Los negros azogues de la noche

Camino de Emaús​

Quisiera que caigamos del jumento
que apenas nos sostiene por el peso,
se abrieran nuestros ojos con su beso
dulcísimo, al calor que da su aliento.

Quisiera nuestro cuerpo en movimiento
emprendiendo el camino de regreso,
y en el dedo el anillo donde impreso
nuestro nombre supera al firmamento.

Quisiera ver su casa ya completa,
y absorto en esa voz, la de poeta,
la suya enmudecida sin reproche.

Quisiera nuestra faz resplandeciente,
¿no ves distorsionada nuestra frente
en los negros azogues de la noche?
​

 

Precioso poema! Es un deseo de muchos la tranquilidad y armonía.
Un placer leerte, Salvador.
Un abrazo.

 

Muchísimas gracias, querido Ángel, por regresar a mis espacios con tu habitual amabilidad. Celebro que este poema haya sido de tu agrado.
Con un abrazo muy fuerte, amigo.
Salvador.

 

Bello poema lleno de sentimiento y armonía.

 

Muchísimas gracias, estimada Guadalupe, por este nuevo paso por mis letras dejando su amable huella.
Afectuosamente, un saludo muy cordial.
Salvador.

 

que poderoso y excelso poema nos regalas, saludos cordiales

 

Muchas gracias, querida Marianne, por este expresivo comentario que me dejas en mis letras.
Con todo afecto, un saludo muy cordial.
Salvador.

 

Impecable soneto que me precio en transitar. En su fina linea argumental no acabo de percibir la alusión a aquella desparecida localidad palestina en tu nota al margen. ¿Te refieres a los retiros espirituales?


Insisto, Salvador, un gran poema. Mi abrazo.

 

Me ha emocionado este bello poema Abrazos Salvador.-

 

Celebro, querido Vicente, que encuentres estas letras aceptables a tus gustos. Mil gracias por asomarte a ellas y dejar esta tan amable huella.
Quise hacer mención en ese "Camino de Emaús" al pasaje en que dos peregrinos que iban a esa ciudad reconocieron en un tercero que se les unió a Jesús Resucitado cuando éste en la cena partió el pan. Es todo el soneto un transitar con el hermano, no quise ir solo esta vez.
De nuevo muchísimas gracias, entre otras por tu finura.
Con un fuerte abrazo.
Salvador.

 

Celebro haber producido en ti esa emoción que refieres, querida Catia.
También con mi gratitud, un fuerte abrazo.
Salvador.