Locos para hoy

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LOCOS PARA HOY​

Era de forma alargada, con no más de palmo y medio. Una ranura se adivinaba al cerrar la boca. En el centro un ovillo, de negro, como el resto del cuerpo; salvo los extremos que hacia abajo, terminaba con adorno redondo, en singular dibujo en punto de colorado; y, el otro extremo, terminado en cuernos de puntas plateadas.

“Es un planchador de pelo” –dijeron-

Me quedé sorprendido. Nunca había visto un hombre tan pequeño, con la boca tan larga, con cuernos en un extremo, ovillo en el centro y las puntas de plata.

“Le falta algo amigo… ¡El agujero en la espalda!”

Pensé… Ése no lo dije porque es similar al mío, y todo hombre lo tiene. Lo sé cuando me miro… con un espejo la almorrana.

“Será con los ojos… ¿no?”

No, no… -Insistí- ¡Con el espejo, con el espejo! Con los ojos aún no es tecnológico.

“¡Ah!, pues mi padre tiene un ojo de cristal. Si quiere… se lo presto, y comprobamos el suceso”

Pues bien estaría. Pero me temo que el ojo de su padre sólo verá su propio ojo… por los nervios arrancables. Si puede, yo voy a donde su padre, y si me hace el favor veremos, tecnológicamente hablando.

“Hay un problema. Mi padre es del gremio, y Usted no puede entrar. Está en plantilla desde hace cuarenta años. Jubilado, eso sí, pero es una empresa muy familiar. Usted y yo, con el tiempo seremos también del gremio, y lo podremos comprobar”.

Pues así quedamos. Adiós buen hombre. Nos vemos.

“Sí… en el gremio. Por cierto, ¿ha vendido mucho hoy?”

¡Qué va!... ¡Ni uno!

-Se oye un estruendo de cristales-

-Pero hombre… ¡otra vez! No le he dicho que se haga con un bastón, y si puede ser, con un perro lazarillo ladrón por ladrador.

Sí… claro, ¡y que me saque dos iguales!

“Yo diría, dada la conversación, que Usted se ve más de lo que parece"

Sí, sí… Usted lo ha dicho: Parece, parecen. Parecen por... y ¡Locos para hoy!​