Las rosas no lloran (En redacción)

Silencio, no quiero que nos escuchen suspirar tras la puerta. Me haces cosquillas mi amor, anda mañana nos vemos a la misma hora.

Uno pasos en la puerta y un aire frío me recorre el pecho, en eso un sonido espeluznante.

Años antes.

No fui hija única, aunque parecía, mi hermano no era el mejor proveedor de la familia. Vivió el pobre una serie de hechos que a su edad tan joven, escogió un mal camino y trabajo que terminó sumiéndolo en la mayor de las depresiones melancólicas. Eso nos dejaba a mi padre, mi madre y a mí como el sostén de una pobre casa en las afueras de la Villa. Contábamos cada gasto para el mes, lavar era uno de los dolores de cabeza de mi padre, el mío también porque terminaba dándole una pastilla para su ansiedad. La verdad que ser pobres no es una carrera digna y el que trabaja por comida sabe mucho de lo que hablo. Llegar a fin de mes y permitirse alguna salida a un restaurante era un lujo excedido. Comprarse la última moda ni hablar, por eso veía como el pelo de mis padres se marchitaba y el mío comenzaba a crecer de angustia. Por aquel entonces tenía un novio, mi primer amor, éramos el uno para el otro, sobra decir que nos soportábamos y nos entendíamos solo con mirarnos. El vivía aún más alejado de mis problemas, pero igual no se permitía muchos lujos, su familia más acomodada por dedicarse a la agricultura, gozaba de algunos placeres como la carne y la leche que no le faltaba.
De vez en cuando podíamos vernos, cuando descansábamos de las angustias del hogar; hubiéramos escapado de aquella región, si hubiéramos tenido muchos hombres verdes en el bolsillo. -No es que me importe tanto el dinero, pero cuando es la raíz de todos tus males terminas por amarlo-
Mis padres no tuvieron la culpa me educaron lo mejor que pudieron, ni mi novio que tanto me amaba. Yo escogí otro camino, porque quería acomodar la balanza y que quedaran menos en el flanco, ya que las vacas gordas abundan en pocas estaciones. Un día batida en mis pensamientos se me acercó un señor agradable, me doblaba la edad, era muy inteligente y decía estar enamorado a primera vista. Pensé que estaría loco, yo tan desnutrida y en estos harapos en comparación a mis semejantes. Me veía hasta femenina con mi trenza despeinada y mi falda clara. No quise ser protagonista de sus pretensiones y huí, pero me siguió por todo el camino, prometiendo su palacio, viajes por el mundo y todo lo que yo quisiera tener. No quería perder como me dijo una buena mujer para sus hijos.
-jajjaa- me reía para mis adentros, yo que siempre fui rebelde y no me veía planchando, ni cocinando, pero el prometía algo más, comodidades. Estuvo así como dos meses, y viendo que tan miserable era junto a mis padres y mi novio que no se atrevía a enderezar su vida. Le dije que sí y nos casamos, fuimos rumbo a Baranquilla, de esa ciudad no sabía mucho, solo que debía cuidarme por los delincuentes. Me hizo su reina, no me faltó nada material y por mucho tiempo la satisfacción al dormirme llena, me dejaba una sonrisa en mis labios. No estaba enamorada de él, solo lo quería y respetaba. De vez en cuando viajaba a la villa y me veía en el río junto a Andrés y recordaba nuestros momentos felices. Ayudé a mis padres para que vivieran felices, yo también lo era, el amor no era lo que me explicaron, esos sentimiento románticos me hicieron débil y con ellos no podía tomar una buena decisión, hasta que me volví fuerte y no lloré más, ni mi piel se erizó y mis ojos solo sentían compasión por esa niña flacucha que fui yo. Hasta que un día,
Continuará...

 

Encantadora Brise.
Al leer tu "prologo" me ha embestido tu realidad envuelta en un "sarcasmo meditado"; hacia un horizonte ilusionista que da la oportunidad el "destino", de escoger de varias formas un camino forzado o corto para llegar a esa "felicidad" tan ansiada que no nos pertenece... solamente, en la "visión surrealista" de nuestros " suenos", te auguro que sigas, porque tendras un "critico" muy fregado que hará valorar, las realidades que exige el sufrimiento ???. te saludo Afro d'Olivan.