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lópez

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por mariano dupont, 2 de Enero de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 320

  1. mariano dupont

    mariano dupont Poeta fiel al portal

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    LAS RATAS DEL VIEJO LÓPEZ


    Cuando el chico Yoliván López fue por primera vez al cine en su ciudad natal de La Plata quedó tan impresionado, que jamás volvió a ver ninguna película que le interesara tanto como las que habían proyectado en el continuado del Roca; todas de ratas y ratones. Reiteradamente ,Yoliván, que era un niño curioso, cuando las pasaban, volvía por las mismas cintas que habían producido ese efecto tan determinante en su personalidad.

    Finalmente los roedores de las películas fueron objeto de su cariño y Yoliván no encontraba en su imaginación seres mas queribles que estas ratas.

    Además de alegrar sus horas de vocación fraternal con el recuerdo de ellas o con sus presencias, era la idea de López que se desterraran los prejuicios y las fobias que recaían sobre sus queridas ratas.

    Ellas habían encontrado un verdadero amigo con Yolivan López.

    Cuarenta años después en la imaginación del viejo, que no era viejo ,pero si lo parecía, se había mantenido intacta la impresión recibida tan profundamente en el cine Roca de La Plata.

    Le interesaban al viejo las posibilidades evolutivas de las ratas por la profunda atracción que habían despertado en él después de esa tarde en el cine.

    Tenia cincuenta años y de barba descuidada, pelo desgreñado y canoso, parecía de ochenta. Siempre con su eterno sobretodo negro cruzado. Era taciturno y poco amigable y vivía solitario en la antigua casa de la familia en el centro de la ciudad.

    Tal vez no sea totalmente adecuado calificarlo de solitario ya que desde siempre convivía con numerosas ratas de diversas variedades y de tamaños enormes.

    Desde ese día en el cine no hubo para “el viejo” otro tema que no fuera el de las ratas y todo lo que se refiriera a los enormes roedores en artículos periodísticos o de cualquier origen eran objeto de su obsesiva atención.

    Sabia el viejo que esa atracción era patológica, pero producía gran placer en un ser absolutamente solitario; ¡ Es cierto!, amaba a las ratas, sin duda.

    La mala prensa era consecuencia de profundos prejuicios y, como antes, asombrado por la tremenda actividad y actitud positiva de las ratas interpretaba que una selección inteligente podría hacer surgir una variedad de nuevas ratas muy útiles, solidarias y sociables.

    Esto concebía para sus ratas el viejo y trabajaba para hacerlo realidad.

    El viejo López había comentado a unos estudiantes vecinos que amaba a las ratas, que las amaba mas que a la gente, decía.

    Mis ratas no me juzgan, repetía, me quieren por ser quien soy. Cuando lloro limpian mis lagrimas.


    Eran estudiantes de biología y zoología con especialidad en etología y el viejo les propuso un experimento con las ratas; y lo realizó con tres grupos de estudiantes y tres niveles distintos de animales. El primer grupo trataría con inteligencias brillantes, el segundo grupo trabajaría con ratas promedio y el tercero con ratas obtusas.

    Las ratas genios respondieron como genios. Las ratas promedio no demostraron nada excepcional y las ratas idiotas demostraron su idiotez.

    Entonces el excéntrico personaje les contó a sus amigos estudiantes el truco que encerraba la cuestión.

    No había en el experimento ratas genios, ni ratas promedios, ni ratas estúpidas.

    La única diferencia era la “actitud” de los estudiantes que participaron y trataron con distinta disposición a las ratas, de acuerdo al coeficiente que ellos suponían en cada nivel.

    Las ratas también tienen percepción, y captaron el interés de los estudiantes.

    La “actitud” es un lenguaje universal, les dijo a los jóvenes el viejo Yolivan López.

    Además las ratas tienen inteligencia emocional y eso les otorga “esperanza”.

    Y la esperanza y la actitud tienen el poder de una gran presión en el proceso evolutivo.

    El viejo Yolivan estaba realizando sus propias pruebas de selección con sus mimadas ratas de laboratorio.

    ………………………………………………………………

    Era sumamente alarmante que todos los casos de gigantismo que venían acompañados de una explosión notable en la esfera cognoscitiva de las ratas no eran fenómenos aislados sino que nos llevaban a la muy fundada sospecha de que estábamos ante el indicio de un gran salto evolutivo y que la mutación podía estar produciendo ratas monstruosas.

    Era un salto que nunca hubiera imaginado el viejo López en su mas loca especulación sobre su raza utópica de ratas idílicas.

    El aumento de la contaminación de las aguas residuales en las grandes ciudades parece que va añadir un nuevo e inesperado capitulo a esta historia , creando una raza gigantesca de ratas que, de no controlarse, puede traer una catástrofe terrorífica en un futuro no muy lejano.

    La ciudad italiana de Baricella ha sido escenario de la aparición de una raza de ratas desmesuradamente grandes.

    Durante toda la década de los noventa han sido avistados frecuentemente animales de más de un metro de largo.

    Los expertos del lugar consideran que en las actuales alcantarillas de esta ciudad italiana deben estar escondidos mas de veinte millones de estos animales.

    ………………………………………………………………


    Mientras tanto el viejo López convivía en su casa con mas o menos dos docenas de enormes ratas que él conocía una por una de acuerdo a sus nombres propios.

    Y no solo convivía normalmente sino que procuraba a los roedores un trato delicadísimo en temperatura del ambiente, en seleccionada alimentación muy especial y exquisita y en el mas cuidado y especializado control medico de última generación.

    Tenia la historia clínica de cada uno de los animales y mantenía una salud envidiable en la comunidad.

    Dormía de forma muy confortables en su cama junto a los lechos de los roedores y no dudaba del gusto por la música clásica de las ratas, que fomentaba profusamente.

    La manía del viejo López y su desnaturalizado cariño por las ratas catalizaban el exagerado tratamiento privilegiado a los roedores.

    Existía una eficiente medicina de punta en el grupo y gozaban las ratas de un adecuado diagnostico preventivo.

    Pero algunas ratas, las mas sensitivas y de intuición mas fina , comenzaron a estar inquietas y alerta.

    Comenzaron a comportarse en una medida que no concordaba en nada con su habitual modo de ser.

    Habían sentido la presencia de ratas extrañas al grupo.

    Daban la impresión de estar tensas y olfateaban las paredes, los pisos y miraban los techos de la enorme casa del viejo. Enseguida, López, se percató de la inquietud reinante entre sus ratas.

    Y definitivamente aceptó la existencia de competidoras en los enormes entretechos, entrepisos, y escondrijos de la antigua casa.

    Y el gran error fue subestimarlas.

    Cada vez fue creciendo mas el movimiento de los animales extraños y la preocupación de las ratas de la comunidad del viejo Yoliván fue en aumento.

    Una mínima sospecha instintiva de falta de alimentos por crecimiento de la población desata una agresividad feroz entre las ratas.

    Y en este caso con el plus de una violenta mutación genética en el sentido de que una inesperada y enigmática aceleración en la evolución se estaba produciendo con rapidez.

    La ferocidad de las nuevas ratas y su intelecto no desaprovecharían la ingenuidad de las ratas a las que venían a suplantar.

    Indefectiblemente hay leyes naturales imperativas que responden a necesidades básicas como la de saciar el hambre y las ratas intrusas atacaron con furia y decisión.

    ¿ Acaso no era de esperarse por los atentos etólogos?.

    Lo que López no veía se manifestó muy evidentemente en sus tácticas y en su astucia para enfrentar a los roedores del viejo López y vencerlos tan fácilmente.



    Se supone que actualmente ya existen las “islas de ratas”; donde grupos de roedores visitantes se convierten rápidamente en las especies dominantes. Una vez estando allí , compiten con las especies nativas y muchas veces las llevan a la extinción.

    Las ratas aburguesadas y mimadas del viejo no eran competitivas y perdieron.

    Un bucólico y placentero mundo de ratas amantes de la música solo existió en la notable imaginación de Yolivan López.

    Y mas grande fue la diferencia entre su utópico universo ratonil y la realidad, cuando los biólogos observaron un hecho absolutamente enigmático.

