE]
    [FONT=Calibri][SIZE=3]Obedecí, un líquido amargo y espeso recorrió mi garganta. Lentamente se acerco, un dulce aroma salía de su boca, posó sus labios en mi cuello, sentí como introducía sus dientes en mi carne, el dolor era intenso como lo era también el placer que producía al succionar mi sangre, sentí como mi corazón parecía reventar, todo mi cuerpo experimentaba un impensado goce, nunca antes tuve esas emociones. La forma como sostenía mi cuello era abrumadora, de un momento a otro se separo de mi y exhausto se dejo caer en el suelo. Las pálidas manos de Leopold me atrajeron hacia su cuerpo, ese mismo dulce aroma emanaba también de su boca. Aparto su largo cabello dejando al descubierto su cuello.[/SIZE]
    [FONT=Calibri][SIZE=3]- Toma – dijo – es mi regalo. [/SIZE]
    [FONT=Calibri][SIZE=3]Con una pequeña daga hizo una herida, de ella broto el líquido vital, una pequeña gota carmesí. Pase mi lengua por la incisión, de su boca escapo un gemido, presione mis labios a su cuello y bebí, un dulce sabor inundo mi boca. Me pegue a su cuerpo, seguí bebiendo de él con ansiedad, mis pulmones se llenaban de aire nuevo, la sangre corría vertiginosa por mis venas, mi corazón latía con fuerza otra vez.[/SIZE]
    [FONT=Calibri][SIZE=3]Me aparto con suavidad, una sonrisa de satisfacción se dibujo en su rostro. Pude ver con claridad sus semblantes, sus ojos casi animales, su piel pálida y tersa, mis sentidos se agudizaban a cada momento, podía oler el aroma de sus cuerpos, podía sentir el sabor de su sangre en mi boca. Me sentí feliz, hermosa, completa. Me acerque a ellos, saboree con mi lengua mis labios. Tomaron suavemente cada una de mis manos y depositaron en ellas un tierno beso.[/SIZE]
    [FONT=Calibri][SIZE=3]- Ya no estaremos solos otra vez, ahora la familia está completa.[/SIZE]
    [FONT=Calibri][SIZE=3]Si cuento hacia atrás desde el encuentro que cambio mi vida son aproximadamente trescientos años. Seres especiales, eso es lo que somos. Cada cual tiene el poder de decidir sobre su vida o su muerte, renunciar a consumir ese amargo elixir y dejar que la tierra carcoma tu cuerpo, o vivir para siempre, juntos.[/SIZE]
    [FONT=Calibri][SIZE=3]Soy su hermana, su madre, su amante. Los tres…hasta el final.[/SIZE]



    [CENTER][FONT=Calibri][SIZE=3]FIN[/SIZE][/FONT][/CENTER][FONT=Calibri][/font][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]
     
    #1
    Última modificación: 21 de Abril de 2010
  2. expulsadojunio2011

    expulsadojunio2011 Exp..

    Se incorporó:
    15 de Noviembre de 2009
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    Aspectos vampíricos. Muy de moda en estos días. Yo, pondría bastantes acentos que te faltan, también, una frase en interrogante, o al menos, el cierre para discernir de una u otra cosa, la puntuación, la remataría y a la hora de las descripciones, jugaría más con los puntos a parte. Parece que lo escribiste nerviosa, como si te excitase el tema que tenías en las manos. pero bien.
    Gracias por la lectura


    Por cierto, la Triada, ¿no era la mafia china?
     
    #2

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