1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Las Sombras

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por Lucevelio, 5 de Marzo de 2014. Respuestas: 0 | Visitas: 704

  1. Lucevelio

    Lucevelio Surrealismo, realismo, terror. Miembro del Equipo Moderadores Moderador enseñante

    Se incorporó:
    14 de Marzo de 2013
    Mensajes:
    1.640
    Me gusta recibidos:
    844
    Género:
    Hombre


    —Nada es más placentero, que estar invadido bajo esta noche pesada, cargada de pesadumbre y susurros desconocidos.

    Dice Elías en la soledad que él mismo solicitó. Recogido en la silla de la sala, asistido por un desconsuelo, y que al parecer no es capaz de emerger, de encontrar respiradero. Lleva la mirada perdida, sin destino fijado. Anda en búsqueda de una insólita respuesta hasta ahora si poder confirmar. ¿Qué llevó a Elías a situarse ante tal siniestro personal? ¿Por qué se habrá entregado al hundimiento de su alma, sin disponer de alguna llave que lo libere, en el caso que deseé cambiar de juicio? Porque lo que le acontece, no es desconocido ni mortal para otros que hayan pasado por el mismo dilema.

    —¡Qué generosidad! Sentirme unido a lo misterioso y sombrío. Hacerme músculo con este cuerpo informe y decrépito propuesta por las sombras, y que tantas intemperancias tiene por absorberme —dice con irrefutable ánimo.

    Nada más es repugnante que esta agonía por entregarse a ciegas, sin evaluar las posibles implicaciones que claramente no advierte Elías por sus deseos emitidos. Se engaña asimismo, se traiciona sin saberlo, ante propósitos nacidos por un desequilibrio emocional transitorio.

    Los antecedentes a situaciones similares, han demostrado que la mayoría de éstos afectados no lograron salir de su tribulación, de no ser por la ayuda otorgada por manos caritativas y compasivas. Desgraciadamente para Elías, no se le conoce familiares o amigos cercanos que puedan asumir aquellas emociones filantrópicas. Sabiendo este argumento, cabe la posibilidad de que el destino final no sea el más alentador para él, aunque por el momento no lo visualice.

    La esperanza para esta coyuntura, desde un principio no tuvo vía para asomarse. Quizá desde el nacimiento de Elías, tal estado no fue forjado para adjuntarse a su vida en el momento requerido, ya que la madre dejándolo para adopción le hurtó —sin darse cuenta— el amparo que apresta a todo infante al nacer —al menos eso lo indica cualquier religión conocida—.

    La noche sigue ascendiendo con una gloria reconocida sólo por los persuadidos. Es una noche atípica, de cuyos instantes es capaz de consentir enajenaciones y desvaríos sin control. Las aberraciones conocidas tendrían cabida en esta órbita tan extraña y a la vez adecuada. Es inexplicable hallarle sentido a esto, pero así se manifiesta con una claridad fácil de comprender. Las sombras —las mismas referidas por Elías—, se configuran ahora como manos apagadas que lentamente van desfigurando bajo su piel cancerosa, cada uno de los objetos dentro de la habitación que alguna vez se consolaron con el vigor de la luz. Más lo único salvado de aquella alteración, es un viejo puñal colocado intencionalmente en la mesa que está junto a Elías. Ya toda la habitación yace bajo la oscuridad, excepto Elías y el instrumento dispuesto, únicos elementos que sobreviven al pesado dominio. Pareciera que las sombras se detuvieron hasta hallar el punto considerado, dejando lo asequible para propósitos presumibles. La hora, el sitio, la circunstancias, fueron hilos atados a una marioneta manipulada por un ente que quiso demostrar lo fácil y obvio para formar así un escenario pavoroso por él comprendido.

    —¡Ya es hora! —dice Elías, como si tuviera la respuesta que tanto aguardaba.

    La luna más rotunda que de costumbre y esplendente, llega a su punto más alto de la madrugada, como joya inesperada y propone ocultar con su forma única el delirio y la aberración consumada por aquella arma postrada en el suelo, ahora el único elemento que sobrevive al pesado dominio.


     
    #1
    Última modificación: 5 de Marzo de 2014

Comparte esta página