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Literando

Tema en 'Debates, pensamientos...' comenzado por Keisso, 7 de Septiembre de 2006. Respuestas: 0 | Visitas: 1599

  1. Keisso

    Keisso Poeta recién llegado

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    2 de Diciembre de 2005
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    Un escritor no se forma tanto por el aprendizaje de la escritura en sí misma -aunque es esencial que domine los rudimentos del medio, debe sentirse seguro al escribir-, se va formando a través del tiempo al desarrollar ciertos temas de interés que va expresando por escrito. Estos temas son los que le otorgan, luego, su estilo y los que desarrollarán su escritura. Para escribir, hay que tener sobre qué escribir. En última instancia, siempre es el contenido el que define un arte. Muchos de los que comienzan en la escritura, tienen la ilusión de que es sólo aprender a escribir, y que el contenido es menos importante, pero no es así. Cuando se necesita decir algo, las palabras siempre acuden. Es necesario trabajar un tema hasta el punto donde las palabras comienzan a llegar por sí solas. Si además se tiene la habilidad para expresar por escrito las ideas, ya tenemos un escritor.

    En las artes se acostumbra a distinguir entre forma y contenido, cuando en una obra es posible hacer esta distinción, me atrevo a afirmar que la obra es mala desde el punto de vista artístico. Observen qué ocurre con la prosa cuando un texto es posible decirlo de otras maneras. Pedro cuenta qué hizo durante el día, ese texto puede retomarse y construirlo de muchas formas distintas sin que nada cambie en cuanto a su contenido. Este texto que estoy escribiendo puede ser escrito de muchas formas distintas sin que el contenido cambie sustancialmente. En estos casos existe un los textos un contenido que puede ser expresado de muchas maneras sin que cambie en lo más mínimo la idea que se quiere expresar. Sin embargo, si toman un verso correspondiente a una poesía bien lograda, verán que no es posible cambiar el texto -la forma- sin cambiar el sentido que quiere expresarse. En la poesía lograda el contenido se expresa a través del contenido y de la forma formando un todo indivisible, inalterable. Es posible interpretar un texto poético, pero todas las interpretaciones juntas no pueden agotar el texto poético.

    Examinen esta poesía de Borges:

    A QUIEN ESTÁ LEYÉNDOME

    Eres invulnerable. ¿No te han dado
    los números que rigen tu destino
    certidumbre de polvo? ¿No es acaso
    tu irreversible tiempo el de aquel río

    en cuyo espejo Heráclito vio el símbolo
    de su fugacidad? Te espera el mármol
    que no leerás. En él ya están escritos
    la fecha, la ciudad y el epitafio.

    Sueños del tiempo son también los otros,
    no firme bronce ni acendrado oro;
    el universo es, como tú, Proteo.

    Sombra, irás a la sombra que te aguarda
    fatal en el confín de tu jornada;
    piensa que de algún modo ya estás muerto.

    No es posible decir lo mismo cambiando la forma, por otro lado, si quisiera agotarse el sentido de lo dicho, no sólo no es posible, se llenarían páginas y páginas de texto interpretativo sin que jamás se llegara a agotar el sentido de esa poesía. (Pasa, también, con un buen chiste, si se capta cumple su cometido humorístico, pero si se trata de explicar, pierde toda la gracia. Lo mismo ocurre con la poesía, explicado su sentido no nos llega, o se capta tal como está, o no se capta.)

    Imaginen esta situación, en estos momentos una emoción muy fuerte los embarga, puede ser de enojo o de amor, pero no pueden expresarla, deben contener esa emoción, ocultarla por algún motivo. Pasan los días y la emoción crece, en buena medida por la contención del impulso, si se les permitiera expresarse a través de la palabra, es posible que necesitaran de horas para poder agotar toda la emoción, sin embargo, ocurre que se les permite la expresión oral o escrita, pero limitada en el tiempo y extensión. Por ejemplo, deben expresarse en no más de 20 palabras. La mayoría de las personas podrán hacerlo, el humor no es más que eso, la expresión concentrada de un afecto prohibido que normalmente debemos ocultar, y que por el rodeo del humor lo dejamos manifestarse. Un lapsus es eso, un mensaje pleno de sentido que supera la represión habitual y que se le escapa a quien pretendía ocultarlo. Un piropo genuino nace de un sentimiento intenso que debe expresarse de forma de llegar a su destinataria/o. Pero en todos estos casos ocurre una transgresión, muchas veces se deben romper las reglas del lenguaje para expresar el contenido, por ejemplo se fusionan palabras, se les da un orden especial para que expresen lo que no se podría expresar de otra forma con tan escasos elementos. La plurisemia caracteriza el texto literario, especialmente en la poesía.

    El haiku es un poema japonés compuesto por tres versos de 5, 7 y 5 sílabas cada uno. El artista japonés debe poder expresar un sentimiento profundo en ese pequeño y rígido espacio. La condición para que nazca un buen haiku se encuentra en la intensidad que pueda alcanzar el impulso poético en el artista, pues cuando llega a cierto punto, el haiku explota solo, digo bien: explota. Con tan pocos recursos expresivos, es necesario encontrarse en condiciones de aprovechar al máximo estos elementos, pues todos deben emplearse para retratar completamente el impulso.

    Esa es la débil línea que separa el buen arte del que no lo es. Por este motivo es que se requiere de destreza técnica para que cuando nos embarga el impulso artístico nos encontremos en condiciones de expresarlo, pero quien dicta el texto, es la intensidad del impulso. El impulso debe tomar unos elementos expresivos y explotar con ellos en un texto pleno de sentido donde contenido y forma serán uno sólo.

    A una persona completamente emocionada siempre le llegan las palabras para decir lo que quiere decir.
     
    #1

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