    Y este hecho era una violenta disparada misteriosa en la evolución de las ratas que no tenia, por ahora, explicación. Y que no era nada parecida a la idea que había sustentado el “viejo” López, ingenuamente, desde su lejana niñez en La Plata.

    El viejo Yoliván López murió sin entender nada y con gran estupor fue devorado con fruición y golosamente por las feroces ratas mutantes, que el nunca habría concebido.

    Acá debe haber funcionado muy probablemente, en forma inconciente, una forma del comportamiento de las ratas, que consiste en repetir conductas que psicológicamente evocan actuaciones muy positivas y placenteras para los grandes roedores.

    Tal vez algunos momentos antes de esa asquerosa carnicería de sangre y carne la memoria del viejo tuvo algún momento para los afiches de ratas feroces que había subestimado en el cine hacia cuarenta años.

    Algo notable y fantástico estaba ocurriendo explosivamente en nuestro ambiente natural.

    Era un salto evolutivo alucinante que jamás habría imaginado el viejo López ni en sus mas enloquecidas disquisiciones, ni las hubiera sospechado ni remotamente, en las pruebas con sus ratas.

    Algo que resultaba significativamente trascendental para la historia natural, o del mas negrísimo terror para los hombres, estaba sucediendo.

    ¿Seria el momento en que vendrían las ratas por nosotros?.

    ………………………………………v





































    LAS RATAS DEL VIEJO LÓPEZ


    Cuando el chico Yoliván López fue por primera vez al cine en su ciudad natal de La Plata quedó tan impresionado, que jamás volvió a ver ninguna película que le interesara tanto como las que habían proyectado en el continuado del Roca; todas de ratas y ratones. Reiteradamente ,Yoliván, que era un niño curioso, cuando las pasaban, volvía por las mismas cintas que habían producido ese efecto tan determinante en su personalidad.

    Finalmente los roedores de las películas fueron objeto de su cariño y Yoliván no encontraba en su imaginación seres mas queribles que estas ratas.

    Además de alegrar sus horas de vocación fraternal con el recuerdo de ellas o con sus presencias, era la idea de López que se desterraran los prejuicios y las fobias que recaían sobre sus queridas ratas.

    Ellas habían encontrado un verdadero amigo con Yolivan López.

    Cuarenta años después en la imaginación del viejo, que no era viejo ,pero si lo parecía, se había mantenido intacta la impresión recibida tan profundamente en el cine Roca de La Plata.

    Le interesaban al viejo las posibilidades evolutivas de las ratas por la profunda atracción que habían despertado en él después de esa tarde en el cine.

    Tenia cincuenta años y de barba descuidada, pelo desgreñado y canoso, parecía de ochenta. Siempre con su eterno sobretodo negro cruzado. Era taciturno y poco amigable y vivía solitario en la antigua casa de la familia en el centro de la ciudad.

    Tal vez no sea totalmente adecuado calificarlo de solitario ya que desde siempre convivía con numerosas ratas de diversas variedades y de tamaños enormes.

    Desde ese día en el cine no hubo para “el viejo” otro tema que no fuera el de las ratas y todo lo que se refiriera a los enormes roedores en artículos periodísticos o de cualquier origen eran objeto de su obsesiva atención.

    Sabia el viejo que esa atracción era patológica, pero producía gran placer en un ser absolutamente solitario; ¡ Es cierto!, amaba a las ratas, sin duda.

    La mala prensa era consecuencia de profundos prejuicios y, como antes, asombrado por la tremenda actividad y actitud positiva de las ratas interpretaba que una selección inteligente podría hacer surgir una variedad de nuevas ratas muy útiles, solidarias y sociables.

    Esto concebía para sus ratas el viejo y trabajaba para hacerlo realidad.

    El viejo López había comentado a unos estudiantes vecinos que amaba a las ratas, que las amaba mas que a la gente, decía.

    Mis ratas no me juzgan, repetía, me quieren por ser quien soy. Cuando lloro limpian mis lagrimas.


    Eran estudiantes de biología y zoología con especialidad en etología y el viejo les propuso un experimento con las ratas; y lo realizó con tres grupos de estudiantes y tres niveles distintos de animales. El primer grupo trataría con inteligencias brillantes, el segundo grupo trabajaría con ratas promedio y el tercero con ratas obtusas.

    Las ratas genios respondieron como genios. Las ratas promedio no demostraron nada excepcional y las ratas idiotas demostraron su idiotez.

    Entonces el excéntrico personaje les contó a sus amigos estudiantes el truco que encerraba la cuestión.

    No había en el experimento ratas genios, ni ratas promedios, ni ratas estúpidas.

    La única diferencia era la “actitud” de los estudiantes que participaron y trataron con distinta disposición a las ratas, de acuerdo al coeficiente que ellos suponían en cada nivel.

    Las ratas también tienen percepción, y captaron el interés de los estudiantes.

    La “actitud” es un lenguaje universal, les dijo a los jóvenes el viejo Yolivan López.

    Además las ratas tienen inteligencia emocional y eso les otorga “esperanza”.

    Y la esperanza y la actitud tienen el poder de una gran presión en el proceso evolutivo.

    El viejo Yolivan estaba realizando sus propias pruebas de selección con sus mimadas ratas de laboratorio.

    ………………………………………………………………

    Era sumamente alarmante que todos los casos de gigantismo que venían acompañados de una explosión notable en la esfera cognoscitiva de las ratas no eran fenómenos aislados sino que nos llevaban a la muy fundada sospecha de que estábamos ante el indicio de un gran salto evolutivo y que la mutación podía estar produciendo ratas monstruosas.

    Era un salto que nunca hubiera imaginado el viejo López en su mas loca especulación sobre su raza utópica de ratas idílicas.

    El aumento de la contaminación de las aguas residuales en las grandes ciudades parece que va añadir un nuevo e inesperado capitulo a esta historia , creando una raza gigantesca de ratas que, de no controlarse, puede traer una catástrofe terrorífica en un futuro no muy lejano.

    La ciudad italiana de Baricella ha sido escenario de la aparición de una raza de ratas desmesuradamente grandes.

    Durante toda la década de los noventa han sido avistados frecuentemente animales de más de un metro de largo.

    Los expertos del lugar consideran que en las actuales alcantarillas de esta ciudad italiana deben estar escondidos mas de veinte millones de estos animales.

    ………………………………………………………………


    Mientras tanto el viejo López convivía en su casa con mas o menos dos docenas de enormes ratas que él conocía una por una de acuerdo a sus nombres propios.

    Y no solo convivía normalmente sino que procuraba a los roedores un trato delicadísimo en temperatura del ambiente, en seleccionada alimentación muy especial y exquisita y en el mas cuidado y especializado control medico de última generación.

    Tenia la historia clínica de cada uno de los animales y mantenía una salud envidiable en la comunidad.

    Dormía de forma muy confortables en su cama junto a los lechos de los roedores y no dudaba del gusto por la música clásica de las ratas, que fomentaba profusamente.

    La manía del viejo López y su desnaturalizado cariño por las ratas catalizaban el exagerado tratamiento privilegiado a los roedores.

    Existía una eficiente medicina de punta en el grupo y gozaban las ratas de un adecuado diagnostico preventivo.

    Pero algunas ratas, las mas sensitivas y de intuición mas fina , comenzaron a estar inquietas y alerta.

    Comenzaron a comportarse en una medida que no concordaba en nada con su habitual modo de ser.

    Habían sentido la presencia de ratas extrañas al grupo.

    Daban la impresión de estar tensas y olfateaban las paredes, los pisos y miraban los techos de la enorme casa del viejo. Enseguida, López, se percató de la inquietud reinante entre sus ratas.

    Y definitivamente aceptó la existencia de competidoras en los enormes entretechos, entrepisos, y escondrijos de la antigua casa.

    Y el gran error fue subestimarlas.

    Cada vez fue creciendo mas el movimiento de los animales extraños y la preocupación de las ratas de la comunidad del viejo Yoliván fue en aumento.

    Una mínima sospecha instintiva de falta de alimentos por crecimiento de la población desata una agresividad feroz entre las ratas.

    Y en este caso con el plus de una violenta mutación genética en el sentido de que una inesperada y enigmática aceleración en la evolución se estaba produciendo con rapidez.

