Lo siento.., no puedo terminarlo

Cuanto pesan las lágrimas secas del día a día,
esas que desaguan dentro para ahogarte.
Ver la foto teñirse de sol y tiempo,
diluyéndose en las aguas del olvido.
En su butaquita mira por la ventana
el mundo de toda su vida,
nuevo a cada momento.
Preguntas simples la traban, buscando respuestas que desconoce.
La lógica pierde su nombre en pro de una anarquía sin ideales.
Habiéndote mirado hacia arriba, que duro es mirarte hacia abajo.
El termómetro y el reloj ya no son más que títeres de una quimera...
... como tratar de leer los controles de un avión en barrena.
Solo sus vidriosos ojitos techados de arrugas
dejan ver que la bondad no reside en la mente,
como anciano cachorro enjaulado con barrotes de tiempo, sin saber por qué.
No se si tu cuerpo adelantará a tu mente en su fuga, madre
sea como sea... nunca caminarás sola.

 

Muy emotivo ese relato, es hermoso contemplar como pasa el tiempo y a pesar
de que la edad no perdona y nos hace más frágiles, poder estar vivos y juntos
es un gran momento. Gracias por compartir tus letras. Besitos cariñosos que
se aprieten en tus mejillas.

 

Gracias a ti, Anamer, por tu comentario.
Un fuerte brazo