Los ojos más tristes.

Los he visto varias veces vagando, tratando de mentirse a sí mismos pero están ahí y una sonrisa blanca no va a ocultar su falta de luz.

He visto esos ojos que piden ayuda a gritos.

Y no he hecho nada.

He visto los ojos más tristes en la persona peor esperada.

Los he visto reflejados en el espejo.

Sí, los he visto en mí.

Y me he negado a mí misma que son ojos tristes, y he mentido mirándolos fijamente, aunque los cierre fuertemente durante algún tiempo, ellos serán iguales al abrirlos.