Los niños saben

-"Los niños saben, los recién nacidos. Vienen de allá, saben". "Saben, pero nada pueden decir porque no saben hablar. Los ven, "ellos" vienen y juegan con ellos, los tocan, los pellizcan, por eso lloran, por eso abren tanto los ojos y hacen como si hablaran con "ellos". Mira sus ojos, mira cómo buscan donde no hay nada, mira como hacen como si se asustaran. Los verán hasta que aprendan a hablar, te dicen lo que ven y no les crees; entonces lo olvidan todo y dejan de verlos, aunque a veces... los sueñan, como de repente los soñamos tú y yo.

 

Me encantó, excelente, genial, precioso, te felicito mucho, muy buen trabajo y gran talento.

 

Pues tal vez sea cierto, se echa de menos que no les agarren del bracito cuando se trastabillan y se caen al topar con una simple alfombrilla o perder el equilibrio al ver pasar rápido junto a ellos a un perrito o las pantorrillas de sus progenitores. Una buena idea, que ya ha sido sugerida en ocasiones, y no sabemos si no será del todo cierta. Claro, como ya no nos acordamos... Un saludo

 

Gracias Andrés, un placer hallarte por aquí.

 

Hola Pablo, saludos. Nuestras tradiciones dicen que los niños ven a los seres desencarnados. Es más, se cree que cuando una mujer está embarazada hay lucha en su vientre para ocupar el cuerpo por eso dan pataditas. Se cree que al nacer el nuevo ser sus amigos todavía andan alrededor de él aprovechando los últimos instantes en que estarán en contacto, por eso dicen, cuando el bebé ríe que sus amigos algo bonito le dijeron. Luego llega la edad de la niñez en donde al pequeño se le enseña los que es aceptable en el mundo. Lo que existe y lo que no existe. Se apaga el sentido de percepción de ese mundo imperceptible ya para los encarnados, pasan a ser la nada, lo que no es.
Otro aspecto de los credos indígenas es que en la vida te encuentras con tus amigos de antes de entrar al feto de la embarazada, son tus grandes amigos de toda la vida, es la mujer perfecta la que buscas para ser parte de ti.
Bueno, amplié un poco esas tradiciones nuestras, que hoy también están siendo olvidadas.

 

Cómo quisiera volver a "allá" a hablar con "ellos", aunque sólo fuera por unos instantes.
Un abrazo.
Luis.

 

La tradición popular que nos aporta esta idea, también sugiere que al cerrar los ojos aquí los abrimos allá.
A lo mejor pendulamos ingresando con llantos y en brazos maternales...
Gracias por leer. Saludos.

 

Me encanta precioso poema.Un abrazo celestial con estrellas.

 

los adultos nunca dejan de serlo tampoco,
abrazos a la distancia
Denn

 

Estrella abrazos para ti también, felicidades. Gracias por leer y comentar.

 

Cierto, el niño es un ente presente en todo tiempo. Besos, Feliz Año.

 

Jamás había oído hablar de dichas tradiciones, pero siempre pensé "algo parecido", por lo cual este mini relato me ha encantado, ya que me ha traído a la memoria recuerdos muy gratificantes.

Un placer haber pasado, Don Melquiades.

Se le saluda afectuosamente.