Las hormonas del alma.

Las hormonas del alma cuyo reflejo es el origen que predica la luz del sol, se hacen en el túnel de la huella que abre paso a la seducción del espíritu, mediante los conductos del sueño placido, se deletrea la vida, que arde en el momento de un escenario que conecta al mundo de los años, su ejemplo es el momento de hablar al alma de los besos, allí donde los acueductos de sensaciones derraman a la llama que hace caer a los paracaidistas literarios, allí donde se derrama la voz del momento desde la cumbre del sueño, que es el silencio de los besos, allí llega a las fases la sorpresa de su encanto, quiere cabalgar por los oasis de fantasía, conectar al momento con el tiempo, desglosar el sistema métrico de la rima, así los versos quedan en el aire y las hormonas del alma se desatan en las excelentes imágenes de recorrer los versos que cumplen con el momento mediante las palabras de la suerte. El lugar de todo es en donde se escriben los ritmos del alba, allí se acondiciona la situación de los paréntesis que se multiplican en el origen de una voz hecha para alumbrar al mundo exterior, de donde no existen muertes de sangre, allí crece el renacer, esa que resucita a los muertos, que llega a donde la cumbre del imperio de almas se rebela contra lo maléfico, de donde el arte es pasión, allí desde donde la luna no oscurece en el silencio, de donde los pensamientos se renuevan, desde donde el deseo se busca despacio porque los siglos continúan. Los sueños se hacen limpios, no nace el terror, el cielo abre la situación, allí se deletrea el ritmo cardiaco de un alma, mediante el punto donde se hace el paso firme para encontrar el verdadero amor.