Llegaste a mí

Destello que irrumpe en la penumbra de la soledad,

aroma fresco de jardín, llegaste a mí,

como fuego misterioso purificando el metal

dando lustre y forma al sentir, llegaste a mí.

Elixir prohibido embriagador fluyes libre en mi interior

fúndete a mi cuerpo y a mi ser,

exalta mis sentidos en este nuevo amanecer,

vamos a furtivas sendas con el silbido del viento,

con nuestras sombras acompañando este destino.

Tuyo y mío es el momento, sin importar tiempo ni distancia,

elegidos entre miles en este enorme frenesí

la ruleta giró, el amor lo decidió

juntos en este viaje, sin retorno ni final

sin bitácoras ni timonel, con el abrigo del cielo,

esperando encontrar aquel lugar ideal

en el que libre y sin afán pueda beber tu cuerpo

para saciar esta sed sin sentido que tengo de tí

y poder lograr por fin un poco de paz en mi alma,

que un día marchita estaba

y reverdece desde el momento en que llegaste a mí .