    La ferocidad de las nuevas ratas y su intelecto no desaprovecharían la ingenuidad de las ratas a las que venían a suplantar.

    Indefectiblemente hay leyes naturales imperativas que responden a necesidades básicas como la de saciar el hambre y las ratas intrusas atacaron con furia y decisión.

    ¿ Acaso no era de esperarse por los atentos etólogos?.

    Lo que López no veía se manifestó muy evidentemente en sus tácticas y en su astucia para enfrentar a los roedores del viejo López y vencerlos tan fácilmente.



    Se supone que actualmente ya existen las “islas de ratas”; donde grupos de roedores visitantes se convierten rápidamente en las especies dominantes. Una vez estando allí , compiten con las especies nativas y muchas veces las llevan a la extinción.

    Las ratas aburguesadas y mimadas del viejo no eran competitivas y perdieron.

    Un bucólico y placentero mundo de ratas amantes de la música solo existió en la notable imaginación de Yolivan López.

    Y mas grande fue la diferencia entre su utópico universo ratonil y la realidad, cuando los biólogos observaron un hecho absolutamente enigmático.

    Y este hecho era una violenta disparada misteriosa en la evolución de las ratas que no tenia, por ahora, explicación. Y que no era nada parecida a la idea que había sustentado el “viejo” López, ingenuamente, desde su lejana niñez en La Plata.

    El viejo Yoliván López murió sin entender nada y con gran estupor fue devorado con fruición y golosamente por las feroces ratas mutantes, que el nunca habría concebido.

    Acá debe haber funcionado muy probablemente, en forma inconciente, una forma del comportamiento de las ratas, que consiste en repetir conductas que psicológicamente evocan actuaciones muy positivas y placenteras para los grandes roedores.

    Tal vez algunos momentos antes de esa asquerosa carnicería de sangre y carne la memoria del viejo tuvo algún momento para los afiches de ratas feroces que había subestimado en el cine hacia cuarenta años.

    Algo notable y fantástico estaba ocurriendo explosivamente en nuestro ambiente natural.

    Era un salto evolutivo alucinante que jamás habría imaginado el viejo López ni en sus mas enloquecidas disquisiciones, ni las hubiera sospechado ni remotamente, en las pruebas con sus ratas.

    Algo que resultaba significativamente trascendental para la historia natural, o del mas negrísimo terror para los hombres, estaba sucediendo.

    ¿Seria el momento en que vendrían las ratas por nosotros?.

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    LAS RATAS DEL VIEJO LÓPEZ


    Cuando el chico Yoliván López fue por primera vez al cine en su ciudad natal de La Plata quedó tan impresionado, que jamás volvió a ver ninguna película que le interesara tanto como las que habían proyectado en el continuado del Roca; todas de ratas y ratones. Reiteradamente ,Yoliván, que era un niño curioso, cuando las pasaban, volvía por las mismas cintas que habían producido ese efecto tan determinante en su personalidad.

    Finalmente los roedores de las películas fueron objeto de su cariño y Yoliván no encontraba en su imaginación seres mas queribles que estas ratas.

    Además de alegrar sus horas de vocación fraternal con el recuerdo de ellas o con sus presencias, era la idea de López que se desterraran los prejuicios y las fobias que recaían sobre sus queridas ratas.

    Ellas habían encontrado un verdadero amigo con Yolivan López.

    Cuarenta años después en la imaginación del viejo, que no era viejo ,pero si lo parecía, se había mantenido intacta la impresión recibida tan profundamente en el cine Roca de La Plata.

    Le interesaban al viejo las posibilidades evolutivas de las ratas por la profunda atracción que habían despertado en él después de esa tarde en el cine.

    Tenia cincuenta años y de barba descuidada, pelo desgreñado y canoso, parecía de ochenta. Siempre con su eterno sobretodo negro cruzado. Era taciturno y poco amigable y vivía solitario en la antigua casa de la familia en el centro de la ciudad.

    Tal vez no sea totalmente adecuado calificarlo de solitario ya que desde siempre convivía con numerosas ratas de diversas variedades y de tamaños enormes.

    Desde ese día en el cine no hubo para “el viejo” otro tema que no fuera el de las ratas y todo lo que se refiriera a los enormes roedores en artículos periodísticos o de cualquier origen eran objeto de su obsesiva atención.

    Sabia el viejo que esa atracción era patológica, pero producía gran placer en un ser absolutamente solitario; ¡ Es cierto!, amaba a las ratas, sin duda.

    La mala prensa era consecuencia de profundos prejuicios y, como antes, asombrado por la tremenda actividad y actitud positiva de las ratas interpretaba que una selección inteligente podría hacer surgir una variedad de nuevas ratas muy útiles, solidarias y sociables.

    Esto concebía para sus ratas el viejo y trabajaba para hacerlo realidad.

    El viejo López había comentado a unos estudiantes vecinos que amaba a las ratas, que las amaba mas que a la gente, decía.

    Mis ratas no me juzgan, repetía, me quieren por ser quien soy. Cuando lloro limpian mis lagrimas.


    Eran estudiantes de biología y zoología con especialidad en etología y el viejo les propuso un experimento con las ratas; y lo realizó con tres grupos de estudiantes y tres niveles distintos de animales. El primer grupo trataría con inteligencias brillantes, el segundo grupo trabajaría con ratas promedio y el tercero con ratas obtusas.

    Las ratas genios respondieron como genios. Las ratas promedio no demostraron nada excepcional y las ratas idiotas demostraron su idiotez.

    Entonces el excéntrico personaje les contó a sus amigos estudiantes el truco que encerraba la cuestión.

    No había en el experimento ratas genios, ni ratas promedios, ni ratas estúpidas.

    La única diferencia era la “actitud” de los estudiantes que participaron y trataron con distinta disposición a las ratas, de acuerdo al coeficiente que ellos suponían en cada nivel.

    Las ratas también tienen percepción, y captaron el interés de los estudiantes.

    La “actitud” es un lenguaje universal, les dijo a los jóvenes el viejo Yolivan López.

    Además las ratas tienen inteligencia emocional y eso les otorga “esperanza”.

    Y la esperanza y la actitud tienen el poder de una gran presión en el proceso evolutivo.

    El viejo Yolivan estaba realizando sus propias pruebas de selección con sus mimadas ratas de laboratorio.

    ………………………………………………………………

    Era sumamente alarmante que todos los casos de gigantismo que venían acompañados de una explosión notable en la esfera cognoscitiva de las ratas no eran fenómenos aislados sino que nos llevaban a la muy fundada sospecha de que estábamos ante el indicio de un gran salto evolutivo y que la mutación podía estar produciendo ratas monstruosas.

    Era un salto que nunca hubiera imaginado el viejo López en su mas loca especulación sobre su raza utópica de ratas idílicas.

    El aumento de la contaminación de las aguas residuales en las grandes ciudades parece que va añadir un nuevo e inesperado capitulo a esta historia , creando una raza gigantesca de ratas que, de no controlarse, puede traer una catástrofe terrorífica en un futuro no muy lejano.

    La ciudad italiana de Baricella ha sido escenario de la aparición de una raza de ratas desmesuradamente grandes.

    Durante toda la década de los noventa han sido avistados frecuentemente animales de más de un metro de largo.

    Los expertos del lugar consideran que en las actuales alcantarillas de esta ciudad italiana deben estar escondidos mas de veinte millones de estos animales.

    ………………………………………………………………


    Mientras tanto el viejo López convivía en su casa con mas o menos dos docenas de enormes ratas que él conocía una por una de acuerdo a sus nombres propios.

    Y no solo convivía normalmente sino que procuraba a los roedores un trato delicadísimo en temperatura del ambiente, en seleccionada alimentación muy especial y exquisita y en el mas cuidado y especializado control medico de última generación.

    Tenia la historia clínica de cada uno de los animales y mantenía una salud envidiable en la comunidad.

    Dormía de forma muy confortables en su cama junto a los lechos de los roedores y no dudaba del gusto por la música clásica de las ratas, que fomentaba profusamente.

    La manía del viejo López y su desnaturalizado cariño por las ratas catalizaban el exagerado tratamiento privilegiado a los roedores.

