Luna Envenenada

La armonía que duerme en tus cenizas
sucumbe ante el dolor de un secreto
y en murmuro convierte el invierno
solaces garras de un pecho indiscreto
cuyo puñal hiere el reflejo que en el vibra
como en un espejo que a la sombra arrebata
con ojos palidecidos en la aurora
tan abiertos y furibundos cuando crean
robando con zarpas de arpía el aliento emanado

Naces en una beldad y renaces en una deidad
sopesando el tormento que agranda mi condena
es una miseria andar entre el mortal
y despierto sediento de lejanía
como la criatura que me embriaga
bebiendo del eterno elixir, delirios y placeres
en un alma insensible o rota en trizas
de un infelice cuyo corazon es una trampa
convertido en el altar memorable del miserable
¡Ah! cuan enormes pesadillas en sienes precoces
es la sinfonía perenne de esa legión de voces.

DM