Las manos

Estas manos
que se asemejan a un viejo cansado
dilapidando sombras…

escriben encerradas
en sus burbujas de tiempo.

Escriben
inmóviles, petrificadas, paralizadas
con los ojos largos de dedos.

Ojos que crecen en las uñas
y llegan al horizonte y acarician;
y dan la vuelta
en la esquina del barrio a paso lento, a un compás
que muere en la arritmia;
y se enredan en los enrizados cabellos del día,
y en las noches untan palabras
largas de silencio.

Estas manos que usan el abecedario de los mudos,
la tristeza de las mujeres que callan “no por no saber,
sino por mejor no saber”,
la runas de la inocencia dormida en su cuna
y vuelven a escribir mirando hacia atrás
pensando en una manera de gritar los rostros,
los perdones de tinta negra.

Es que estas manos saben que los años
traen arrugas, dedos más finos y huesudos,
artritis infecciosa, espasmos de soledad
y…

Y nada más que más años.

 

Jajaja… Enhorabuena, felicidades entonces por ese gran logro. Las mías de tanto escribir lo que ven parecieran que tuvieran 200 años, bueno a eso también hay que sumarle la triplicada dosis de nicotina diaria. Jajaja


Gracias Marcos por pasar.

Un abrazo.

 

Siempre muy interesante y profundo tu arte amigo danie, enhorabuena por el poema. Un abrazo, que pases una buena semana

 

entre los enredos de mi vida, me olvidé de agradecer tu visita amigo.
Muchas gracias por pasar.
Un abrazo.

 

Uno poeta muy interesante de todo este abanico de posibilidades que nos ofrece el porta.