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La vendedora de helados

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por lucov, 24 de Abril de 2016. Respuestas: 0 | Visitas: 541

  1. lucov

    lucov Poeta recién llegado

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    14 de Diciembre de 2015
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    La mujer sacó hasta la última moneda de su cartera, los dependientes de la heladería se esforzaban por atender con prontitud a los compradores.

    -Le alcanza para treinta.

    La cajera le dio un vale para retirar las treinta paletas de helados, con una caja de plástico en la mano esperó su turno de atención. Estaba en tensión, nunca había pensado que podría salir a la calle y vender, la vecina lo hacía desde que empezaron los calores de verano y siempre tenía que alimentar a sus hijos.

    -Es muy fácil, hay que ofrecer a los niños y los padres compran.

    Le aconsejaba que lo hiciera sin miedo y mantuviera un capital para renovar la mercadería, no abrir la caja innecesariamente para no derretir los helados.

    -Treinta paletas.

    El empleado las tenía contadas sobre el mostrador.

    La mujer, las puso ordenadamente en la caja y las tapó con seguridad, emprendiendo el camino hacia el parque. En la puerta la detuvieron los guardias.

    - No admiten vendedores que no tengan permiso.

    -No sabía que tenía que tener permiso.

    -Si quiere vender, puede instalarse cerca de las puertas, pero, no puede entrar.

    El calor se hacía cada vez más intenso, el fuego emanaba de la tierra, del aire del sol. La determinación de empezar pareció durar una eternidad, el no atreverse, el deseo de huir al ver pasar a la gente que no se percataba de su presencia. Más fuerza tuvo el deseo de recuperar el dinero empleado, tímidamente, como no queriendo molestar, con voz apenas perceptible comenzó a ofrecer.

    -Helados, compre ricos helados.

    En su mano mostraba una paleta que lentamente se trasformaba en líquido.

    -Helado para niños.

    -Deme dos, dijo una niña.

    La primera venta calmó su inquietud, con más brío comenzó a ofrecer.

    -Helados, ricos helados

    Aumentaba la gente que entraba al parque para escapar de las altas temperaturas. Comenzó de a dos, de a tres, mentalmente iba sacando cuentas, podría salvar el dinero que había gastado, pero debía sacar ganancias.

    -Helados, ricos helados.

    Al sacar se daba cuenta que las paletas estaban mas blandas.

    -Helados, para los niños.

    El calor estaba en su punto más alto. Debía vender y decidió ir al encuentro de clientes, perseguir a los niños, de pronto se vio rodeada y vendió las últimas paletas; en la caja quedaba el líquido de los helados derretidos, de un sorbo bebió su contenido.
     
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