Los viajes 5

Amanece
un hada azul me enfoca
salen pensamientos disfrazados de palabras de mi boca
…y un rezo congelado, dos mil años, en los poros del espacio-tiempo.

Ahora soy un muerto construyendo un camino en el aire para cruzar un abismo

aparece un bostezo, como de un astro soñoliento

luego un fuego-recuerdo

del amor de la mujer prohibida

y de sus besos radioactivos

su monumento a un gran if

esa voz de seda

sus toallas femeninas manchadas, sus manos tibias.


Luego aparece un jadeo-queja a la mitad de una mentira

y me doy cuenta que no me doy cuenta de lo importante.


Después soy un suicida cobarde, mirando a los ojos al demonio de la vida y al ángel de la muerte
y un incendio, de un tiempo rodante, (del que tiene siete mil millones de humanos poseídos)
unas ansias recalentadas una y otra y otra y otra y otra vez.
Deduzco que mi sueño se ha disuelto en la saliva de la realidad, en lo más espeso de un deseo.
Al final escribo todo, me convierto otra vez en una monja, sudando la gota gorda por todos los poros de mi fe.

De los viajes (hacia adentro).

 

Es lírico tu poema, pese a carecer de rimas está lleno de metáforas y al final tiene sentido cuando, al menos yo, me había perdido.

Creo que por evitar el dequeísmo has caído en el queísmo ( "me doy cuenta de que" es la expresión correcta)

Me ha parecido muy interesante tu viaje interior.

Un abrazo, Oncina.