Los demonios de la sociedad

Maldita sea la manera como mi alma se desespera con la injusticia con la maldita desesperación de un mundo cegado por el poder, la arrogancia, la superioridad. Una sociedad con educación autoritaria, tu tienes la culpa de la soledad que cargo, mi tumba quedara marcada con mis viajes pues he aprendido que mi rumbo no esta definido y que la justicia no se da cuando tu la necesitas pues es una autoridad que dejo plasmado su rebeldía y arrogancia en un mundo perdido en la inmundicia.

Me quejo por la injusticia, me quejo por la maldita hipocresía, por la preferencia de unos a otros, para que, para que cuando somos todos los mismos monstros que pelean por la admiración de aquéllos a quienes creen inferiores, aquellos a quienes creen poder pisotear como el maldito estiércol que se pega a su zapato, como si fueras la sobra de un plato gustoso que fue despreciado en sus últimos ingredientes.

Odio tu hipocresía, odio tu arrogancia, odio cuando recriminas mis actos sin siquiera plantearte que tu no eres ni mas ni menos que mi espejo, tu que eres mas infernal, oscura podredumbre que se funde en el pantano intentando salir, aparentando su felicidad en su superficie y por dentro fundiéndose en aquel mar producto de la sangre de una tortura que realizan aquellos demonios carroñeros que tienes en lo mas profundo de tu alma.

No eres más que un pedazo de basura, pues no eres mas que una raíz, hundida en la sociedad, en el fondo… perdido, sin alma, poco corazón, ja cual corazón si eres apenas un nudo lleno de suciedad, lleno de pobreza intelectual, maldito sea el mundo que engendro un ser como tu.

Dedicación a las compañeras de cada humano: la hipocresía, arrogancia y superioridad.

Atte. Notas Musicales de una Nómada.