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Las balas con aire acondicionado. Cap 3 de Periódimen. 9 H.

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por sergio Bermúdez, 8 de Noviembre de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 860

  1. sergio Bermúdez

    sergio Bermúdez Poeta que considera el portal su segunda casa

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    CAPITULO 3: LAS BALAS CON AIRE ACONDICIONADO.



    Entre los ventiladores se consumían las balas cargadas de una pistola llamada Blactym Petruiman, una pistola con balas con aire acondicionado, que se volvían luces cuando pisaban el terrible mundo de los Yursapielos, unos osos de color pálido que destruían las paredes de los bloques de hielo y atraían a los Marsai, indios del color padre, del padre de la tribu, una población indígena, que se volvía loca entre los mundos desterrados por las leyes, que contaban sus terribles historias hasta más allá de la verdad, el cosquilleo del poder, hasta alcanzar la madrugada del cielo mezclado con la tierra, de los sitios hacia más allá de las huérfanas poblaciones disecadas, en donde los horribles crímenes se cristalizaban entre la gente, en el que el santuario de las arañas momificadas en piedra, así era como los lugares se detenían en las sombras, más allá del color de la soledad, de la rabieta de un ratón llamado Mortei Gilibino, un ratón mutante, que se transformaba en lobo, así hasta correr de un pasillo a otro, de una cueva al bosque de los duendes, que enrabietaban a los campos Psicolinicos, campos de batallas temporales con gafas de rayos láseres, pues en el puente de las batallas de un mundo llamado Sinalup, en donde las ventanas fantasmales se cerraban de portazos como si fueran puertas. Eso hacía que Periódimen fuera en su Bocsicaiser, y montado en su coche llegaría al fondo de las mazmorras, en donde había unas cuevas en la que los murciélagos se detenían , para aclarar a sus tumbas jugando los partidos de los murcielagui, grupos de vampiros, hasta encallar a los fieles raptores de Satanás, hasta alcanzar a las orillas de los gatos Bioserdicos, que cristalizaban su poder entre los hielos de sangre, pues estaban encharcados hasta más no poder, eran como se atormentaban los lugares, así hasta reventar, más no poder aguantar, que así se disponían los acueductos hacia el terror, más allá de cada instrumento hacia el giro radical, más allá de los poderes, así se describía los lugares, eran como puentes otoñales, más allá de los insultos del diablo, esas balas que dispondría Periódimen podrían acabar con las leyes de un temido ideario de Bélcridor, su hermano Taysis, con sus ideas apocalípticas, así en el fuego, entre cada palabra, más allá del fuego de los campos de los brujeriegos, brujos que le encantaban las mujeres, así era como el poder los atraía hasta el sexo, hasta el placer de las nuevas generaciones, eran como se describirían cada mundo, entre los truenos hasta correr a los mares de la muerte, en donde la sal crujía a las heridas, hasta enloquecer a los destinos de una ciudad embotellada en la magia negra, y así su fantasía era crueldad, hasta matar a los pobladores con balas con aire acondicionado, pues esas balas se conseguían a través de los vientos gélidos del norte inyectándoles cámaras de aire, así era como el trueno era el poder, el poder de ver más allá de las palabras de la muerte.
     
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