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Lo que no se dice

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por bristy, 23 de Mayo de 2023. Respuestas: 0 | Visitas: 305

  1. bristy

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    Mujer
    Fué un encuentro extraño. Fué tan rápido. Tan rápido que podría haber fingido que no había pasado nada. Pero habían pasado muchas cosas en ese milisegundo. Ella había cambiado. Porque lo sintió en ese momento y meses después todavía. El golpe rápido en su mejilla. La piel cálida y felxible. Algo cambió. Algo pequeño y algo grande. Fué como una reunión. Por fuera y por dentro, ya que esas cosas siempre van de la mano.

    Una tarde de finales de verano caminaba ella con una amiga por el sendero arenoso frente a su casa. Por largo tiempo ha recorrido en las mañanas y tardes ese camino. Lo conoce como la palma de su mano.
    El sol se había puesto entre los tilos. Sus sombras se habían alargado mucho al principio y ahora casi se habían ido. El perro corrió delante de ellas por el campo. Las avispas desaparecieron en su nido. Y entonces sucedió. Un golpe en su cara. Al principio pensó que su amiga le había tocado con la cuerda del perro. Luego pensó que una rama se había balanceado. Pero no fué así. La piel cálida y suave. El pelaje muy suave. El poder de su ala. Su nariz mojada. Lo había sentido todo en esa fracción de segundo cuando voló de frente a su casa. El murciélago.
    Nada especial, pensarías. Pero lo era. A veces sabes que es especial. Aunque parezca nada. Es todo.
    Recordó todas las veces en los meses anteriores cuando voló a la sala de estar y zumbaba de un lado a otro durante diez minutos. La meditación en la que se acostó de espaldas en el suelo y él voló de un lado a otro sobre ella durante una hora. Ella se había maravillado, pero no había escuchado. Y ahora quería que ella escuchara.

    Las culturas antiguas conocen la sabiduría de que cada animal lleva una medicina en su interior. El animal se muestra y depende de ti recibirlo. El murciélago no ve con los ojos, el encuentra su camino escuchando, a través de la oscuridad. El es el maestro de la comunicación sutil. Qué es lo que ella no escuchó, se preguntó. Qué era lo que se perdía en su comunicación? En la comunicación del mundo con ella? De los espíritus con ella? De los guías? Qué lados oscuros le llamaban, quieren renacer en la luz? Eran grandes preguntas y las respuestas ella no conocía. Así vivió las preguntas por muchísimo tiempo. Si se escuchaba a sí misma, realmente escuchaba, a todos los aspectos de sí misma, entonces tal vez podría aprender a escuchar lo que no se dice. Lo que guarda de sí misma, de los demás. Entonces su oído puede ser claro. Atentamente.
    Cuando se acostó esa noche, vió que su hijito había colgado un animal peluche en la viga sobre su cama, justo encima de su almohada, un murciélago.
    Por mucho tiempo permaneció colgado allí, a menudo en la oscuridad. Pero ella lo veía de todos modos.
     
    #1

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