    Existía una eficiente medicina de punta en el grupo y gozaban las ratas de un adecuado diagnostico preventivo.

    Pero algunas ratas, las mas sensitivas y de intuición mas fina , comenzaron a estar inquietas y alerta.

    Comenzaron a comportarse en una medida que no concordaba en nada con su habitual modo de ser.

    Habían sentido la presencia de ratas extrañas al grupo.

    Daban la impresión de estar tensas y olfateaban las paredes, los pisos y miraban los techos de la enorme casa del viejo. Enseguida, López, se percató de la inquietud reinante entre sus ratas.

    Y definitivamente aceptó la existencia de competidoras en los enormes entretechos, entrepisos, y escondrijos de la antigua casa.

    Y el gran error fue subestimarlas.

    Cada vez fue creciendo mas el movimiento de los animales extraños y la preocupación de las ratas de la comunidad del viejo Yoliván fue en aumento.

    Una mínima sospecha instintiva de falta de alimentos por crecimiento de la población desata una agresividad feroz entre las ratas.

    Y en este caso con el plus de una violenta mutación genética en el sentido de que una inesperada y enigmática aceleración en la evolución se estaba produciendo con rapidez.

    La ferocidad de las nuevas ratas y su intelecto no desaprovecharían la ingenuidad de las ratas a las que venían a suplantar.

    Indefectiblemente hay leyes naturales imperativas que responden a necesidades básicas como la de saciar el hambre y las ratas intrusas atacaron con furia y decisión.

    ¿ Acaso no era de esperarse por los atentos etólogos?.

    Lo que López no veía se manifestó muy evidentemente en sus tácticas y en su astucia para enfrentar a los roedores del viejo López y vencerlos tan fácilmente.



    Se supone que actualmente ya existen las “islas de ratas”; donde grupos de roedores visitantes se convierten rápidamente en las especies dominantes. Una vez estando allí , compiten con las especies nativas y muchas veces las llevan a la extinción.

    Las ratas aburguesadas y mimadas del viejo no eran competitivas y perdieron.

    Un bucólico y placentero mundo de ratas amantes de la música solo existió en la notable imaginación de Yolivan López.

    Y mas grande fue la diferencia entre su utópico universo ratonil y la realidad, cuando los biólogos observaron un hecho absolutamente enigmático.

    Y este hecho era una violenta disparada misteriosa en la evolución de las ratas que no tenia, por ahora, explicación. Y que no era nada parecida a la idea que había sustentado el “viejo” López, ingenuamente, desde su lejana niñez en La Plata.

    El viejo Yoliván López murió sin entender nada y con gran estupor fue devorado con fruición y golosamente por las feroces ratas mutantes, que el nunca habría concebido.

    Acá debe haber funcionado muy probablemente, en forma inconciente, una forma del comportamiento de las ratas, que consiste en repetir conductas que psicológicamente evocan actuaciones muy positivas y placenteras para los grandes roedores.

    Tal vez algunos momentos antes de esa asquerosa carnicería de sangre y carne la memoria del viejo tuvo algún momento para los afiches de ratas feroces que había subestimado en el cine hacia cuarenta años.

    Algo notable y fantástico estaba ocurriendo explosivamente en nuestro ambiente natural.

    Era un salto evolutivo alucinante que jamás habría imaginado el viejo López ni en sus mas enloquecidas disquisiciones, ni las hubiera sospechado ni remotamente, en las pruebas con sus ratas.

    Algo que resultaba significativamente trascendental para la historia natural, o del mas negrísimo terror para los hombres, estaba sucediendo.

    ¿Seria el momento en que vendrían las ratas por nosotros?.

    ………………………………………





































    LAS RATAS DEL VIEJO LÓPEZ


    Cuando el chico Yoliván López fue por primera vez al cine en su ciudad natal de La Plata quedó tan impresionado, que jamás volvió a ver ninguna película que le interesara tanto como las que habían proyectado en el continuado del Roca; todas de ratas y ratones. Reiteradamente ,Yoliván, que era un niño curioso, cuando las pasaban, volvía por las mismas cintas que habían producido ese efecto tan determinante en su personalidad.

    Finalmente los roedores de las películas fueron objeto de su cariño y Yoliván no encontraba en su imaginación seres mas queribles que estas ratas.

    Además de alegrar sus horas de vocación fraternal con el recuerdo de ellas o con sus presencias, era la idea de López que se desterraran los prejuicios y las fobias que recaían sobre sus queridas ratas.

    Ellas habían encontrado un verdadero amigo con Yolivan López.

    Cuarenta años después en la imaginación del viejo, que no era viejo ,pero si lo parecía, se había mantenido intacta la impresión recibida tan profundamente en el cine Roca de La Plata.

    Le interesaban al viejo las posibilidades evolutivas de las ratas por la profunda atracción que habían despertado en él después de esa tarde en el cine.

    Tenia cincuenta años y de barba descuidada, pelo desgreñado y canoso, parecía de ochenta. Siempre con su eterno sobretodo negro cruzado. Era taciturno y poco amigable y vivía solitario en la antigua casa de la familia en el centro de la ciudad.

    Tal vez no sea totalmente adecuado calificarlo de solitario ya que desde siempre convivía con numerosas ratas de diversas variedades y de tamaños enormes.

    Desde ese día en el cine no hubo para “el viejo” otro tema que no fuera el de las ratas y todo lo que se refiriera a los enormes roedores en artículos periodísticos o de cualquier origen eran objeto de su obsesiva atención.

    Sabia el viejo que esa atracción era patológica, pero producía gran placer en un ser absolutamente solitario; ¡ Es cierto!, amaba a las ratas, sin duda.

    La mala prensa era consecuencia de profundos prejuicios y, como antes, asombrado por la tremenda actividad y actitud positiva de las ratas interpretaba que una selección inteligente podría hacer surgir una variedad de nuevas ratas muy útiles, solidarias y sociables.

    Esto concebía para sus ratas el viejo y trabajaba para hacerlo realidad.

    El viejo López había comentado a unos estudiantes vecinos que amaba a las ratas, que las amaba mas que a la gente, decía.

    Mis ratas no me juzgan, repetía, me quieren por ser quien soy. Cuando lloro limpian mis lagrimas.


    Eran estudiantes de biología y zoología con especialidad en etología y el viejo les propuso un experimento con las ratas; y lo realizó con tres grupos de estudiantes y tres niveles distintos de animales. El primer grupo trataría con inteligencias brillantes, el segundo grupo trabajaría con ratas promedio y el tercero con ratas obtusas.

    Las ratas genios respondieron como genios. Las ratas promedio no demostraron nada excepcional y las ratas idiotas demostraron su idiotez.

    Entonces el excéntrico personaje les contó a sus amigos estudiantes el truco que encerraba la cuestión.

    No había en el experimento ratas genios, ni ratas promedios, ni ratas estúpidas.

    La única diferencia era la “actitud” de los estudiantes que participaron y trataron con distinta disposición a las ratas, de acuerdo al coeficiente que ellos suponían en cada nivel.

    Las ratas también tienen percepción, y captaron el interés de los estudiantes.

    La “actitud” es un lenguaje universal, les dijo a los jóvenes el viejo Yolivan López.

    Además las ratas tienen inteligencia emocional y eso les otorga “esperanza”.

    Y la esperanza y la actitud tienen el poder de una gran presión en el proceso evolutivo.

    El viejo Yolivan estaba realizando sus propias pruebas de selección con sus mimadas ratas de laboratorio.

    ………………………………………………………………

    Era sumamente alarmante que todos los casos de gigantismo que venían acompañados de una explosión notable en la esfera cognoscitiva de las ratas no eran fenómenos aislados sino que nos llevaban a la muy fundada sospecha de que estábamos ante el indicio de un gran salto evolutivo y que la mutación podía estar produciendo ratas monstruosas.

    Era un salto que nunca hubiera imaginado el viejo López en su mas loca especulación sobre su raza utópica de ratas idílicas.

    El aumento de la contaminación de las aguas residuales en las grandes ciudades parece que va añadir un nuevo e inesperado capitulo a esta historia , creando una raza gigantesca de ratas que, de no controlarse, puede traer una catástrofe terrorífica en un futuro no muy lejano.

