Lecho marino, profundo...

Yo las tallo y les doy soplo,
o aliento de vida.
Son mis joyas, que refulgen,
ascendiendo, pendiente arriba.


No es Zión, semejante a la perfección.





Ni Suíza, como la lógica.
O el Quinotauro de los Reyes Merovingios,
que dio paso a la abeja laboriosa,
como símbolo de Napoleón.





Así, surge el Santo Grial,


o suero marino de René Quintón,
a ser posible, imantado,
empleando, para ello, un potente imán,
y una bobina bifilar de Tesla, toda, alrededor





del tarro. Pues las tengo en el bote.


Y al beber la poción mágica,
con mis piedras preciosas,
me doy el lote.
¡ Date permiso a ti mismo, para rejuvenecer !





Merécelo y explora el abismo.


¡ Ver para creer ! Sáruman y Gandalf.
Bilbo y Frodo. Los elfos y los trolls.
Enanos y reyes del Poniente, o montaraces.
Sauron, el Señor de los Anillos, y finalmente,


el magma volcánico...

 

Excelente querido amigo Nommo, una gran obra, he disfrutado la lectura, enhorabuena. Saludos, feliz navidad.

 

Tribu Zen, entonces, sigues vivo.
Me alegro por ti.
La pasta dentífrica fluorada, calcifica la glándula píneal que hay en el cerebro.
Y con ello, tapamos ese tercer ojo, que nos sirve para conectarnos con el firmamento.
Con lo cuál, a la larga ( años más tarde de emplear esa pasta dentífrica, día tras día ), el sujeto se empobrece, mentalmente. Y así, se va embruteciendo.
La glándula pineal puede limpiarse, indirectamente, si hacemos ejercicio físico, a menudo, o si tomamos jugo de limón, o chocolate puro. También resulta magnífico, el yodo de las algas marinas. Y por supuesto, la bebida que vengo recomendando, de un tiempo a esta parte:


Agua de Mar, isotonizada, e imantada.
O sea, primero la mezclamos con agua del río, y con zumo de naranja, o de limón, o de manzana...
Y luego, la agitamos, presentando un potente imán de neodimio, por alrededor del tarro.
La manera ideal de movilizar esa masa acuática ( por algo estamos en la Nueva Era de Acuario ), es en círculos. Para que forme un pequeño huracán o Vórtex ( vórtice energético ).