Los ríos que lloras

Miré por una ventana de escayola y vi dos gatos negros
asomados al abismo de los ríos que lloras,
te culpas de tus memorias pero eres tú quien las escribes,
desnudas tus preguntas de misterios
y solo encuentras respuestas áridas como desiertos.

Duermes bajo los ecos de un día sin gloria,
si escribes tu nombre con minúscula
¿cómo esperas que respeten los jardines que brotan entre tus dedos?
tienes que quitar la nieve a los espejos
si quieres que el calor del verano se refleje en ellos.

Las campanas doblan alrededor de tu cuello
dando las horas a destiempo
y los vencejos no anidan en unos labios yermos,
por eso hay que apostar por la floración de las palabras
cuando la tristeza pone precio al silencio.

Vale más ser un delincuente
condenado por escribir poemas que surca libre los cielos
que un mar inerte que se ha quedado sin olas,
porque las gotas de sudor de tu frente es un reloj de arena
que cuenta las horas que faltan para la victoria
para quien cree en sí mismo.
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Lleno de bellas imágenes y de una afirmación de si mismo. Un agradable poema. Mi saludo cordial.