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Locura

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por manantial de utopía, 21 de Agosto de 2006. Respuestas: 0 | Visitas: 781

  1. manantial de utopía

    manantial de utopía Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    18 de Agosto de 2006
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    ...La nocturnidad envolvía la soledad del bosque. Tras retirar la tapa del sarcófago me dispuse a recorrer la habitación, observando y sintiendo el frío que desprendían las paredes subterráneas. Subí las escaleras y llegue al salón. Observé el sofá rojo, una lágrima surgió de mi ojo izquierdo, recorriendo la parte izquierda de mi rostro. Habían pasado más de dos siglos desde que Almin y yo nos habíamos perdido de vista, cada uno vagando por el mundo junto con nuestra mas querida compañera, la soledad. Almin no imaginaría que hubiese vuelto a la casa, pero llevaba en ella más de medio siglo.
    Surgió de mi cabeza una trágica imagen, Almin muerto, pero ¿cómo?¿acaso la eternidad era tan cruel como para existir? o, realmente podía suceder...
    La puerta se abrió debido a una ráfaga de viento que hizo que todos los folios volasen a medida que formaban un remolino. Cerré la puerta rápidamente, observé el desastre, todas mis poesías, mis memorias... recogí un folio que se posó junto a mis pies, lo leí: Era de Almin. Uno de sus escritos en prosa en los que afirmaba que me amaba. tiré brutalmente el folio, pero fue deslizándose hacia el suelo lentamente. Abrí la puerta y recorrí el pequeño espacio que me separaba del bosque, atravesé el jardín y aparecí envuelta en olores fríos, colores oscuros y el silbido de los árboles rogando al viento que no lastimase sus ramas.
    La luna me miraba, de hecho, no recuerdo la noche en la que la luna no haya estado observándome.
    Un ruido despertó mi curiosidad, era un chasqueo silencioso de las pequeñas ramitas que abundaban por el suelo, pero mi oído era capaz de sentir el más mínimo de los sonidos.
    Repentinamente el viento latió fuertemente envolviendo mi rostro con mis cabellos y haciendo que el vestido blanco que llevaba bailase a su son.
    Una silueta, observe una silueta, no me hubiese preocupado mucho en otra ocasión ya que sabía que mi fuerza era tal que hubiese podido derrotar al más fuerte de los humanos; pero esta vez esa silueta me impregnó respeto y fortaleza.
    Cerré los ojos. Me era familiar ese olor, esa sensibilidad, esa ingenuidad que desprendía su contorno y a la vez la sensatez de su saber estar.
    La luz de la luna alumbró su rostro. Asombrada mire su rostro y sus ojos me hicieron un ademán de miedo. Me dispuse a correr hacia la silueta y abrazar todo su cuerpo, pero, despareció. Me quedé atónita mirando a mi alrededor y caí desprendida por el suelo, sollozando, cuando comprendí que era mi locura la que me había visitado...
     
    #1

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