Lucky

Ay mi querido y amado Lucky, eras muy hermoso pero un perro furioso y muy celoso. Te fuimos a buscar a la Protectora de Animales cuando aún funcionaba como tal. Estabas allí arrinconado, tímidamente mirando si alguien se fijaba en ti. Mi hija y yo ese día nos fuimos rumbo a buscarte. Buscábamos entre tanto perrito alguien que se pareciera a nuestro querido Manchitas, blanco con negro, pero nada, todas eran perritas, y yo deseaba un perrito. Cansadas de buscarte, de pronto mi hija, hizo el último intento de hallarte quien nos hiciera olvidar, la triste partida de nuestra mascota, en manos de una asesina cruel en Cartagena.
Tímidamente casi pegado a la muralla de los caniles te encontrabas tú. Ojos asustados y melancólicos, cola fuerte y enroscada, colores hermosos y piel preciosa. Eras cafecito con blanco y ojos de egipcio. Tu mirada denotaba soledad y mucho susto. Tu rabo se escondía entre las patas y no hacías fiestas cómo los demás perritos. Yo no te veía mi hija menor te divisó y fuimos a avisar para que nos dieran ese lindo perrito que estaba allí.
Te revisaron completito y tu miedo hacía que no levantaras tus patas traseras, el doctor nos dijo éste can no lo había visto antes al parecer tiene distemper, no creo le dije , asustada, con miedo tanto como el tuyo que no te entregará a mi cuidado, te apretaba enterito contra mi ser, rogando y dándote fuerzas para que nos entregara el pase. Te tomaron la temperatura y no tenías nada, solamente estabas terriblemente asustado. Nos fuimos contigo en brazos a tomar movilización con tan buena suerte que nos dejaron subir a pesar de ir contigo. Era largo el trayecto pero tú estabas muy tranquilo en nuestros brazos.
Llegamos a nuestro hogar y nadie mas sabía que tú estabas esperándolos para ocupar un lugar en el corazón de éstos amos. Tenías cerca de tres mese y medio y ya te veías muy grande. Mi esposo te vio y te encontró muy lindo pero tenía mucho miedo de que crecieras mucho, nuestro hogar era muy pequeño y si eras muy grande que haríamos contigo. Luego llegó nuestro único hijo quien amaba mucho a Manchitas y no deseaba tener otro perro, fue el último en visitarte en la casa de madera del patio. Al otro día comenzaste a sentirte mas seguro, a subir tu hermosa cola de entre tus patas. Comenzaste con tus maldades de perro chico, diabluras y te comías todo lo que pillabas, zapatillas, calzones y los sillones sufrieron por mucho tiempo.
Nos acostumbramos a ti y pasaron muchos años siendo el perro más regalón del mundo hasta los 7 años de edad cuando llegó a nuestra casa una perrita que te hizo babear y amarla hasta el infinito. Cuando la viste por primera vez fuiste al patio a desenterrar todos tus huesos que guardabas durante años de seguro para una ocasión así. Cómo amaste a nuestra Pulga la cuidabas con arrumacos, limpiándole todo el cuerpo a tu querida perrita. Fue tu compañera por muchos años. Hasta que in día a los doce años de edad amaneciste muy mal y te alejabas de tu perrita y de nosotros, cómo deseando no ser molestado ni molestar. Fue muy duro verte así poco a poco fuiste perdiendo vida a pesar de todos los cuidados que te di. Cuanto te amaba mi mascota hermosa, mi fiel compañero, el que cuidaba mis sueños y nos seguía haciendo diabluras, ya no eras el mismo, poco apoco se fue apagando tu vida, yo desesperando porque no me hacía la idea que tuvieras que partir. Aprendí de ti muchas cosas, la fidelidad el amor incondicional, tus celos eran parte del amor que nos profesabas, de seguro nos cuidabas celosamente por haberte rescatado de la soledad del lugar en que te fueron a dejar por no decir botar. Poco a poco fuiste dejando huellas en nuestro hogar, caminabas lento y casi sin recordad que ibas a hacer frente al recipiente de agua , olvidabas todo , caminabas con andar cansino ,por espacio de un mes tu enfermedad te llevó un día 21 de febrero del 2010 a un lugar donde nosotros ya no te podíamos alcanzar. Al fin dejaste de sufrir tu prolongada enfermedad. Hoy en mis recuerdos siempre vas a estar. En el fondo del patio te fuimos a enterrar, nos dejaste tú adorada pulguita que hoy es la regalona de nuestro hogar. En memoria tuya la tendremos que cuidar, darle los mimos que tu le solías dar. Adiós mi querido y muy amado Lucky, donde quieras que te encuentres algún día nos volveremos a encontrar, muchas gracias por pertenecer a nuestro hogar, por enseñarnos el verdadero sentido de la amistad, el amor y la fidelidad. Fuiste s y serás recordado aunque por nuestras vidas pase otro nuevo can. A ti jamás se te podrá olvidar.

 

Los recuerdos hermosos siempre estaran a nuestro lado acompañándonos. Un gran abrazo y miles de besos.