    La ciudad italiana de Baricella ha sido escenario de la aparición de una raza de ratas desmesuradamente grandes.

    Durante toda la década de los noventa han sido avistados frecuentemente animales de más de un metro de largo.

    Los expertos del lugar consideran que en las actuales alcantarillas de esta ciudad italiana deben estar escondidos mas de veinte millones de estos animales.

    ………………………………………………………………


    Mientras tanto el viejo López convivía en su casa con mas o menos dos docenas de enormes ratas que él conocía una por una de acuerdo a sus nombres propios.

    Y no solo convivía normalmente sino que procuraba a los roedores un trato delicadísimo en temperatura del ambiente, en seleccionada alimentación muy especial y exquisita y en el mas cuidado y especializado control medico de última generación.

    Tenia la historia clínica de cada uno de los animales y mantenía una salud envidiable en la comunidad.

    Dormía de forma muy confortables en su cama junto a los lechos de los roedores y no dudaba del gusto por la música clásica de las ratas, que fomentaba profusamente.

    La manía del viejo López y su desnaturalizado cariño por las ratas catalizaban el exagerado tratamiento privilegiado a los roedores.

    Existía una eficiente medicina de punta en el grupo y gozaban las ratas de un adecuado diagnostico preventivo.

    Pero algunas ratas, las mas sensitivas y de intuición mas fina , comenzaron a estar inquietas y alerta.

    Comenzaron a comportarse en una medida que no concordaba en nada con su habitual modo de ser.

    Habían sentido la presencia de ratas extrañas al grupo.

    Daban la impresión de estar tensas y olfateaban las paredes, los pisos y miraban los techos de la enorme casa del viejo. Enseguida, López, se percató de la inquietud reinante entre sus ratas.

    Y definitivamente aceptó la existencia de competidoras en los enormes entretechos, entrepisos, y escondrijos de la antigua casa.

    Y el gran error fue subestimarlas.

    Cada vez fue creciendo mas el movimiento de los animales extraños y la preocupación de las ratas de la comunidad del viejo Yoliván fue en aumento.

    Una mínima sospecha instintiva de falta de alimentos por crecimiento de la población desata una agresividad feroz entre las ratas.

    Y en este caso con el plus de una violenta mutación genética en el sentido de que una inesperada y enigmática aceleración en la evolución se estaba produciendo con rapidez.

    La ferocidad de las nuevas ratas y su intelecto no desaprovecharían la ingenuidad de las ratas a las que venían a suplantar.

    Indefectiblemente hay leyes naturales imperativas que responden a necesidades básicas como la de saciar el hambre y las ratas intrusas atacaron con furia y decisión.

    ¿ Acaso no era de esperarse por los atentos etólogos?.

    Lo que López no veía se manifestó muy evidentemente en sus tácticas y en su astucia para enfrentar a los roedores del viejo López y vencerlos tan fácilmente.



    Se supone que actualmente ya existen las “islas de ratas”; donde grupos de roedores visitantes se convierten rápidamente en las especies dominantes. Una vez estando allí , compiten con las especies nativas y muchas veces las llevan a la extinción.

    Las ratas aburguesadas y mimadas del viejo no eran competitivas y perdieron.

    Un bucólico y placentero mundo de ratas amantes de la música solo existió en la notable imaginación de Yolivan López.

    Y mas grande fue la diferencia entre su utópico universo ratonil y la realidad, cuando los biólogos observaron un hecho absolutamente enigmático.

    Y este hecho era una violenta disparada misteriosa en la evolución de las ratas que no tenia, por ahora, explicación. Y que no era nada parecida a la idea que había sustentado el “viejo” López, ingenuamente, desde su lejana niñez en La Plata.

    El viejo Yoliván López murió sin entender nada y con gran estupor fue devorado con fruición y golosamente por las feroces ratas mutantes, que el nunca habría concebido.

    Acá debe haber funcionado muy probablemente, en forma inconciente, una forma del comportamiento de las ratas, que consiste en repetir conductas que psicológicamente evocan actuaciones muy positivas y placenteras para los grandes roedores.

    Tal vez algunos momentos antes de esa asquerosa carnicería de sangre y carne la memoria del viejo tuvo algún momento para los afiches de ratas feroces que había subestimado en el cine hacia cuarenta años.

    Algo notable y fantástico estaba ocurriendo explosivamente en nuestro ambiente natural.

    Era un salto evolutivo alucinante que jamás habría imaginado el viejo López ni en sus mas enloquecidas disquisiciones, ni las hubiera sospechado ni remotamente, en las pruebas con sus ratas.

    Algo que resultaba significativamente trascendental para la historia natural, o del mas negrísimo terror para los hombres, estaba sucediendo.

    ¿Seria el momento en que vendrían las ratas por nosotros?.

    ………………………………………

























    LAS RATAS DEL VIEJO LÓPEZ


    Cuando el chico Yoliván López fue por primera vez al cine en su ciudad natal de La Plata quedó tan impresionado, que jamás volvió a ver ninguna película que le interesara tanto como las que habían proyectado en el continuado del Roca; todas de ratas y ratones. Reiteradamente ,Yoliván, que era un niño curioso, cuando las pasaban, volvía por las mismas cintas que habían producido ese efecto tan determinante en su personalidad.

    Finalmente los roedores de las películas fueron objeto de su cariño y Yoliván no encontraba en su imaginación seres mas queribles que estas ratas.

    Además de alegrar sus horas de vocación fraternal con el recuerdo de ellas o con sus presencias, era la idea de López que se desterraran los prejuicios y las fobias que recaían sobre sus queridas ratas.

    Ellas habían encontrado un verdadero amigo con Yolivan López.

    Cuarenta años después en la imaginación del viejo, que no era viejo ,pero si lo parecía, se había mantenido intacta la impresión recibida tan profundamente en el cine Roca de La Plata.

    Le interesaban al viejo las posibilidades evolutivas de las ratas por la profunda atracción que habían despertado en él después de esa tarde en el cine.

    Tenia cincuenta años y de barba descuidada, pelo desgreñado y canoso, parecía de ochenta. Siempre con su eterno sobretodo negro cruzado. Era taciturno y poco amigable y vivía solitario en la antigua casa de la familia en el centro de la ciudad.

    Tal vez no sea totalmente adecuado calificarlo de solitario ya que desde siempre convivía con numerosas ratas de diversas variedades y de tamaños enormes.

    Desde ese día en el cine no hubo para “el viejo” otro tema que no fuera el de las ratas y todo lo que se refiriera a los enormes roedores en artículos periodísticos o de cualquier origen eran objeto de su obsesiva atención.

    Sabia el viejo que esa atracción era patológica, pero producía gran placer en un ser absolutamente solitario; ¡ Es cierto!, amaba a las ratas, sin duda.

    La mala prensa era consecuencia de profundos prejuicios y, como antes, asombrado por la tremenda actividad y actitud positiva de las ratas interpretaba que una selección inteligente podría hacer surgir una variedad de nuevas ratas muy útiles, solidarias y sociables.

    Esto concebía para sus ratas el viejo y trabajaba para hacerlo realidad.

    El viejo López había comentado a unos estudiantes vecinos que amaba a las ratas, que las amaba mas que a la gente, decía.

    Mis ratas no me juzgan, repetía, me quieren por ser quien soy. Cuando lloro limpian mis lagrimas.


    Eran estudiantes de biología y zoología con especialidad en etología y el viejo les propuso un experimento con las ratas; y lo realizó con tres grupos de estudiantes y tres niveles distintos de animales. El primer grupo trataría con inteligencias brillantes, el segundo grupo trabajaría con ratas promedio y el tercero con ratas obtusas.

    Las ratas genios respondieron como genios. Las ratas promedio no demostraron nada excepcional y las ratas idiotas demostraron su idiotez.

    Entonces el excéntrico personaje les contó a sus amigos estudiantes el truco que encerraba la cuestión.

    No había en el experimento ratas genios, ni ratas promedios, ni ratas estúpidas.

    La única diferencia era la “actitud” de los estudiantes que participaron y trataron con distinta disposición a las ratas, de acuerdo al coeficiente que ellos suponían en cada nivel.

    Las ratas también tienen percepción, y captaron el interés de los estudiantes.

