La vida de la muerte

La muerte apesta a vida y yo soy hombre muerto, animal que vive, ser inescrutable, soy la bestialidad del instinto y el dolor del sentimiento. La esencia es despreciable y la represento siendo la abominación de la existencia, soy el horror del misterio, de lo absoluto y la mentira de lo relativo, monstruoso, humano. Soy la clave para descifrar la nada y el burdo acertijo de todo, soy la incógnita de la miseria y la respuesta miserable de la felicidad. Soy un simple error y un estúpido descubrimiento, soy lo que todos son: seres malditos condenados a ser el cadáver de lo inexistente, somos lo que debemos ser para demostrar que somos nada. Antes uno moría y descansaba, ahora un muere sin saberlo, quizá se muere cuando aún se respira, pero quizá la muerte llega respirando. ¡Oh, vida mía! Falsas acusaciones se han levantado en tu nombre, cuando la verdad es que eres muerte disfrazada.