Las lágrimas de Kaiane

La vida se extingue, los sueños desaparecen, el dolor y el sufrimiento golpean la vida, tan crueles, tan brutales. Solo hay silencio, un inmenso mundo sin ruidos, no hay ilusiones. En medio de la incertidumbre, en medio de la muerte, de los cuerpos inertes, en medio de tanta fatalidad solo pido un deseo. Veinticuatro horas, veinticuatro horas para mí. Volver en el tiempo, regresar el mundo solo, veinticuatro horas.



-¿A dónde vas Ínmago?


-Eso no es de tu incumbencia…

-¿Vas a ver a Kaiane, no es verdad?

-No tengo porque darte explicaciones

-No lo hagas Ínmago, sabes que si sales del palacio no hay marcha a atrás, jamás podrás volver…

-Lo siento Cicuta, tengo que verla, solo una vez más, solo una última vez, necesito despedirme de ella, y pedirle que me perdone…

-Ínmago…

-Hazte a un lado Cicuta, si intentas detenerme, tendré que luchar contra ti

El pequeño ángel se hizo a un lado y dejó pasar al caballero, Ínmago abandonó el palacio del rey, aún sabiendo que ya no podría regresar, sabiendo perfectamente que estaba renunciando a sus convicciones, que estaba traicionando la confianza de sus amigos, que estaba perdiendo su vida.

Ínmago llegó al bosque, anhelando con todo su corazón encontrar ahí a Kaiane, deseando volver a escuchar su voz, suplicando que aún estuviera ahí, que no se hubiera marchado del pueblo, que no le hubiera pasado nada malo, entonces las ganas de verla se intensificaron, y el simple deseo se convirtió en una obsesión. El debía encontrarse con Kaiane sea como sea, o no se podría sentirse bien consigo mismo. Corrió lo más rápido que pudo hasta la cabaña pero no la encontró , se dirigió al lago pero ahí no estaba.

Regresaba sumamente angustiado cuando un brillo, llamó su atención, no lejos de ahí una luz radiante semejante a la de un pequeño sol resplandecía a la distancia. Ínmago se dirigió hacia ella, se trataba de Kaine, quien se encontraba envuelta en un aura de fuego majestuosa.

-¿Kaiane? ¿En realidad eres tú? , apenas puedo reconocerte… ¿Qué te ocurrió?

-Ya no soy la misma que solía ser, al igual que tú, yo he cambiado, he decidido reconocer mi origen, aceptar quien soy, y cumplir con mi propósito

-Kaiane… ¿Qué te pasa, amor mío, que son estas llamas siniestrasque te rodean?…

Un destello aún mayor aparece tras la mujer, e Ínmago aprecia con horror que se trata de Káiser

-¡¡Maldito!! ¡¡Qué le has hecho!! ¡¡Libérala, libérala ahora mismo!!

-Creo que ella ya ha sido liberada, has sido tú quien ha desenfrenado a su verdadero ser

Los cabellos de Kaiane ahora eran rojizos al igual que sus ojos, estaba envuelta en llamas y comenzaba a levitar por si sola

-Kaiane, ¿Qué te ocurre? ¿Qué le has hecho maldito monstruo? Libérala ahora de tu hechizo

-El no me tiene baja ningún hechizo, este es mi verdadero poder…

-¿Poder? Pero si tú no tienes poderes…

-Te sorprendería saber todo lo que ignoras, mi sol

-¿Qué? ¿Qué dices Kaiane? No entiendo nada

-Eso no importa ya-dice Kaiane con voz entrecortada- eso no importa, ya nada importa en estos momentos… debiste quedarte en el palacio, debiste olvidarte de mí, continuar con tu propósito, no debiste venir… el hecho es que volviste, viniste una vez más para protegerme, para cuidar de mí, para velar de que Káiser no me volviera a secuestrar, ¿No es verdad?, gracias… siempre eres tan lindo conmigo, aunque yo no lo merezca. El héroe busca a su princesa cuando cae el sol, viene a disculparse y pedirle que vuelva con él. Ahora la noche ha surgido y la luna aparece, las estrellas brillan pero en la tierra todo es oscuridad, hay un terrible silencio, y todo alrededor huele a muerte…

Sálveme Ínmago, rescátame caballero de sol, llévame a volar nuevamente en tus brazos, has que olvide mi pesar, llévame lejos, escapemos juntos, tú de tu palacio de tristezas, y yo de mi horrible origen… Ínmago…Ínmago…ya es demasiado tarde…

-¿Tarde?, qué dices... nunca es demasiado tarde, ven conmigo, yo te cuidaré, voy a derrotar a Káiser, lo haré, lo venceré, lo acabaré por ti...para que seas libre de él...lo haré por ambos... para poder estar juntos... he renunciado a todo lo que me importaba, he negado mi nombre y mis títulos...ven conmigo y yo te salvaré...

-¿Tú me salvarás? ¿No puedes salvarte a ti mismo, menos podrás salvar a alguien más. El tiempo terminó Ínmago, estoy harta de jugar, hubo un tiempo en que hubiera aceptado tu propuesta, hubieron días en que la esperé de todo corazón, pero tú tiempo ha terminado...ahora solo te resta la muerte...

-Kaiane...

-Adiós, Ínmago, hasta nunca...

-Espera kaiane...no lo hagas..espera...