    La “actitud” es un lenguaje universal, les dijo a los jóvenes el viejo Yolivan López.

    Además las ratas tienen inteligencia emocional y eso les otorga “esperanza”.

    Y la esperanza y la actitud tienen el poder de una gran presión en el proceso evolutivo.

    El viejo Yolivan estaba realizando sus propias pruebas de selección con sus mimadas ratas de laboratorio.

    ………………………………………………………………

    Era sumamente alarmante que todos los casos de gigantismo que venían acompañados de una explosión notable en la esfera cognoscitiva de las ratas no eran fenómenos aislados sino que nos llevaban a la muy fundada sospecha de que estábamos ante el indicio de un gran salto evolutivo y que la mutación podía estar produciendo ratas monstruosas.

    Era un salto que nunca hubiera imaginado el viejo López en su mas loca especulación sobre su raza utópica de ratas idílicas.

    El aumento de la contaminación de las aguas residuales en las grandes ciudades parece que va añadir un nuevo e inesperado capitulo a esta historia , creando una raza gigantesca de ratas que, de no controlarse, puede traer una catástrofe terrorífica en un futuro no muy lejano.

    La ciudad italiana de Baricella ha sido escenario de la aparición de una raza de ratas desmesuradamente grandes.

    Durante toda la década de los noventa han sido avistados frecuentemente animales de más de un metro de largo.

    Los expertos del lugar consideran que en las actuales alcantarillas de esta ciudad italiana deben estar escondidos mas de veinte millones de estos animales.

    ………………………………………………………………


    Mientras tanto el viejo López convivía en su casa con mas o menos dos docenas de enormes ratas que él conocía una por una de acuerdo a sus nombres propios.

    Y no solo convivía normalmente sino que procuraba a los roedores un trato delicadísimo en temperatura del ambiente, en seleccionada alimentación muy especial y exquisita y en el mas cuidado y especializado control medico de última generación.

    Tenia la historia clínica de cada uno de los animales y mantenía una salud envidiable en la comunidad.

    Dormía de forma muy confortables en su cama junto a los lechos de los roedores y no dudaba del gusto por la música clásica de las ratas, que fomentaba profusamente.

    La manía del viejo López y su desnaturalizado cariño por las ratas catalizaban el exagerado tratamiento privilegiado a los roedores.

    Existía una eficiente medicina de punta en el grupo y gozaban las ratas de un adecuado diagnostico preventivo.

    Pero algunas ratas, las mas sensitivas y de intuición mas fina , comenzaron a estar inquietas y alerta.

    Comenzaron a comportarse en una medida que no concordaba en nada con su habitual modo de ser.

    Habían sentido la presencia de ratas extrañas al grupo.

    Daban la impresión de estar tensas y olfateaban las paredes, los pisos y miraban los techos de la enorme casa del viejo. Enseguida, López, se percató de la inquietud reinante entre sus ratas.

    Y definitivamente aceptó la existencia de competidoras en los enormes entretechos, entrepisos, y escondrijos de la antigua casa.

    Y el gran error fue subestimarlas.

    Cada vez fue creciendo mas el movimiento de los animales extraños y la preocupación de las ratas de la comunidad del viejo Yoliván fue en aumento.

    Una mínima sospecha instintiva de falta de alimentos por crecimiento de la población desata una agresividad feroz entre las ratas.

    Y en este caso con el plus de una violenta mutación genética en el sentido de que una inesperada y enigmática aceleración en la evolución se estaba produciendo con rapidez.

    La ferocidad de las nuevas ratas y su intelecto no desaprovecharían la ingenuidad de las ratas a las que venían a suplantar.

    Indefectiblemente hay leyes naturales imperativas que responden a necesidades básicas como la de saciar el hambre y las ratas intrusas atacaron con furia y decisión.

    ¿ Acaso no era de esperarse por los atentos etólogos?.

    Lo que López no veía se manifestó muy evidentemente en sus tácticas y en su astucia para enfrentar a los roedores del viejo López y vencerlos tan fácilmente.



    Se supone que actualmente ya existen las “islas de ratas”; donde grupos de roedores visitantes se convierten rápidamente en las especies dominantes. Una vez estando allí , compiten con las especies nativas y muchas veces las llevan a la extinción.

    Las ratas aburguesadas y mimadas del viejo no eran competitivas y perdieron.

    Un bucólico y placentero mundo de ratas amantes de la música solo existió en la notable imaginación de Yolivan López.

    Y mas grande fue la diferencia entre su utópico universo ratonil y la realidad, cuando los biólogos observaron un hecho absolutamente enigmático.

    Y este hecho era una violenta disparada misteriosa en la evolución de las ratas que no tenia, por ahora, explicación. Y que no era nada parecida a la idea que había sustentado el “viejo” López, ingenuamente, desde su lejana niñez en La Plata.

    El viejo Yoliván López murió sin entender nada y con gran estupor fue devorado con fruición y golosamente por las feroces ratas mutantes, que el nunca habría concebido.

    Acá debe haber funcionado muy probablemente, en forma inconciente, una forma del comportamiento de las ratas, que consiste en repetir conductas que psicológicamente evocan actuaciones muy positivas y placenteras para los grandes roedores.

    Tal vez algunos momentos antes de esa asquerosa carnicería de sangre y carne la memoria del viejo tuvo algún momento para los afiches de ratas feroces que había subestimado en el cine hacia cuarenta años.

    Algo notable y fantástico estaba ocurriendo explosivamente en nuestro ambiente natural.

    Era un salto evolutivo alucinante que jamás habría imaginado el viejo López ni en sus mas enloquecidas disquisiciones, ni las hubiera sospechado ni remotamente, en las pruebas con sus ratas.

    Algo que resultaba significativamente trascendental para la historia natural, o del mas negrísimo terror para los hombres, estaba sucediendo.

    ¿Seria el momento en que vendrían las ratas por nosotros?.

    ………………………………………




































    LAS RATAS DEL VIEJO LÓPEZ


    Cuando el chico Yoliván López fue por primera vez al cine en su ciudad natal de La Plata quedó tan impresionado, que jamás volvió a ver ninguna película que le interesara tanto como las que habían proyectado en el continuado del Roca; todas de ratas y ratones. Reiteradamente ,Yoliván, que era un niño curioso, cuando las pasaban, volvía por las mismas cintas que habían producido ese efecto tan determinante en su personalidad.

    Finalmente los roedores de las películas fueron objeto de su cariño y Yoliván no encontraba en su imaginación seres mas queribles que estas ratas.

    Además de alegrar sus horas de vocación fraternal con el recuerdo de ellas o con sus presencias, era la idea de López que se desterraran los prejuicios y las fobias que recaían sobre sus queridas ratas.

    Ellas habían encontrado un verdadero amigo con Yolivan López.

    Cuarenta años después en la imaginación del viejo, que no era viejo ,pero si lo parecía, se había mantenido intacta la impresión recibida tan profundamente en el cine Roca de La Plata.

    Le interesaban al viejo las posibilidades evolutivas de las ratas por la profunda atracción que habían despertado en él después de esa tarde en el cine.

    Tenia cincuenta años y de barba descuidada, pelo desgreñado y canoso, parecía de ochenta. Siempre con su eterno sobretodo negro cruzado. Era taciturno y poco amigable y vivía solitario en la antigua casa de la familia en el centro de la ciudad.

    Tal vez no sea totalmente adecuado calificarlo de solitario ya que desde siempre convivía con numerosas ratas de diversas variedades y de tamaños enormes.

    Desde ese día en el cine no hubo para “el viejo” otro tema que no fuera el de las ratas y todo lo que se refiriera a los enormes roedores en artículos periodísticos o de cualquier origen eran objeto de su obsesiva atención.

    Sabia el viejo que esa atracción era patológica, pero producía gran placer en un ser absolutamente solitario; ¡ Es cierto!, amaba a las ratas, sin duda.

    La mala prensa era consecuencia de profundos prejuicios y, como antes, asombrado por la tremenda actividad y actitud positiva de las ratas interpretaba que una selección inteligente podría hacer surgir una variedad de nuevas ratas muy útiles, solidarias y sociables.

