ma

Extraño el refugio silencioso, los brazos cerrados de un alma abierta, el apoyo de una mirada, el olor de la sopa mientras se cansan las lagrimas. Extraño el valor que le das a mi lucha, el consejo subjetivo siempre a mi favor, el amor sin condiciones, tener el poder para solucionarlo todo mientras confías. Extraño el sonido de la maquina que te hace viva, extraño llegar y encontrarte siempre para mi, nunca tuve que sentarme a esperar siempre estuviste ahí. Extraño tu apoyo sincero sin reproches, extraño tus alegrías junto a las mías, tus llantos junto a los míos, tus palabras con poco sentido pero tan llenas de valor y honestidad, las caricias lejanas pero cerca el corazón, extraño tu compañía aun sin mi consentimiento, extraño ser yo a tu lado mala o buena pero yo amada sin medidas, extraño ser la mejor, la más linda, la más inteligente, la más dulce. Extraño tu siempre SI: condescendiente mas allá de los límites, extraño ver tus ojos expresándome admiración, extraño la guerra de opiniones porque era una guerra ecuánime, Te extraño mamita pero ante todo sé que nunca debo temer perderte porque siempre estarás ahí para mí.

 

Muere en soledad el muelle
sin que ancle tu embarcación,
desde tu partida, aquella tarde
el mar sigue sereno en mi corazón.
Gran sentir exponen tus letras, no pude evitar una lágrima en mi mirar y ese pecho que empuña el corazón. La mía, mi madre se llamaba Rosa, y hace algún tiempo perfuma el cielo e ilumina mis días. Un verdadero honor leerte admirada poetisa.

 

Hermoso, sublime, nostálgico. Una separación presente.
Un placer encontrarte Lula, gracias por la oportunidad.
Mi saludo cariñoso del Ecuador te lo envío.