Las coplas por Margarita

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Ya se escuchan las coplas de Don Juan, aquellas cantadas para su Margarita, donde se pintaba de pirata y de truhán, preso del amor en una garita.
Explorador de ríos y mares viajó a donde diera el destino, acompañado por sus partidarios y chavales entre ellos el fiel Dario.
Trazaron nuevos mapas en los riscos, así como desafíos en las montañas. Descubrieron como es el mundo de nuevos mañanas privado de mentiras y las pequeñas traiciones cotidianas.
Las coplas de Don Juan se dejaron de oír allá por los noventa... pero si ponemos atención, aún late la sangre y afrenta de los exploradores regiomontanos.

Cantaba por Margarita
en frontera de la plaza
donde el pan aún se amasa
y este viento todo agita.

Las coplas por nuestra amada
se dejan oír por doquiera
porque siempre es primavera
en su recuerdo y calzada.

 

¡¡¡¡Olé!!!!
Genial y mi enhorabuena
estrellas con un abrazo
Rosario:::banana:::

 

Son muchas las coplas que se escribieron y escribirán para retratar a mi abuelo, el siempre fiel, Don Juan.

Gracias Rosario por pasearte entre estas líneas.

Un abrazo.

 

Hola,
Dice mi apá que lo mejor
que toda su herencia está
en haberle puesto el nombre
de la mujer que le marcó la vida
y durante muchos años, le ha
marcado el paso...
Me gusta ese nombre, qué bonito.
Buenas coplas. Un saludo estrellado
¡SONRIE!

 

Gracias Mujerbonita por pasearte entre estas líneas.

Saludos.

 

Muy buenas letras,un bonito relato,un gusto acompañarte en tus letras,un beso Sandra

 

El gusto es todo mío, Sandra.

El sentimiento es inmortal en cada aliento, en cada copla.

Un abrazo.

 

Precioso, Cesar.
Un abrazo, amigo.
Xosé.

 

¿quieres que te cante una'? Jajaj seguro que tu lo haces mejor que yo escribiendola pero cantandola dejame amÍ ser mejor jajajaj.abrazos

 

Gracias todas Xosé. Celebro te haya gustado.

Un abrazo.

 

Simplemente, hermoso.
Un gusto leerte siempre.
Un abrazo !

 

Ni como competir...

Tus palabras me llevan a las coplas de Manuel Machado:

Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo
ya nadie sabe el autor.

Tal es la gloria, Guillén,
de los que escriben cantares:
oír decir a la gente
que no los ha escrito nadie.

Procura tú que tus coplas
vayan al pueblo a parar,
aunque dejen de ser tuyas
para ser de los demás.

Que, al fundir el corazón
en el alma popular,
lo que se pierde de nombre
se gana de eternidad.

Un abrazote