    Esto concebía para sus ratas el viejo y trabajaba para hacerlo realidad.

    El viejo López había comentado a unos estudiantes vecinos que amaba a las ratas, que las amaba mas que a la gente, decía.

    Mis ratas no me juzgan, repetía, me quieren por ser quien soy. Cuando lloro limpian mis lagrimas.


    Eran estudiantes de biología y zoología con especialidad en etología y el viejo les propuso un experimento con las ratas; y lo realizó con tres grupos de estudiantes y tres niveles distintos de animales. El primer grupo trataría con inteligencias brillantes, el segundo grupo trabajaría con ratas promedio y el tercero con ratas obtusas.

    Las ratas genios respondieron como genios. Las ratas promedio no demostraron nada excepcional y las ratas idiotas demostraron su idiotez.

    Entonces el excéntrico personaje les contó a sus amigos estudiantes el truco que encerraba la cuestión.

    No había en el experimento ratas genios, ni ratas promedios, ni ratas estúpidas.

    La única diferencia era la “actitud” de los estudiantes que participaron y trataron con distinta disposición a las ratas, de acuerdo al coeficiente que ellos suponían en cada nivel.

    Las ratas también tienen percepción, y captaron el interés de los estudiantes.

    La “actitud” es un lenguaje universal, les dijo a los jóvenes el viejo Yolivan López.

    Además las ratas tienen inteligencia emocional y eso les otorga “esperanza”.

    Y la esperanza y la actitud tienen el poder de una gran presión en el proceso evolutivo.

    El viejo Yolivan estaba realizando sus propias pruebas de selección con sus mimadas ratas de laboratorio.

    ………………………………………………………………

    Era sumamente alarmante que todos los casos de gigantismo que venían acompañados de una explosión notable en la esfera cognoscitiva de las ratas no eran fenómenos aislados sino que nos llevaban a la muy fundada sospecha de que estábamos ante el indicio de un gran salto evolutivo y que la mutación podía estar produciendo ratas monstruosas.

    Era un salto que nunca hubiera imaginado el viejo López en su mas loca especulación sobre su raza utópica de ratas idílicas.

    El aumento de la contaminación de las aguas residuales en las grandes ciudades parece que va añadir un nuevo e inesperado capitulo a esta historia , creando una raza gigantesca de ratas que, de no controlarse, puede traer una catástrofe terrorífica en un futuro no muy lejano.

    La ciudad italiana de Baricella ha sido escenario de la aparición de una raza de ratas desmesuradamente grandes.

    Durante toda la década de los noventa han sido avistados frecuentemente animales de más de un metro de largo.

    Los expertos del lugar consideran que en las actuales alcantarillas de esta ciudad italiana deben estar escondidos mas de veinte millones de estos animales.

    ………………………………………………………………


    Mientras tanto el viejo López convivía en su casa con mas o menos dos docenas de enormes ratas que él conocía una por una de acuerdo a sus nombres propios.

    Y no solo convivía normalmente sino que procuraba a los roedores un trato delicadísimo en temperatura del ambiente, en seleccionada alimentación muy especial y exquisita y en el mas cuidado y especializado control medico de última generación.

    Tenia la historia clínica de cada uno de los animales y mantenía una salud envidiable en la comunidad.

    Dormía de forma muy confortables en su cama junto a los lechos de los roedores y no dudaba del gusto por la música clásica de las ratas, que fomentaba profusamente.

    La manía del viejo López y su desnaturalizado cariño por las ratas catalizaban el exagerado tratamiento privilegiado a los roedores.

    Existía una eficiente medicina de punta en el grupo y gozaban las ratas de un adecuado diagnostico preventivo.

    Pero algunas ratas, las mas sensitivas y de intuición mas fina , comenzaron a estar inquietas y alerta.

    Comenzaron a comportarse en una medida que no concordaba en nada con su habitual modo de ser.

    Habían sentido la presencia de ratas extrañas al grupo.

    Daban la impresión de estar tensas y olfateaban las paredes, los pisos y miraban los techos de la enorme casa del viejo. Enseguida, López, se percató de la inquietud reinante entre sus ratas.

    Y definitivamente aceptó la existencia de competidoras en los enormes entretechos, entrepisos, y escondrijos de la antigua casa.

    Y el gran error fue subestimarlas.

    Cada vez fue creciendo mas el movimiento de los animales extraños y la preocupación de las ratas de la comunidad del viejo Yoliván fue en aumento.

    Una mínima sospecha instintiva de falta de alimentos por crecimiento de la población desata una agresividad feroz entre las ratas.

    Y en este caso con el plus de una violenta mutación genética en el sentido de que una inesperada y enigmática aceleración en la evolución se estaba produciendo con rapidez.

    La ferocidad de las nuevas ratas y su intelecto no desaprovecharían la ingenuidad de las ratas a las que venían a suplantar.

    Indefectiblemente hay leyes naturales imperativas que responden a necesidades básicas como la de saciar el hambre y las ratas intrusas atacaron con furia y decisión.

    ¿ Acaso no era de esperarse por los atentos etólogos?.

    Lo que López no veía se manifestó muy evidentemente en sus tácticas y en su astucia para enfrentar a los roedores del viejo López y vencerlos tan fácilmente.



    Se supone que actualmente ya existen las “islas de ratas”; donde grupos de roedores visitantes se convierten rápidamente en las especies dominantes. Una vez estando allí , compiten con las especies nativas y muchas veces las llevan a la extinción.

    Las ratas aburguesadas y mimadas del viejo no eran competitivas y perdieron.

    Un bucólico y placentero mundo de ratas amantes de la música solo existió en la notable imaginación de Yolivan López.

    Y mas grande fue la diferencia entre su utópico universo ratonil y la realidad, cuando los biólogos observaron un hecho absolutamente enigmático.

    Y este hecho era una violenta disparada misteriosa en la evolución de las ratas que no tenia, por ahora, explicación. Y que no era nada parecida a la idea que había sustentado el “viejo” López, ingenuamente, desde su lejana niñez en La Plata.

    El viejo Yoliván López murió sin entender nada y con gran estupor fue devorado con fruición y golosamente por las feroces ratas mutantes, que el nunca habría concebido.

    Acá debe haber funcionado muy probablemente, en forma inconciente, una forma del comportamiento de las ratas, que consiste en repetir conductas que psicológicamente evocan actuaciones muy positivas y placenteras para los grandes roedores.

    Tal vez algunos momentos antes de esa asquerosa carnicería de sangre y carne la memoria del viejo tuvo algún momento para los afiches de ratas feroces que había subestimado en el cine hacia cuarenta años.

    Algo notable y fantástico estaba ocurriendo explosivamente en nuestro ambiente natural.

    Era un salto evolutivo alucinante que jamás habría imaginado el viejo López ni en sus mas enloquecidas disquisiciones, ni las hubiera sospechado ni remotamente, en las pruebas con sus ratas.

    Algo que resultaba significativamente trascendental para la historia natural, o del mas negrísimo terror para los hombres, estaba sucediendo.

    ¿Seria el momento en que vendrían las ratas por nosotros?.

    ………………………………………




































    LAS RATAS DEL VIEJO LÓPEZ


    Cuando el chico Yoliván López fue por primera vez al cine en su ciudad natal de La Plata quedó tan impresionado, que jamás volvió a ver ninguna película que le interesara tanto como las que habían proyectado en el continuado del Roca; todas de ratas y ratones. Reiteradamente ,Yoliván, que era un niño curioso, cuando las pasaban, volvía por las mismas cintas que habían producido ese efecto tan determinante en su personalidad.

    Finalmente los roedores de las películas fueron objeto de su cariño y Yoliván no encontraba en su imaginación seres mas queribles que estas ratas.

    Además de alegrar sus horas de vocación fraternal con el recuerdo de ellas o con sus presencias, era la idea de López que se desterraran los prejuicios y las fobias que recaían sobre sus queridas ratas.

    Ellas habían encontrado un verdadero amigo con Yolivan López.

    Cuarenta años después en la imaginación del viejo, que no era viejo ,pero si lo parecía, se había mantenido intacta la impresión recibida tan profundamente en el cine Roca de La Plata.

    Le interesaban al viejo las posibilidades evolutivas de las ratas por la profunda atracción que habían despertado en él después de esa tarde en el cine.

