1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

La última noche

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por IraultzaAskerria, 31 de Octubre de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 678

  1. IraultzaAskerria

    IraultzaAskerria Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    12 de Agosto de 2010
    Mensajes:
    102
    Me gusta recibidos:
    6
    Estábamos sentados en el coche. En los asientos de atrás. Ni yo era Danny Zuko ni mi vehículo un descapotable. Tú podrías haber sido cualquier mujer hermosa, desde Cleopatra hasta Marilyn Monroe. En la radio se escuchaba un agradable y añejo rock’n'roll de los años setenta. Tampoco era yo un Elvis, pero podía cantarte al oído todas sus canciones, despacio, mientras te mordisqueaba el lóbulo de la oreja. Eso te gustaba. Lo sé.

    Tus piernas se abrieron ante mí. La desnudez les sentaba mejor que una minifalda roja. Y a tus pechos, pálidos como estrellas, nada se ajustaba tan bien como mis manos desnudas.

    Escuché un gemido y luego otro. Ni el más virtuoso solo de guitarra habría podido sobrepasar los decibelios de tu voz. Las vertiginosas notas sabían a aire sazonado de miel. Así me lo constataron tus besos.

    El sudor femenino de tu cuerpo se derramó sobre los asientos tapizados. Tu perfume de rosas aún los impregna. En tus ojos, cerrados por el agónico orgasmo, los míos se anclaban, derribándote entre besos. Noté un fuerte latido en mi mano. Tu corazón se aceleró. El placer te desbordaba, te sobrepasaba. A mí me ocurría lo mismo. Me faltaban pocos segundos para llegar al apogeo. Tú ya lo habías alcanzado un par de veces. Lo notaba a raíz de la humedad de tus muslos.

    Mi inconsciencia lanzó un gruñido, y toda mi energía se esfumó. Te abracé y respiré desde el canal de tus pechos, intentando robarte el aliento.

    —Te quiero —me dijiste.

    Y yo te respondí lo mismo.

    Aquella fue la última vez que hicimos el amor. Si lo hubiera sabido, te habría robado un mísero cabello, o incluso, la ropa interior. Pero lo único que me quedaron fueron los recuerdos… y estas estúpidas palabras.
     
    #1

Comparte esta página