La ventana de Jean

-No, definitivamente no te puedes ir ¿sabes lo que pasaría contigo si me dejas?
-Eso es cosa que ya no me importa, lo que pase después seguramente será mejor que pasar un día más contigo.

La puerta se azotó detrás de ella.


El se sentó en el sillón y prendió la televisión, cambiando canales sin decidirse por uno. Eran las seis de la mañana.


Y Jean; el ya estaba harto de esas escenas, en primera porque nadie le preguntó si quería ir a vivir a esa casa, acostumbrarse a otros ruidos, aromas, espacios; en fin, a reacomodar toda la vida que conocía y que había llegado a querer. Era un ser de rutinas, es lo único que sabía y lo único de lo que quería saber. La relación gato-humano se basa en un acuerdo de rutinas que llegan a ser sagradas; ellos no necesitan más.


Se retiró de la sala y contempló su plato; “vacío” pensó. El se acercó y puso algo de alimento y agua al lado y lo observó mientras comía.


Aunque él no tenía especial gusto por los animales reconocía que el gato representaba el puente entre ella y él. De la misma forma simbolizaba su pasado, una historia que el conocía por lo que ella le había platicado, dándole la tarea de fabricar las imágenes de las que no fue parte así como de especular qué tanto era mentira y qué tanto era lo que ella dejaba verle.


Por su parte Jean percibía a ese humano como un accesorio de su compañera, alguien que la mantenía a flote pero que era prescindible.


Sin embargo eso no alejaba el hecho de que Jean tuviera un sentimiento especial por él pero que no podía definir. Era afecto; pero eso no lo sabía Jean, de nuevo era la imposición de los su especie y de ahí nace la singularidad del cariño de un gato, ellos quieren sin saber lo que es querer y de esa forma se obtiene la certeza de que ese afecto solo muta para bien.


Para el momento que ella iba saliendo del cuarto Jean fue a sentarse al lado de la ventana, advirtió que la mañana era fría pero no le importó, de cierta forma necesitaba esa sensación.


“El sol ya está por salir, y yo también”

 

Axel
Me ha gustado esta narrativa en donde el gato es el puente entre dos vidas, ella seguramente regresará mientras el gato esté lo hará.
Estrellas y un abrazo.
Ana

 

Gracias por pasar por este experimento.
Como siempre es un placer compartirlo contigo-
Abrazos infinitos.

 

Buen relato y gran trabajo, gracias Poeta por compartir este mismo, saludos!

 

​Mil gracias por pasar Paco. Abrazos.