Las Cópulas

Las Cópulas

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Los otros mundos pensados, que están entre las indómitas resurrecciones, se ensucian las palmas deambulando nocturnos y acuden sin recurso al expolio banquete de los huesos milenarios. Cada dos potencias nos llama, bajo la sombra del martirio excelso, el intervalo que nos deja sin las memorias del numen vasto. Sé bien que no estoy solo y puedo ver las figurillas. Nunca un hombre anduvo entre tantas aguas invisibles y entre mantos de purpúrea salida, agonizando hacia el pasado con la esperanza de un futuro similar en la escultura. La tradición no puede ni debe subyugarme… ¿Hacia dónde voy ahora?, ¿hacia qué horizonte vivo? Probaré el volar sin alas, nadaré sin branquia el río, y llegaré a las entrañas de la Tierra donde el nido es grande nido, donde el sueño es sueño chico. Ni seré un ser menudo, ni tampoco el gran gigante, que con ser ya me conformo si no ser es lo que explico. El alba negra me domina sobre el monte imaginario, no hay mañana en lo profundo de los mares, ni los soles llegan con sus luces como afuera; sin embargo, esa vida es tan vida como era la experiencia de intentar respirar el cielo azul allá en lo alto. Soy el pez sin el remedio, soy la fiera sin la garra y sin colmillos; soy el no del no poder y el sí de sin poder que es intentarlo, y dejar que alguna fe me lleve hasta saber, que nada fue contarlo si todo es un deber y mi deber es olvidarlo. Desnudo frente al mundo y libre como el viento, etéreo por momentos y eterno sin los tiempos, ni pienso, ni hablo, ni como, ni duermo, ni muerto, ni vivo, tan solo… Descanso. Me hundiré en el espesor viajando hasta la luz que siempre es clara. Como alcanza la Luna a la Tierra, como alcanzan las aguas los mares, como abrazan los soles sus hijos; como cruces, como nombres, como símbolos y como flores, de un jardín que es artificio y aun aroma sin sabores. Tres, que fueran tres los dardos que se claven, los karmas y designios, los duelos y dolores. Los placeres y los vicios en las cópulas mejores.