    Tenia cincuenta años y de barba descuidada, pelo desgreñado y canoso, parecía de ochenta. Siempre con su eterno sobretodo negro cruzado. Era taciturno y poco amigable y vivía solitario en la antigua casa de la familia en el centro de la ciudad.

    Tal vez no sea totalmente adecuado calificarlo de solitario ya que desde siempre convivía con numerosas ratas de diversas variedades y de tamaños enormes.

    Desde ese día en el cine no hubo para “el viejo” otro tema que no fuera el de las ratas y todo lo que se refiriera a los enormes roedores en artículos periodísticos o de cualquier origen eran objeto de su obsesiva atención.

    Sabia el viejo que esa atracción era patológica, pero producía gran placer en un ser absolutamente solitario; ¡ Es cierto!, amaba a las ratas, sin duda.

    La mala prensa era consecuencia de profundos prejuicios y, como antes, asombrado por la tremenda actividad y actitud positiva de las ratas interpretaba que una selección inteligente podría hacer surgir una variedad de nuevas ratas muy útiles, solidarias y sociables.

    Esto concebía para sus ratas el viejo y trabajaba para hacerlo realidad.

    El viejo López había comentado a unos estudiantes vecinos que amaba a las ratas, que las amaba mas que a la gente, decía.

    Mis ratas no me juzgan, repetía, me quieren por ser quien soy. Cuando lloro limpian mis lagrimas.


    Eran estudiantes de biología y zoología con especialidad en etología y el viejo les propuso un experimento con las ratas; y lo realizó con tres grupos de estudiantes y tres niveles distintos de animales. El primer grupo trataría con inteligencias brillantes, el segundo grupo trabajaría con ratas promedio y el tercero con ratas obtusas.

    Las ratas genios respondieron como genios. Las ratas promedio no demostraron nada excepcional y las ratas idiotas demostraron su idiotez.

    Entonces el excéntrico personaje les contó a sus amigos estudiantes el truco que encerraba la cuestión.

    No había en el experimento ratas genios, ni ratas promedios, ni ratas estúpidas.

    La única diferencia era la “actitud” de los estudiantes que participaron y trataron con distinta disposición a las ratas, de acuerdo al coeficiente que ellos suponían en cada nivel.

    Las ratas también tienen percepción, y captaron el interés de los estudiantes.

    La “actitud” es un lenguaje universal, les dijo a los jóvenes el viejo Yolivan López.

    Además las ratas tienen inteligencia emocional y eso les otorga “esperanza”.

    Y la esperanza y la actitud tienen el poder de una gran presión en el proceso evolutivo.

    El viejo Yolivan estaba realizando sus propias pruebas de selección con sus mimadas ratas de laboratorio.

    ………………………………………………………………

    Era sumamente alarmante que todos los casos de gigantismo que venían acompañados de una explosión notable en la esfera cognoscitiva de las ratas no eran fenómenos aislados sino que nos llevaban a la muy fundada sospecha de que estábamos ante el indicio de un gran salto evolutivo y que la mutación podía estar produciendo ratas monstruosas.

    Era un salto que nunca hubiera imaginado el viejo López en su mas loca especulación sobre su raza utópica de ratas idílicas.

    El aumento de la contaminación de las aguas residuales en las grandes ciudades parece que va añadir un nuevo e inesperado capitulo a esta historia , creando una raza gigantesca de ratas que, de no controlarse, puede traer una catástrofe terrorífica en un futuro no muy lejano.

    La ciudad italiana de Baricella ha sido escenario de la aparición de una raza de ratas desmesuradamente grandes.

    Durante toda la década de los noventa han sido avistados frecuentemente animales de más de un metro de largo.

    Los expertos del lugar consideran que en las actuales alcantarillas de esta ciudad italiana deben estar escondidos mas de veinte millones de estos animales.

    ………………………………………………………………


    Mientras tanto el viejo López convivía en su casa con mas o menos dos docenas de enormes ratas que él conocía una por una de acuerdo a sus nombres propios.

    Y no solo convivía normalmente sino que procuraba a los roedores un trato delicadísimo en temperatura del ambiente, en seleccionada alimentación muy especial y exquisita y en el mas cuidado y especializado control medico de última generación.

    Tenia la historia clínica de cada uno de los animales y mantenía una salud envidiable en la comunidad.

    Dormía de forma muy confortables en su cama junto a los lechos de los roedores y no dudaba del gusto por la música clásica de las ratas, que fomentaba profusamente.

    La manía del viejo López y su desnaturalizado cariño por las ratas catalizaban el exagerado tratamiento privilegiado a los roedores.

    Existía una eficiente medicina de punta en el grupo y gozaban las ratas de un adecuado diagnostico preventivo.

    Pero algunas ratas, las mas sensitivas y de intuición mas fina , comenzaron a estar inquietas y alerta.

    Comenzaron a comportarse en una medida que no concordaba en nada con su habitual modo de ser.

    Habían sentido la presencia de ratas extrañas al grupo.

    Daban la impresión de estar tensas y olfateaban las paredes, los pisos y miraban los techos de la enorme casa del viejo. Enseguida, López, se percató de la inquietud reinante entre sus ratas.

    Y definitivamente aceptó la existencia de competidoras en los enormes entretechos, entrepisos, y escondrijos de la antigua casa.

    Y el gran error fue subestimarlas.

    Cada vez fue creciendo mas el movimiento de los animales extraños y la preocupación de las ratas de la comunidad del viejo Yoliván fue en aumento.

    Una mínima sospecha instintiva de falta de alimentos por crecimiento de la población desata una agresividad feroz entre las ratas.

    Y en este caso con el plus de una violenta mutación genética en el sentido de que una inesperada y enigmática aceleración en la evolución se estaba produciendo con rapidez.

    La ferocidad de las nuevas ratas y su intelecto no desaprovecharían la ingenuidad de las ratas a las que venían a suplantar.

    Indefectiblemente hay leyes naturales imperativas que responden a necesidades básicas como la de saciar el hambre y las ratas intrusas atacaron con furia y decisión.

    ¿ Acaso no era de esperarse por los atentos etólogos?.

    Lo que López no veía se manifestó muy evidentemente en sus tácticas y en su astucia para enfrentar a los roedores del viejo López y vencerlos tan fácilmente.



    Se supone que actualmente ya existen las “islas de ratas”; donde grupos de roedores visitantes se convierten rápidamente en las especies dominantes. Una vez estando allí , compiten con las especies nativas y muchas veces las llevan a la extinción.

    Las ratas aburguesadas y mimadas del viejo no eran competitivas y perdieron.

    Un bucólico y placentero mundo de ratas amantes de la música solo existió en la notable imaginación de Yolivan López.

    Y mas grande fue la diferencia entre su utópico universo ratonil y la realidad, cuando los biólogos observaron un hecho absolutamente enigmático.

    Y este hecho era una violenta disparada misteriosa en la evolución de las ratas que no tenia, por ahora, explicación. Y que no era nada parecida a la idea que había sustentado el “viejo” López, ingenuamente, desde su lejana niñez en La Plata.

    El viejo Yoliván López murió sin entender nada y con gran estupor fue devorado con fruición y golosamente por las feroces ratas mutantes, que el nunca habría concebido.

    Acá debe haber funcionado muy probablemente, en forma inconciente, una forma del comportamiento de las ratas, que consiste en repetir conductas que psicológicamente evocan actuaciones muy positivas y placenteras para los grandes roedores.

    Tal vez algunos momentos antes de esa asquerosa carnicería de sangre y carne la memoria del viejo tuvo algún momento para los afiches de ratas feroces que había subestimado en el cine hacia cuarenta años.

    Algo notable y fantástico estaba ocurriendo explosivamente en nuestro ambiente natural.

    Era un salto evolutivo alucinante que jamás habría imaginado el viejo López ni en sus mas enloquecidas disquisiciones, ni las hubiera sospechado ni remotamente, en las pruebas con sus ratas.

    Algo que resultaba significativamente trascendental para la historia natural, o del mas negrísimo terror para los hombres, estaba sucediendo.

    ¿Seria el momento en que vendrían las ratas por nosotros?.

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