Madre... ¡Vamos a casa!

Siempre los días en casa han sido muy extraños
y ya me queda muy poco aire por respirar.
Las lagrimas son grandes goteras del recuerdo,
las que vuelven una y otra vez para molestar.

Sólo quiero caminar libremente,
quiero ir a un hogar de verdad,
dónde las ganas de suicidarse no sean tan abundantes.

Madre... ¡larguémonos de casa por primera vez!
Dónde el alimento sobra y las ganas embellecen.

Quiero comenzar una vida sin sufrimientos,
no dónde a mi familia se le a caído el alma y el cuerpo.
Quiero sacarme el astilla desde lo más profundo de mi corazón.
Yo sé que la noche y el día son bellas plegarias,
pero estoy cansado de esta porquería comer.

Me gustaría desaparecer completamente de esta humillación,
que me deja cada año con menos familia.

Madre, tomemos el bus de la media noche
y clonemos esta maldita realidad,
que nos nubla la cabeza y no nos deja pensar.

Madre, vamos a ese lugar desconocido,
dónde las cosas parten desde el punto cero,
en el lugar que cada mañana uno disfruta el despertar.

Madre, vamos al lugar misterioso tras la montaña.
Las rocas no pesan tanto y el aire se puede respirar.

No te hablo del lugar físico y asqueroso que no nos deja de seguirnos.
Hablo de los problemas mentales y racionales,
de la sociabilidad obligada sin respeto a la tradición.

Todo el tiempo te hablo de las personas externas que me aterran.
Te la digo una y miles veces: larguémonos de acá.

 

Sentidas letras nos deja poeta. La realidad de la vida frente a situaciones que ensombrecen el alma. Felicidades a su versar y bienvenido a ésta casa de letras. Saludos...

 

Tus versos están colmados de melancolía y nostalgia, gracias por compartirnos tu sentir...

Madre, vamos a ese lugar desconocido,
dónde las cosas parten desde el punto cero,
en el lugar que cada mañana uno disfruta el despertar.

 

querer escaparse de lo que te agobia y emprender el camino hacia un nuevo hogar y ahí empezar de nuevo a construir lo que tango añoras. Saludos